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Mundo

2 de Febrero de 2013

¿Rajoy dimisión?

El Palacio de Gobierno español está de un color rojizo mucho más notorio. Sus ladrillos, piezas ornamentales fundamentales de la arquitectura madrileña, se han mimetizado con los ruborizados rostros de sus huéspedes, mezcla de exasperación y vergüenza, expresiones difícilmente reprimidas a pesar de las exigencias de la investidura. En el exterior del segundo recinto donde […]

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El Palacio de Gobierno español está de un color rojizo mucho más notorio. Sus ladrillos, piezas ornamentales fundamentales de la arquitectura madrileña, se han mimetizado con los ruborizados rostros de sus huéspedes, mezcla de exasperación y vergüenza, expresiones difícilmente reprimidas a pesar de las exigencias de la investidura.

En el exterior del segundo recinto donde gobierna el Ejecutivo, es decir, la sede nacional del Partido Popular se escucha ¡Ladrones!, ¡Dimisión!, ¡Este Presidente, es un delincuente! y el logotipo del PP adquiere un azul claro más exiguo, sintomatizando el poco oxigeno que corre por la sangre de los que trabajan allí.

Los documentos que probarían los sobresueldos a altos funcionarios del PP y que incluyen al actual Presidente de Gobierno es un escandalo de proporciones. Que no venga nadie a restar importancia con el argumento que el periodo de estos dineros extras hayan ocurrido en años anteriores (1990-2009) a la llegada al poder de Rajoy, y sobre todo también –y que lo pueden usar como defensa- que fue un dinero adquirido por la gentileza de diversas donaciones empresariales. Mal que mal, es verdad, es asunto de ellos lo que hacen con su dinero.

Sin embargo, la ley es clara y si eres un actor del Estado, se supone, que eres portavoz del Estado de Derecho, de la consiguiente regulación, por lo tanto: ¡declaración en Hacienda sí o sí!

Y a todo esto: ¿Y Aznar dónde está? ¿Qué se pronuncie más allá de una demanda al periódico El País? Se le acusa, según fuentes cercanas a ex tesoreros de su partido, de haber inventado esta fórmula de los sobresueldos cuando era presidente del PP.

El motivo: no quería cobrar un sueldo tan voluminoso por un tema de imagen y creó este modo de cobrar una cantidad mensual para gastos de representación sin la declaración fiscal ¿y todos estos años posteriores, qué? todos callaron cómplicemente, mirando al lado.

En tiempos de crisis, existe otros lentes con los cuales se miran los fenómenos económicos. No hay mucha objetividad. Todo se ve más grande, ya sea la escasez como la abundancia, por lo que es francamente inmoral que un partido político que se haya hecho acreedor del baluarte de la austeridad desde tiempos que eran opositores a Zapatero y ahora que son el Gobierno tengan la desfachatez, después de esos sobresueldos, de exigir a la ciudadanía de hacer frente a los fuertes recortes sociales.

España tiene poca costumbre a los cambios estructurales en lo que se refiere a la elite gobernante. Es un país con poco espíritu republicano, de ahí que pensar que Rajoy renuncie – en caso de probar que recibió sobresueldos- es un panorama lejano y difícil de imaginar. La inmovilidad y la tradición a las instituciones, pesan más que cualquier acto que vaya contra de ellas.

Hoy sábado Rajoy se reunira en una convocatoria extraordinaria con la cúpula de su partido en Madrid, para ser más exactos en la calle Genova, una vía que hace reminiscencias inevitablemente a los mercaderes. ¿Azar o no, no lo sabemos?, y seguro que penará la figura de Aznar. Habrán sacadas en cara, rabietas, tristeza, delirios buscando culpables, golpes bajo la mesa y confabulaciones varias. Mientras que, en otros escenarios geograficos, quizás estén otros partidos políticos pasando el frío europeo (o no) alrededor de una chimenea a fuego de documentos y otros papeles de dudosa procedencia.

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