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Mundo

29 de Mayo de 2013

El Estado que pidió un perdón que no fue aceptado por sus víctimas

Han pasado ocho años pero las heridas de la masacre de San José de Apartadó, en el departamento colombiano de Antioquia, todavía no se cierran.

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Y el más reciente esfuerzo del gobierno colombiano en ese sentido parece haber fracasado rotundamente, por culpa de una ausencia particularmente visible.

Efectivamente, este martes, y en cumplimiento de una orden de la Corte Constitucional, el Estado colombiano ofreció disculpas formales por las declaraciones de “varios funcionarios públicos que mancillaron el buen nombre y la honra de la comunidad” durante los días que siguieron a los sucesos de febrero de 2005.

Pero los sobrevivientes de la masacre, perpetrada por grupos paramilitares con la complicidad de efectivos de las fuerzas armadas colombianas, se negaron a recibirlas.

La razón: en la ceremonia de desagravio el Estado colombiano estuvo representado por el ministro del Interior, Fernando Carrillo, y no por el presidente Juan Manuel Santos, como supuestamente se había convenido.

Y para los miembros de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó, ese cambio de agenda constituyó una “nueva afrenta” y una “agresión más del Alto Gobierno”, que vino a desnaturalizar “una retractación que pretendía resarcir afrentas perpetradas por el Jefe del Estado y corregir conductas que han incentivado prolongadas cadenas de crímenes horrendos”.

“En nombre del Estado”

Las afrentas se refieren sobre todo a unas declaraciones hechas en febrero del 2005 por el entonces presidente Álvaro Uribe en contra de los líderes de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó, que habían declarado a su territorio neutral frente al conflicto.

“En esa comunidad (… ) hay gente buena, pero algunos de sus líderes, patrocinadores y defensores están seriamente señalados, por personas que han residido allí, de auxiliar a las FARC y de querer utilizar a la comunidad para proteger a esta organización terrorista”, dijo en su momento Uribe.

Y la supuesta complicidad de las ocho víctimas de la masacre – entre las que se contaban tres niños – con la guerrilla también fue insinuada por otros funcionarios públicos.

Ocho años después, fue de esos señalamientos que el Estado colombiano se disculpó por boca de Carrillo.
“Este es un acto para rectificar esos pronunciamientos que ahondaron el dolor de una comunidad que ha sufrido la persecución de sus líderes y la muerte de muchas personas”, declaró el ministro.

“Reprochamos con vergüenza las acciones y pronunciamientos del pasado”, dijo, durante una ceremonia pública que había sido concertada con los ofendidos.

Pero los líderes de la Comunidad de Paz, como Jesús Emilio Tuberquia, ya no estaban ahí para oírlo.

“Nos informaron (que el presidente santos no iba a asistir) en la tarde de ayer, cuando ya estábamos acá en Bogotá todo el grupo. Hay una falta de respeto. Se sigue mostrando falta de voluntad y uno resume que eso dice muchas cosas más allá de eso”, dijo Turbequia.

“Nosotros no legitimamos esa retractación. Hasta que no sea el presidente personalmente, físicamente, para nosotros no ha habido retractación”, insistió.

Sin cambios

Según el ministro Carrillo, la orden de desagravio emitida por la Corte Constitucional en enero de este año, no obligaba a la presencia del presidente Santos.

Pero, para Tuberquia, el principal problema es la confianza traicionada.

“Para nosotros no bastan las palabras, sino los hechos reales, que se cumplan los compromisos que se adquieren”, le dijo el líder comunitario a BBC Mundo.

“Y la situación (en San José de Apartadó) sigue igual: la presencia de grandes grupos paramilitares que actúan conjuntamente con la fuerza pública, el desplazamiento gota a gota de mucha gente de la zona, las muertes selectivas a manos de los actores armados, la persecución de la fuerza pública, las amenazas, las retenciones, la persecución, los empadronamientos ilegales. Todo sigue como siempre”, afirmó Tuberquia.

“Lo único que ha cambiado es el discurso negando la presencia paramilitar, hablando de Bacrims, de bandas criminales, de bandas al servicio del narcotráfico. Pero es el mismo paramilitarismo”, agregó.

Y, como para probar que las percepciones en su contra también se mantienen, el expresidente Álvaro Uribe no dudó en volver a hacerse presente en el debate.

“Me ratifico en la utilización que han hecho terrorista Farc y extranjeros de algunas personas en comunidades de paz”, escribió el exmandatario en su cuenta de Twitter.

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#Colombia#masacre#San José

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