“De a poquito voy a salir adelante igual. Valparaíso no lo cambio por nada”

Texto y fotos: Juan Francisco Arias

“Fue todo muy terrible. Yo tenía mi casa aquí desde hace cuarenta años. La hice yo mismo, cuando llegamos para el setenta y tres acá a Rodelillo.

Ese día, eran como a las tres y media de la tarde. Yo estaba adentro, acostado, porque soy panadero y trabajo de noche. Cuando de pronto sentí mucho movimiento en la calle, gente pasar corriendo, gritos, humo. Ahí me di cuenta de lo que pasaba y que ya se estaba complicando el asunto. En eso, vino mi hijo para acá, mi casa no se quemaba todavía, sólo las de más abajo. Salimos con lo puesto y nos quedamos mirando al frente de la casa. Optamos por no sacar ninguna cosa porque fue todo muy rápido y no valía la pena entrar, dejamos todo tirado. Vi como todo se me quemó en diez minutos.

Después tuvimos que arrancar, porque se formaron unas lenguas de fuego inmensas, con el tremendo viento que había en ese momento. Empezamos a correr para huir del fuego, incluso en la pelada me caían cenizas calientes. A esa altura era poca la gente que quedaba por aquí.

No soy muy de pedir ayuda, fui al colegio y me hicieron inscribirme para ir a buscar ropa, pero no quise, de a poquito voy a salir adelante igual. Los vecinos se han portado un siete. Es increíble, viene uno y trae una bebida, viene otro y trae helados para todos y así. Estoy totalmente sorprendido con la gente tan solidaria. Eso a uno lo levanta.

De ánimo estoy bien, yo soy un hombre de trabajo y sólo le pido a Dios que me dé un poco de salud para seguir trabajando. Me voy a levantar, de todas maneras. Valparaíso no lo cambio por nada”.