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1 de Junio de 2013

La aviación y el ciclismo, una relación oculta

Vía www.w5.cl La aviación y el ciclismo son dos medios de transportes muy diferentes, en todo sentido, por lo que para muchos puede resultar curioso el enterarse que entre ellos existe una relación muy cercana. Aunque el origen de la bicicleta se remonta a varios milenios (hay registro de primitivos vehículos de dos ruedas en […]

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Vía www.w5.cl

La aviación y el ciclismo son dos medios de transportes muy diferentes, en todo sentido, por lo que para muchos puede resultar curioso el enterarse que entre ellos existe una relación muy cercana. Aunque el origen de la bicicleta se remonta a varios milenios (hay registro de primitivos vehículos de dos ruedas en las antiguas civilizaciones china y egipcia) y la aviación posee recién algo más de un siglo de existencia, en los inicios del vuelo ambos medios compartieron de manera muy estrecha.

Conocidos son los inventores y pilotos que durante los primeros años del siglo XX sorprendieron al mundo levantando vuelo en aquellos frágiles aparatos de madera y tela, amarrados con alambre. De la lista de aquellos osados pioneros surgen, entre muchos, los nombres de los hermanos Orville y Wilbur Wright, GlennCurtis y Henry Farman. Y en Chile tenemos a los hermanos César y Felix Copetta, Clodomiro Figueroa y Luis AlbertoAcevedo.

¿Qué tienen en común todos los arriba nombrados, además de ser precursores de la aviación? Nada más y nada menos que haber sido también destacados constructores de bicicletas e, incluso, campeones de ciclismo.

Aunque esto pueda ser sólo coincidencia, y quizás una condición esperable dadas las características de los primeros aviones, que en su frágil estructura utilizaban muchos elementos que reconocemos en las bicicletas, tales como las ruedas, cadenas para transmitir movimiento o alambres articulados, en realidad el asunto va mucho más allá del simple azar.

El primer vuelo

El ser humano comenzó a surcar los aires durante el siglo XVIII, en globos aerostáticos y posteriormente con dirigibles y rudimentarios planeadores, pero se trataba de vuelos libres y no (débilmente) controlados. En los albores del siglo XX, con el desarrollo de motores de combustión interna como medio de propulsión y con el conocimiento que se tenía sobre superficies sustentadoras (fundamentalmente gracias al trabajo del alemán Otto Lilienthal, pionero de los planeadores), eran muchos los personajes, en diferentes partes del mundo, que estaban intentando hacer volar un aparato más pesado que el aire y fueron los hermanos Wright quienes primero lo lograron, el 17 de diciembre de 1903.

Aunque existe controversia sobre quién fue efectivamente el primero en hacer volar un avión, los historiadores están de acuerdo que fueron estos hermanos quienes lograron el primer vuelo de un aparato más pesado que el aire, pero es necesario destacar que el gran mérito de los Wright no es sólo el haber logrado volar, sino el haberlo hecho en forma controlada.

Y es aquí donde toma sentido el que los hermanos Wright hayan sido fabricantes de bicicletas, ya que a diferencia de sus rivales, que pensaban que la clave del vuelo estaba sólo en disponer de superficies sustentadoras (alas) y un mecanismo propulsor (motor), los hermanos inventores sabían que necesitaban también de elementos que permitieran controlar y maniobrar el aparato en diferentes ejes, tal como sucede al andar una bicicleta, en donde el conductor debe controlar su vehículo en varios planos.

Todo ciclista sabe que para doblar no basta con girar el volante, como lo hace un chofer de auto, sino que debe también inclinar su cuerpo y que debe hacerlo en un ángulo preciso, en perfecta coordinación con el grado de giro del volante y la velocidad que lleve el móvil. Si los valores de estas tres variables no coinciden, sobreviene una inevitable caída.

Algo similar ocurre al volar, pero aquí el asunto es más complejo, ya que al desplazarse por el aire es necesario controlar tres ejes y no dos, como en el caso de las bicicletas. Y esto lo entendieron muy bien los Wright, quienes asumieron que en los virajes el avión debía inclinar sus alas, a diferencia de los demás constructores que consideraban que las aeronaves debía desplazarse siempre niveladas, incluso en los giros.

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