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LA CALLE

29 de Mayo de 2013

Los encapuchados chilenos según la BBC

Vía BBC Mundo Aparecen en casi todas las manifestaciones en la capital chilena, Santiago, y en otras ciudades del país y lanzan piedras, cócteles molotov e incluso ácido a la policía. Pintan grafitis y atacan a los periodistas que tratan de filmarlos o fotografiarlos. Son los “encapuchados”. Y se han convertido en una característica de […]

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Vía BBC Mundo

Aparecen en casi todas las manifestaciones en la capital chilena, Santiago, y en otras ciudades del país y lanzan piedras, cócteles molotov e incluso ácido a la policía.

Pintan grafitis y atacan a los periodistas que tratan de filmarlos o fotografiarlos.

Son los “encapuchados”. Y se han convertido en una característica de las protestas que han sacudido a la sociedad chilena en los últimos dos años.
Durante ese tiempo, los estudiantes han protagonizado decenas de manifestaciones en todo el país.

Ambientalistas, activistas de los derechos de los homosexuales, mineros del cobre y miembros de las comunidades indígenas de Chile también han salido a las calles para expresar sus reclamos.

La gran mayoría marcha pacíficamente, pero a menudo las protestas derivan en actos de violencia.

Pequeños grupos de jóvenes, con sus identidades ocultas bajo capuchas y bandanas, se enfrentan a la policía, que suele responder con gases lacrimógenos, garrotes y cañones de agua.

Miles de personas han sido arrestadas y cientos han resultado heridas.

“Impacto desproporcionado”

La cobertura mediática de las protestas tiende a centrarse en los enfrentamientos en lugar de las marchas pacíficas que los preceden.
Como resultado, las cuestiones en juego –el medio ambiente, la igualdad de género, los derechos de los indígenas y sobre todo la educación– a menudo son pasadas por alto.

En cambio, el debate se centra en las tácticas policiales y de orden público.

Los líderes del movimiento estudiantil son muy conscientes de esto.

Las encuestas de opinión muestran consistentemente que mientras muchos chilenos apoyan sus demandas de reformar la educación, deploran la violencia y el vandalismo que acompañan a las marchas.

“Lo importante para nosotros es seguir hablando de la educación”, dice Andrés Fielbaum, presidente del federación de estudiantes de la Universidad de Chile. “Tenemos que recordar que las personas que causan la violencia son menos del 1% de las personas en las marchas”.

Eso es cierto, pero ese “menos del 1%” tiene un impacto desproporcionado en los medios de comunicación, y empaña la reputación de todo el movimiento.

“Lucha frontal contra el sistema”

¿Quiénes son los encapuchados y qué es lo que quieren?

Gabriel Salazar, historiador de izquierda y profesor universitario que ha seguido las protestas de los últimos dos años, identifica a dos subgrupos dentro de sus filas.

“La gran mayoría es de los barrios pobres de Santiago y se encuentran en la educación superior, muchos de ellos en escuelas técnicas”, dice.

“Vienen de comunidades con una larga tradición de protesta que se remonta a la dictadura de Pinochet. La protesta violenta es casi una rutina para ellos”, agrega.

Pero Salazar también identifica a un segundo grupo, más pequeño, de un origen un poco más acomodado, que son conversos más recientes a la violencia.
Dice que son anarquistas involucrados en “una lucha frontal contra el sistema”.

Las banderas anarquistas rojas y negras son visibles en muchas de las marchas.

“El anarquismo ha crecido mucho en una gran cantidad de universidades chilenas, incluyendo ésta”, dice Alberto Mayol, sociólogo de la Universidad de Chile, uno de los dos centros de estudios más prestigiosos del país.

Mayol ve una línea directa de descendencia de los manifestantes contra Pinochet de los 80 a los activistas estudiantiles de hoy.

“Lo que estamos viendo ahora es el fin del fin de la era post-dictadura”, señala.

Vaivenes del mercado

La violencia no está de ninguna manera limitada a las manifestaciones estudiantiles.

La marcha del Día de los Trabajadores de este año terminó en violentos enfrentamientos en el centro de Santiago: 141 personas fueron detenidas y 42 policías resultaron heridos.

La policía no es el único objetivo. Bancos, farmacias y locales de comida rápida fueron destrozados.

Los encapuchados no toman amablemente la intromisión de lo que consideran son “los medios de comunicación burgueses”.

El 1º de mayo atacaron una camioneta del canal de televisión chilena Canal 13, e hirieron al conductor y a un camarógrafo.

Durante una manifestación de estudiantes el 8 de mayo asaltaron a un periodista de la cadena estadounidense CNN.

Los objetivos de estos manifestantes violentos son difíciles de determinar. Algunos parecen estar luchando por la revolución, mientras que otros lo hacen sólo por diversión.

Sociólogos dicen que muchos de ellos son jóvenes molestos y marginados por el modelo económico capitalista de Chile, que ha traído prosperidad pero que también ha dejado a algunos de sus ciudadanos vulnerables a los vaivenes del libre mercado.

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