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Opinión

23 de Mayo de 2013

Marco Enríquez-Ominami: “Escalona y Jaime Guzmán, desde el más allá, están coludidos para que esto no se mueva”

Marco Enríquez-Ominami aún no cumple 40 años, pero como político, ya tiene su historia. De él se pueden decir muchas cosas, pero es innegable que no se trata de flor de un día. Ya es candidato a la presidencia por segunda vez, y es el líder del único partido político nacido en democracia. No niega los avances conseguidos. Prefiere el Chile de hoy al del día antes del golpe de Estado de 1973. Hijo de uno de los líderes más emblemáticos de la izquierda revolucionaria chilena, hace suyas “la convicción de Allende, y su diagnóstico”, pero considera que ahora los problemas del país son otros.

Patricio Fernández
Patricio Fernández
Por

Fotos: Alejandro Olivares

Marco Enríquez-Ominami aún no cumple 40 años, pero como político, ya tiene su historia. De él se pueden decir muchas cosas, pero es innegable que no se trata de flor de un día. Ya es candidato a la presidencia por segunda vez, y es el líder del único partido político nacido en democracia. No niega los avances conseguidos. Prefiere el Chile de hoy al del día antes del golpe de Estado de 1973. Hijo de uno de los líderes más emblemáticos de la izquierda revolucionaria chilena, hace suyas “la convicción de Allende, y su diagnóstico”, pero considera que ahora los problemas del país son otros, tantos otros, que las preocupaciones de entonces es más lo que callan que lo dicen para los tiempos que corren. No le hace asco al mercado, aunque la lógica de la competencia le parece insuficiente. Tiene algo de viejo chico, y de niñez interrumpida. Para las preguntas difíciles, buenas o malas, siempre tiene respuestas. No así para las sencillas. Le cuesta valorar a sus iguales y, en torno suyo, cuesta encontrarle cómplices a una misma altura. No se ha caracterizado por llevar adelante una genial política de alianzas. Creció peleando con su familia política, sin por eso renunciar a su herencia. Marco es un tipo solo. Le cuesta la intimidad. Dice lo que piensa, pero no siempre es lo que piensa. Habla más rápido de lo que siente. Es, sin ninguna duda, el político que ha llegado más lejos en su generación. Asegura que ya recorrió el camino de Orrego y Velasco. Intentó hacer el cambio desde dentro, pero concluyó que era imposible. Se declara contradictorio. Y, literalmente, le preocupa la gordura.

Respecto de tu anterior candidatura ¿en qué has cambiado?

-Te lo doy en titulares, para no latearte. El 2009 fui candidato independiente. Intenté el camino que recorren hoy Orrego, Velasco, Parisi, Claude…

Orrego y Velasco, no. Ellos van en primarias.

-Digo mi camino en el sentido que interpelan a la gerontocracia, a la clase dirigente, y lo hacen desde una posición de minoría. Tienes razón, en lo preciso no. Aunque Velasco te diría más bien que sí… Pero son caminos que ya recorrí, esos de intentar corregir la Concertación desde dentro. Lo hice como diputado.

¿Y ahora?

-Fundé un partido político con todas las reglas. Opté por un camino que creo correcto: que la institucionalidad se cambia desde la institucionalidad. Por eso creo que los progresistas somos la mejor alternativa, porque podemos marchar y al mismo tiempo expresarnos. Somos capaces de entender la protesta y encauzar el descontento. Soy, modestamente, el único dirigente que se pasó tres años marchando, y al mismo tiempo armando un partido político.

¿Fuiste a las marchas?

-Fui.

¿Y como te recibían en las marchas?

-Miti miti. Miti mota. Miti de mucha felicitación y adhesión, y mota de mucho rechazo. Pero noté algo: que eran los medios de comunicación los que generaban la bronca. Un día, yo iba marchando tranquilo y de repente aparece la radio, no recuerdo si Universidad de Chile o ADN, y me mete un micrófono.

¿Por dónde?

-Noo. Me lo mete por la boca, y me vi disociado entre decirle que no, que me dejara marchar, o hablarle, porque yo a los periodistas, por regla, les doy entrevistas. Entonces, di la entrevista. Y me empiezo a dar cuenta del enojo. “¡Oye, no utilicís la marcha!”, etc. Lo mismo me pasó en una contra Hidroaysén. Mientras no estuvieran las cámaras, se valoraba mi participación. No es lo mismo un político sin cámara. El político con cámara es el polilla. El enojo no era conmigo, sino contra la fórmula del candidato que aprovecha.

¿Cómo te relacionas con los movimientos sociales? Longueira y Allamand dicen que representan a las mayorías silenciosas. Tú, ¿cómo los escuchas? ¿Cuánta razón les encuentras?

-Creo que la mayoría social no es una mayoría electoral, que los partidos deben ser puentes entre el Estado y el individuo, y he creado un partido para hacer puente entre los movimientos sociales y la mayoría electoral, que requiere disciplina, 24 horas diarias, artefacto legal, burocracia… Los partidos son instrumentos. No un fin en sí mismos.

MARAMBIO

¿Qué pasó con Marambio?

-Fue alguien muy importante en la elección anterior. Estoy convencido que después de la elección hubo una vendetta con él de una parte de la burocracia cubana. Creo que es completamente inocente de todas y cada una de las acusaciones que le achacan. Las conozco. Las estudié cuando estábamos juntos y me encargué de acompañarlo en un proceso durísimo de estigmatización…

¿Y por qué ahora no está contigo?

-Él mismo lo ha dicho, y ha sido muy preciso. Estamos en procesos distintos. Él está en lo suyo y yo en lo mío. Cada uno tiene sus convicciones, algunas las compartiremos, pero hace mucho tiempo que no nos vemos.

¿No sabes por quién votará?

-No tengo idea. Pero aprovecho la pregunta para dejar constancia de su total inocencia sobre las acusaciones que se hicieron el 14 de diciembre del 2009.

¿Y cómo te financias actualmente?

-La Fundación Progresa ganó un fondo del Open Society, por varios miles de dólares, para escribir un libro sobre drogas. Nos especializamos en drogas y energías. El partido recibe aportes anónimos, y le ha ido bastante mejor de lo que yo pensaba. En lo personal tengo un sueldo patronal de mi empresa, Rivas & Rivas.

¿Y para la campaña? ¿De dónde vas a sacar la plata? ¿Cómo se hace? Tras la cochinada de la diputada Issasi, el tema de la plata y la política salió a flote.

-No hay campaña todavía. Pero es cierto, el tema es un tabú. Ningún país ha resuelto el asunto. Está lleno de hipocresías. Acá en Chile, la ley dice que tres meses antes de la elección empieza el gasto electoral. Todo lo que es previo, no es plata electoral. Es tierra de nadie.

¿Te puede dar cualquiera sin rendirle cuentas a nadie?

-Claro. Siempre está el tema de los impuestos, pero pagándolos, el resto da lo mismo. No tienes que rendirlo a nadie ni dar explicaciones a nadie. Así se explican las gigantografías de la UDI. Nadie les pregunta claramente cómo se pagan.

Yo le pregunté hoy a Moreira. Me dijo que las hacía un amigo y se las regalaba.

-Esa es parte de la respuesta. ¿Y quién las pone? ¿Ése es otro amigo, también dueño de la empresa?

LA CONCERTACIÓN

¿Qué es lo que te carga de la Concertación?

-Me había comprometido para esta entrevista no seguir dándole con el martillo.

Pero te has posicionado más frente a ella que frente a la derecha.

-Esa es una trampa que me hacen todos los periodistas. Me preguntan por qué hablo tanto de la Concertación y les digo “porque ustedes me preguntan”. El fratricidio siempre es más sexy. Pero tengo un juicio muy severo sobre el gobierno de Piñera. Me acuerdo en los debates presidenciales: mis críticas a Piñera no eran noticia, sólo lo era cuando criticaba a Frei. Como era noticia cuando Arrate me pegaba a mí y no cuando le pegaba a Piñera.

Más allá de las prácticas, ¿tienes desacuerdos en convicciones profundas con la Concertación?

-Sí, en eso de torturar a los chilenos con la lógica de los quintiles.

¿Qué es eso?

-La focalización del gasto. Los chilenos estamos divididos en quintiles. Cinco quintiles. El 20% más pobre, el 20%… etc. En un país donde el 80% de las mujeres gana menos de $500 mil quiero preguntar dónde están los ricos. El 1% se lleva el 30% de la renta. 25 mil chilenos aparecen ganando más de $5 millones según Impuestos Internos. Lo que pasa es que los ricos son unos cuántos y son muy muy ricos. Cuando hablas de focalización estás diciendo algo sensato, pero equivocado. “Oye, el que es rico que pague más por educación”. ¿Quiénes son los ricos, si te estoy demostrando que los ricos son estos? Estás sometiendo al 99% de los chilenos a un martirio vía ficha de protección familiar. Haces competir a pobres con pobres. No estoy de acuerdo con la focalización. Me parece una concesión a la derecha, porque es la idea de la eficiencia en el gasto.

¿Cuál es la alternativa?

-El derecho garantizado. La universidad gratuita. Rico o pobre. He llegado más lejos: el hijo de rico no es rico, el rico es el papá. Y el papá debe pagar más impuestos. Si el hijo de un millonario quiere ser pintor, y el papá quiere que él sea su sucesor en la oficina de abogados, lo estamos discriminando. ¿Le vamos a decir nosotros que como su papá tiene plata, ya tiene un subsidio, aunque su papá no se lo quiera dar? El principio universal es que los jóvenes van a la universidad, no van al banco. Una sociedad de garantías supone un umbral común, un encuentro social, una confianza. En Chile hay un problema de confianza. Según el PNUD lo que más tienen en común los chilenos son los perros que se ladran, de los vecinos. Estamos educados en el clasismo y la segregación.

Cuando te refieres a la Concertación hablas de sus políticos. Pero hay un mundo social y cultural debajo, del que provienes. ¿Te sientes parte de él?

-Es mi problema comunicacional: dar a entender que mi pelea no es con el ethos concertacionista, sino con el aparato.

¿Te sientes más cerca de Guido Girardi o de Andrés Velasco?

-Tengo diferencias de fondo con Andrés Velasco. En Chile, el 60% de los jóvenes gana el sueldo mínimo. O menos. Y Velasco, y Bachelet, y la Concertación -con autoflagelantes incluidos- no tuvieron ninguna capacidad de generar crisis política para corregir esta inercia que imponía Álvaro Bardón. La idea de la focalización. Nadie se atrevía a corregir esto. Ser buen alumno era más importante que ser buen compañero.

¿A Velasco lo consideras de derecha?

-Creo que su destino está en la derecha. Él mismo lo dice: está en contra de la gratuidad, nunca se reunió con un movimiento social. Nunca recibió a un estudiante. Como hombre de poder, jamás recibió a una federación. Nosotros, los díscolos, pedimos audiencia más de una vez para presentar nuestros reparos a determinadas políticas, y la respuesta fue cero. Lo que sí, valoro que vaya ahora a hacer lo que yo hice el 2009 y que tanto criticó.

¿Peleas ahora por lo mismo que el 2009? ¿Ves a la Concertación igual que entonces?

-Tengo una mala noticia: creo que incluso se han ido radicalizando en sus lógicas, como te digo, de focalización. Son cada día más enemigos de la discusión sustantiva sobre el modelo de sociedad. Veamos las controversias. Reforma tributaria: ellos proponen un ajuste tributario.

Dicen que no. Que quieren una reforma en serio.

-No creen en una reforma tributaria en serio, y por eso están en contra de la gratuidad en educación. Proponen una reforma para mejorar la focalización del gasto. Hablar de gratuidad supone ordenar el grueso de tus finanzas.

Pero Bachelet habla de gratuidad, ¿no?

-Nooo. Ha dicho lo contrario, que no le parece justo, si ella puede hacerlo, que el Estado pague la educación de sus hijos.

Pero después se desdijo.

-Ah, bueno, entonces me perdí. Le he escuchado todos los días algo distinto. Pero no quiero hablar mal de ella. Tengo buena opinión de ella. No la veo hace años y nunca me quedé con mal sabor. Tengo claramente menos reparos a su biografía de los que tenía con la de Frei, en términos morales. Pero en educación creo que ha cometido un error, y también en el tema de la Constitución y la asamblea constituyente. Eso devela que lo que quiere es mucho más el gobierno, que en paz descanse, de Boeninger, que el de la mismísima Bachelet. Es el gobierno de la medida de lo posible, de Ottone, de Enrique Correa. Del retroceso total. La asamblea constituyente y la gratuidad en la educación son miradas de la sociedad, mucho más que programas de gobierno. Más allá de la viabilidad.

Si sus posturas estuvieran más cerca de lo que planteas, ¿se abren espacios de diálogo?

-Es que me he ido decepcionando. La veo muy incómoda. Pasándolo mal. Enojada. Con malestar. Estoy muy decepcionado de su regreso. A su llegada intenté el humor (molesté con que escondía a los partidos como si fueran Alf) mucho más que a la interpelación. Respeté que fuera tocando los temas paulatinamente. Me propuse dejar que se instalara, pero terminada la instalación, la veo retrocediendo en las conversaciones en que Chile avanzó. Creo que tomó la opción de retroceder y no avanzar. Y lo que hicieron los estudiantes fue avanzar, mover los límites. Lo mismo que hizo Aylwin en su momento: lo suyo no fue restablecer la justicia y avanzar en los derechos humanos; lo suyo fue la reconciliación. Bueno, esto es lo mismo, pero en otras áreas.

2009 Y LOS EMPRESARIOS

¿Te arrepientes de haber llamado a votar por Frei?

-No llamé a votar por Frei. Voté por Frei, que no es lo mismo. Me arrepiento en la forma. Creo que cometí muchos errores. Me demoré mucho en decir por quién votaba. Pensé que la Concertación podía cambiar, que Bachelet iba a liderar eso, que le iba a pedir la renuncia a Escalona.

Ahora se la pidió, prácticamente.

-Bueno, tres años después. Fui ingenuo. Creí que la señal de haber sacado un 20% era inequívoca, pero no, estos tipos son incorregibles. La forma en que le di mi apoyo fue mala, pero no me arrepiento. No me iba a abstener ni mucho menos iba a votar por Piñera. El 2009 abrí las puertas, hice sentir que había otro país. En la segunda vuelta se volvió a la lógica del SÍ y el NO.

¿Te parece, como dicen varios, que el ambiente político chileno está crispado?

-No. Esa es la cachetada del payaso. No me compro nada de lo que se lee. Nada, nada. Nunca he visto los diarios más disociados de la realidad. Nunca.

¿Qué están mostrando los diarios y qué ves tú?

-Leí hace pocos meses en un diario cómo Jorge Burgos se había reconciliado con Insulza en un acto, a través de un guiño de ojos. Y yo me pregunté: ¿a quién le puede importar en Chile esa noticia?

A nadie.

-La prensa está convertida en un diario mural. Yo no sabía que Insulza y Burgos estaban peleados, ni me interesa por qué se pelearon, ni mucho menos si acaso se reconciliaron.

Creo que estás más atento que el promedio a esas noticias. Yo, al menos, nunca la vi. Más bien me interesa saber si ves una revolución en curso o qué.

-Creo que Escalona y Jaime Guzmán, uno desde el más allá y otro desde acá, están coludidos para que esto no se mueva.

¿Lo que se necesita ahora, en tu parecer, es un ajuste al modelo?

-No. Cambio de reglas. Ese es mi concepto. En educación hay que prohibir la selección de alumnos.

Entiendo que ya está prohibida.

-No. Sólo hasta sexto básico. Y demás está decir lo imperfecta que es. Ya en primero medio es una fiesta, bajo la excusa del proyecto educativo. El problema de Chile son las reglas. Más la política que la economía. La regla electoral, la regla energética, la regla educativa. Y las reglas se fijan en la Constitución.

¿Es verdad que estamos al borde de una crisis energética?

-No, pero hay que tomar decisiones. El mundo se mueve y acá no estamos tomando decisiones. Lo mismo con el cobre. Estamos haciendo algo inaceptable. Piñera ha gastado el ingreso del cobre como si fuera un ingreso permanente, cuando es transitorio. El cobre puede bajar y cambiaría todo en dos minutos. Y Piñera le está dejando al próximo gobierno un problema grande. Me llama la atención que habiendo tanto economista dando vuelta, sea yo, un filósofo y cineasta mediocre, quien diga, epa, ojo aquí.

¿Viste las declaraciones de Von Appen?

-Sí, pero la familia dijo que estaba fuera de órbita.

Cierto, pero más allá de eso, ¿tú crees que hay un mundo empresarial que piensa como él?

-Estoy convencido. He escuchado a ese mundo decir que aquí lo único importante es que Bachelet vuelva, porque es la única que garantiza que nada cambie. Se lo dijeron también a Lagos Escobar. Está el síndrome de Estocolmo: son estos a los que tienen secuestrados y que están enamorados de ellos.

¿Notas a los empresarios asustados, atrincherados?

-Totalmente. Von Appen, más allá de la anécdota, y creyéndole a la familia, creo que confiesa que están en esa. Pero no me compro que hay una verdadera diferencia entre la Concertación y ellos. Los vi y los conozco, y los veo repitiendo la misma escena dramática que consiste en la cachetada del payaso. No hay diferencias de fondo entre el concepto de sociedad de la Concertación y la derecha.

Entonces los empresarios no tendrían razones para tener miedo.

-Ellos le tienen miedo a otra cosa: a que Bachelet se deje tentar o presionar por un polo más progresista. Pero, ¿por qué la apoyan, por qué hablan bien de ella?

No los he escuchado alabarla últimamente.

-Yo he escuchado puras maravillas respecto de que la Concertación vuelva al poder. He escuchado, explícitamente, que Piñera fue para ellos un santo desastre. Que metió en líos a la banca más que el gobierno anterior. Seamos justos, negro sobre blanco, este gobierno no es distinto del anterior. Más allá de Carlos Larraín, la virgen de la señora Ossandón, etc., en lo sustantivo, han sido muy parecidos.

Parece el último gobierno de la Concertación.

-Yo lo veo igual.

Razón por la cual, eso a lo que llamábamos Concertación está presa de hacer algo nuevo.

-Estas últimas dos semanas puede que tengas razón. Pero se trata de un escenario muy reciente. Tal vez falta tiempo para digerirlo.

¿Sigues creyendo que Bachelet tenía a los partidos escondidos?¿No sería que estaban sin comunicación?

-Para efectos prácticos es lo mismo. No hemos visto proyectos. Lo que hemos visto son comisiones que van a hacer la digestión de sus dudas. Si de algo tiene que saber un presidente de la República es de Constitución. Puede no saber de política de vivienda, de áreas verdes, de todo lo que tú quieras, pero hay una carpeta en la que tiene que tener un camino: la Constitución. Que la derecha diga que no hará nada con ella es normal, porque son sus guardianes, pero, sin ánimo de seguir polemizando, que Bachelet arme una comisión, a seis meses de la elección presidencial, para estudiar cuál será su plan constitucional, guau, esto sí que es nuevo. La Constitución es EL texto que te interpela a ti como presidente.

Pero el presidente de turno no es el llamado a hacer la Constitución que él quiere.

-No, pero tiene que pronunciarse sobre qué rumbo le quiere dar al país. O cambiándolo o manteniéndolo.

Ella dijo en entrevista con este mismo pasquín que quería una nueva Constitución.

-¿Cuál?

No sé. ¿Tú sabes cuál quieres?

-Por supuesto. No la voy a imponer, pero quiero promover una: más federalista, menos presidencialista, con otro modelo electoral, con un parlamento unicameral, sin Senado. Te puedo decir exactamente lo que pienso.

¿Por qué cagó Camilo Escalona, si parecía incombustible?

-Primero creo que no, que no cagó. Para ponerlo así con tus palabras. No cagó nada. Y es la parte más noble de él. Hay una parte que me cae bien de él: que le gusta la política en serio, es un hombre que ama la política, lo colectivo, construir. A mi juicio de mala manera y al servicio de malas ideas, pero indiscutiblemente es un hombre de la política. No creo que Camilo Escalona esté buscando el lucro en la política. Puede estar buscando el estatus social, reconocimientos. Probablemente, como nunca ha pagado PPM, nunca ha pagado IVA, nunca ha emitido una boleta de honorarios, le tenga pánico a competir en el mercado. Tal como no lo acuso de lucro, sé que le tiene pánico a trabajar y a competir por su sueldo mes a mes. Eso lo tengo clarísimo.

Tú no le tendrías.

-Lo hice. Me conociste así. Yo tuve una Pyme. Rivas&Rivas. Competí en el mercado, fracasé, triunfé, hice series, cine, publicidad. Pero en esta entrevista me gustaría ser más original que criticar a Escalona. Creo que él va a volver a la política, no hay que equivocarse en eso. Y no va a salir nunca. Él es el ethos de Bachelet.

¿No crees que se haya producido una ruptura?

-Ninguna. Ninguna.

¿No es culpable Bachelet de la salida de Escalona?

-Nada. Creo que Escalona sobre reaccionó.

LOS CAMBIOS

¿Terminarías con las isapres?

-Sí. Propongo un sistema distinto. Transformarlas gradualmente en aseguradoras. Que no tengan este subsidio legal y tener un gran seguro social. Los tres millones de cotizantes, además tenemos que tener una aseguradora. Todos nos vamos a un gran seguro social junto a Fonasa. Fortalecemos este nuevo Fonasa, este gran seguro social y el que quiera ir a una clínica distinta, pagará un seguro. Que de hecho ya lo estamos pagando.

¿Y las AFP?

-Propongo avanzar a un sistema de reparto, que es distinto a la capitalización individual.

¿Se acaban las AFP?

-Tal como las conoces, claro. Las corregiría poniendo una mitad de un pilar solidario. Son 17 reformas. Pero en rigor, tienen que ver con los porcentajes de comisiones, la transparencia, la participación de cotizantes…

¿Pero las mantendrías en manos particulares?

-Estoy a favor de la AFP estatal. Pero hablar de AFP estatal y no de pilar solidario es pisarse la cola. Puedes tener 10 AFP estatales y no tener pilar solidario y sigue siendo injusto. No sé si me explico. Hay un tema de pilar solidario, que hay que cambiar. Que es de reparto.

¿Qué es el pilar solidario?

-Que hay una solidaridad intergeneracional. Hoy el sistema de AFP es de sálvese quién pueda. Tú cotizas ante ti mismo, con todas tus virtudes y defectos, oportunidades y desigualdades de género, de origen y compañía. Un sistema solidario es que el Estado cambia las reglas y establece que el que tiene más cotiza también por el que tiene menos. Y se empieza a establecer entre generaciones, más joven y más viejo, más rico y más pobre, y con un aporte estatal fuerte.

Y con los colegios subvencionados, ¿terminarías?

-No, es que eso es más complicado. Propongo terminar con el sistema de selección de alumnos. Lo propuse en la LGE y voté contra Larraín, Escalona y Bachelet por eso. Prohibirla hasta cuarto medio. Dos: terminar con el copago. Son US$1.600 millones. Es decir que ningún papá paga más. Cero. Eso no quita que los privados puedan educar. Un privado puede educar pero no tiene por qué cobrar.

A ver.

-Es que esto necesito mostrártelo: colegio fiscal, 36% de Chile. Ese no puede seleccionar, recibe a todos. Hijos de presos, papás separados. Todos. Liceo fiscal, en manos de municipalidades. Propongo desmunicipalizarlos. Estado docente. Fortalecer la subvención escolar, cambiar el SIMCE. El crimen de Chile es Simce, que segrega y hace competir. Dos: colegio privado. 8% de Chile. También propongo que los regulemos. Procesos de admisión fiscalizables. La discrecionalidad de los privados es increíble. Eso vale incluso para los privilegiados: les propongo un estado de derecho, que no hay, tú y yo lo sabemos.

Es muy cruel que seleccionen por las familias.

-Es una locura. Y el 56% son los particulares subvencionados. ¿Por qué existen? Porque la iglesia católica quiere ayudar a educar. En 1992, Jorge Arrate, que era ministro de Educación, hace algo adicional a lo que Pinochet hizo, que privatizó la educación: Arrate, de alguna manera, hace que el peso de la subvención sea más o menos parecido para el liceo fiscal que para el particular subvencionado. Pero le pone reglas públicas. Ahí está el tema de la selección. Entonces, tú, Legionario de Cristo, eres buena persona y quieres educar. Vas al ministerio y cobras por cada alumno, como subvención, 40, 50, 60 lucas. Vas a juntar alumnos y como necesitas juntar más alumnos para juntar más plata, necesitas tener buen SIMCE. Volvemos al Simce. Y para tener buen Simce empiezas a no querer a hijos de papás separados, o a los hijos de los presos o a los hijos de drogadictos.

Pero eso entiendo que está prohibido.

-Hasta sexto básico. En Chile era mucho mejor lo que había antes de la LGE, incluso. No se hablaba de esto. Se hacía de hecho y se percibía. Ahora a partir de séptimo básico ya puedes seleccionar. ¿Qué proponemos? Prohibir la selección hasta cuarto medio. Pero algo adicional: terminar con el copago. Tú eres legionario de Cristo, vas a recibir por cada alumno que tengas 40 lucas y vas a poder cobrar hasta setenta lucas. Los papás en Chile pagan, promedio, 10 lucas; el tope es 70. Lo que propongo es que esos papás no paguen nada más, lo que no quita que un privado pueda lucrar. Me da lo mismo, pero sí te vas a someter a reglas publicas. Vas a recibir plata, no vas a poder seleccionar. Con aumento de subvención. Eso cuesta US$1.600 millones. Terminar el copago no es demencialmente caro. Requiere reforma tributaria, pero para efectos proporcionales, los bonos de Sebastián Piñera valen 300 millones de dólares. Un bono.

Voy a volver a la UP. ¿Te gustaba la Escuela Nacional Unificada?

-La ENU. Mi abuelo, entre otros, fue su defensor. ¿La has leído? Vale la pena. Es muy interesante. Lo que pasa es que se demonizó porque todo lo que hiciera Allende era considerado venenoso.

¿Qué es lo interesante de la ENU?

-La defensa de la educación pública, la esfera pública. Todos mis contendores hablan de la educación desde la economía. Además, todos son economistas. Lucro o no lucro. Economía. Simce o no Simce. El Simce es una herramienta de la gestión, de la economía. Tratan de transformar la educación en un tema de gestión. Me impacta cómo triunfaron los economistas. En Chile, los economistas impusieron la idea de que lo que era bueno para las telecomunicaciones era bueno para la educación. Estoy en desacuerdo.

BOLIVIA Y LA JARANA

¿Cómo le darías mar a Bolivia?

-Le daría como se hizo con el canal de Panamá: un enclave por 99 años, sin soberanía, en territorio chileno. A cambio, y ahí viene la discusión, de la permuta de un enclave hacia Brasil, un mercado de 200 millones de consumidores. El tema de las aguas del Silala, habrá que resolver una parte para nosotros.

¿Te gusta como está América Latina? ¿Lo que está pasando en otros lados?

-Hace dos años te habría dicho que era un momento de abundancia, de libertad, y hoy me preocupa que todos nuestros gobiernos, todos, se estén farreando este momento de abundancia para cambiar los modelos de desarrollo. El cobre, el petróleo en Ecuador y Venezuela; la soya en Argentina, el estaño en Bolivia, la minería en Perú. Todos estamos mirando a China y mirando demasiado poco a Sudamérica buscando modelos de integración.

¿Cuando fue la última vez que te fumaste un pito?

-Me lo han preguntado mucho. En la universidad, seguro. Y en los rodajes de filmación, seguro. Debe haber sido mínimo quince años. Desde que me casé, nunca más.

¿Puede contar un candidato a la presidencia el último desborde que se pegó, la última farra feroz? Porque me llama la atención que las respuestas respecto a pitos, desbordes, sean tan estandarizadas. Como que nadie nunca pudiera decir “mira, la última vez que terminé vomitando, botado no sé dónde fue en”.

-Sí. Pero separemos el tema farra de drogas, porque yo he tenido farras duras, duras, sin drogas. Con copete.

¿Y duras con droga?

-Y duras con droga. Pero yo he hecho una broma porque Andrés Allamand nos cuenta siempre que iba caminando, había viento, se tropezó y justo le cayó un pito en la boca, lo aspiró y no le gustó. No. Yo fumé sentado, de pie, acostado, solo, emparejado, con grupos de amigos. Y probé cocaína no una vez por accidente; asiduamente, sin ser adicto, sin ser drogadicto ni nada.

¿Y te pasaste farras largas?

-Sí, amanecidas completas, claro. En la universidad, más de una vez. No tengo nada que esconder. No quiero estigmatizar el mundo en que trabajé pero en mi trabajo anterior, para nombrarlo así, hice fiestas. Es demasiado fácil hacer la caricatura que el mundo del cine y de la televisión es un antro. No creo para nada en eso. Yo tengo un cuevazo: que tuve hepatitis y me caen muy mal el copete, la droga. La cocaína me bajaba la presión, me dan bajones de hambre, que es totalmente inversa con la cocaína.

¿Te daba hambre con la cocaína?

-Sí, debo haber comprado cocaína muy mala porque me daba hambre. Me bajaba la presión.

Un cocainómano hambriento es un caso bien particular. ¿El aborto sin apellido es un derecho de la mujer?

-Así es. El derecho a decidir de la mujer. Primer diputado de la historia de Chile que presentó esa ley, censurada por la UDI y la DC.

¿Cuándo comienzo un feto a ser persona?

-Esa es una discusión en la que no entro. La evidencia científica es controversial, no hay mayorías. Y más bien, la que está establecida al día de hoy es la que los países más desarrollados han investigado: que es ocho semanas o doce semanas. Hay un rango. Pero esa es una discusión.

¿Pero a ti te conmueve el embrión? Esa cosa que conmueve a algunas personas.

-A mí me conmueve la ciencia, en esta materia. Hasta las ocho o las doce semanas no hay vida, por tanto es una discusión zanjada por la ciencia. Si alguien quiere desde la religión ponerlo en duda, encantado. Yo hago las leyes de acuerdo a la evidencia científica también, además de mis convicciones. Y quiero los mismos derechos sexuales y reproductivos para hombres y mujeres. Estoy a favor del derecho a decidir. No solamente el terapéutico.

¿Encuentras raro creer en Dios?

-No. Yo creo en Dios.

¿Crees en Dios?

-Sí, claro.

¿Pero eres religioso?

-No.

Pero crees que hay un ser superior.

-Sí, totalmente,.

¿Y rezas?

-Sí, pero de manera progresista.

Jajaja. ¿Cómo se reza de manera progresista?

-Cruzo los dedos, así minimalista. Soy minimalista.

Sin tanta confianza.

-Sin tanta confianza. Creo en Dios, totalmente. Tú también, ¿no?

No, yo no sé.

-Yo pasé por el no sé. Estuve en el no, en el no sé y ahora estoy en el creo. Pero siempre estuve muy coqueto con la idea del dios.

¿Qué te ha llevado a creer en Dios?

-La filosofía de la ciencia. Te vas a reír. Estudié filosofía y una de las cosas que más me impactó era la imposibilidad de ver el origen del hombre, del universo. La teoría del big bang, todo eso. Llegué a la íntima convicción, incluso desde la matemática, y del infinito. Soy convencido que Dios existe.

Hay un ser que creó esto. Hay un algo que creó esto.

-Hay algo más. Además, creo que da paz la idea de que hay algo más.

¿Y los hombres cuando se mueren se van al reino de ese algo más?

-No. Ahí vienen las contradicciones. Acuérdate que soy un controvertido.

Nicanor Parra dice que hay que vivir las contradicciones sin conflicto.

-Sí. Hegel decía lo mismo.

Hay un Dios, pero cuando te mueres…

-Se acabó la fiesta.

¿Y de la eutanasia, qué piensas?

-A favor.

¿Y qué significa?

-A favor del derecho. Todo esto tiene que ver con los contextos clínicos, con derechos garantizados, con un Estado moderno que no prejuzga sobre la vida, que no decide la vida y la muerte de nadie; que respeta la libertad individual en función de una sociedad de un contexto colectivo. Creo en eso, que dadas ciertas condiciones, con ciertos elementos, ciertos protocolos, corresponde la eutanasia.

¿Por qué en Chile todos estos temas son tan difíciles?

-Pero son cada vez menos difíciles. Cuando doy conferencias fuera de Chile me preguntan eso mismo. Chile tiene la caricatura de ser una sucursal del Vaticano. Puta, yo saqué el 20%. Sobre el tema del mar a Bolivia, fíjate: nosotros ganamos elecciones en Arica, Pozo Almonte, Calama, Tocopilla, casi en Vallenar. Es fuerza del norte, que es la zona más interpelada. Gané en Iquique como candidato presidencial.

CAMILA Y LA SEGUNDA VUELTA

¿Qué opinas de Camila Vallejo?

-Me gusta lo que representa. Hay una cierta formalidad que me parece atractiva, del punto de vista de contenido. Lo estético con el contenido.

¿Le juega en contra el Partido Comunista?

-Es que siempre he dicho que fui del PS en los noventa porque no podía ser de derecha ni comunista, para que te hagas una idea de lo que pienso. Creo que el PC da una respuesta completamente insuficiente a los desafíos de hoy. Completamente.

¿Y de Giorgio Jackson?

-Tengo buena opinión. De hecho, hemos hecho una iniciativa en el partido, a petición mía, que se abrieran las puertas del partido para llevar candidatos a diputado y diputadas y senadores y cores que compartan un programa pero, y aquí viene un matiz que él lo tendrá súper claro en los últimos días: que no creemos que la Concertación sea corregible ni que haya mucho que construir con ella.

Si por algún motivo no pasaras a segunda vuelta en las elecciones, ¿apoyarías al candidato concertacionista?

-Pasaremos a segunda vuelta. De ahí no me vas a sacar.

No te voy a sacar de ahí. Es una cosa que se discutirá en su momento.

-Pasaremos a segunda vuelta.

Y si por algún extraño motivo no pasaras, ¿formarías parte del futuro gobierno si te invitaran?

-Pasaremos a segunda vuelta y construiremos un gobierno con las fuerzas que existen. No va a haber una revolución electoral de aquí a seis meses. Acá hay fuerzas que ya están constituidas, fuerzas emergentes y fuerzas consolidadas y fuerzas conservadores, como quieras expresarlo. Y la gente va a tener que optar. Yo ofrezco, sin ser obispo de la calle, la capacidad de síntesis entre la calle, el movimiento social, y el sistema. Nosotros hemos organizado el descontento y hemos creado un partido para eso. Somos un puente entre la realidad social, la crítica ácida y el sistema.

Te invierto entonces la pregunta: dado que vas a pasar a la segunda vuelta, y si llegas al gobierno, ¿vas a gobernar con gente que está en la Concertación?

-Así es. No tengo duda. Con Pato Walker en materia de infancia. No me pierdo un milímetro. Es de los tipos lúcidos en esa materia. Imagínate: lo denuncio a él por conservador en materia de derechos sexuales y reproductivos. Pero lo reconozco.

¿Invitarías a dialogar a Bachelet en alguna materia?

-Me encantaría contar con ella en segunda vuelta.

Como a ella le encantaría contar contigo en segunda vuelta.

-No tengo la menor duda. Pero me encantaría contar con ella en segunda vuelta. No sé si en materia de género, porque creo que está al debe. No le pediría consejo en eso.

Ya, pero dado que tú quieres contar con ella en segunda vuelta, ¿ella podría contar contigo en segunda vuelta?

-Aspiro a pasar a segunda vuelta porque no puede ser de otra manera. No veo en la derecha una alternativa positiva para Chile para lo que viene.

Además se ve muy improbable, porque los dos candidatos son de nichos…

-Y pinochetistas. Y aprovecho el The Clinic, que es un diario duro en eso: Longueira y Allamand son la negación de Piñera. El principal atributo de Piñera para ganar la elección fue haber votado por el NO. Y yo no creo en ese Chile pegado al pasado, pero es un dato fundante para cualquier candidato cómo te comportaste respecto a la dictadura. Hay candidatos que entraron en dictadura al aparato público, otros que en dictadura hicieron su fortuna; hay candidatos que al alero de la dictadura hicieron su carrera. Y aquí hay varios candidatos que tienen que explicarnos su relación con la dictadura. Con varios candidatos independientes que andan dando vueltas y con los candidatos de derecha, tengo una diferencia fundante en materia de relación con Pinochet.

Si no ganas, ¿vas a seguir de candidato?

-Vamos a pasar a segunda vuelta.

Pero uno piensa en los escenarios.

-Creo que tú mismo eres de los que el 2009 tenía una cierta imputación respecto de mí: de que había algo de berrinche, de prolonguemos la fiesta. No digo tú, pero en una cierta reflexión de la opinología había esa imputación.

Creo que la imputación era más bien el personalismo. Y te lo seguiría preguntando: ¿por qué no veo más rostros del PRO? ¿Por qué a tu alrededor no hay otras personas que tomen protagonismo?

-Porque ayer el diario El Mercurio me dijo que no podía publicar una carta mía firmada por diez colaboradores. Necesitaba que fuera uno solo, porque en los medios el foco no acepta entrevistar a gente sin activos mediáticos, salvo que sean extranjeros, estrambóticos y excepcionales. Si te nombro a Miguel Márquez, a Patricia Morales, a Camilo Lagos, a Alejandra Bottinelli, Felipe Fuenzalida, no te dice nada pero son mis expertos. Son mis expertos de gobierno. Es lo mismo que el 2009, fue la misma acusación que se contradijo en segunda vuelta, cuando Frei y Piñera ponían en su franja a todos mis asesores. Era el llanero solitario y en segunda vuelta la franja televisiva era la portada. Era “yo también tengo un asesor de Marco”. ¿No te acordaí?

Sí.

-Puta, pura mala fe. Estos son discursos de mis adversarios.

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