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Nacional

6 de Junio de 2013

Estudiantes proyectan paros y tomas mientras La Moneda toma palco para los emplazamientos a Bachelet

Más allá del revival del movimiento estudiantil, con tomas y paros en más de 20 universidades y colegios emblemáticos, el movimiento estudiantil apunta a seguir tensionando el escenario electoral para apurar las definiciones de los presidenciales y proyectar lo que ocurrirá con sus demandas este año y, sobre todo, frente al próximo gobierno. Un punto advertido desde La Moneda, que espera a que las demandas se vuelquen sobre Bachelet y que sustenta sus acciones ante la medición de un menor respaldo ciudadano a las tomas de establecimientos y a un mayoritario apoyo a leyes como la antiencapuchados y de protección a policías.

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Una medida de presión hacia los candidatos presidenciales más que al gobierno. Así evalúan desde La Moneda el reimpulso que vive por estos días el movimiento estudiantil, con la suma de más de veinte universidades a lo largo del país con sedes y carreras en paro o toma y una lista de al menos otros 20 colegios en la misma situación.

Un panorama más visible tras la toma del “Foco de luz”, que a juicio de sus estudiantes y otros dirigentes secundarios evidenció problema repetidos en todos los establecimientos educacionales municipales a lo largo del país. Algo advertido por los estudiantes tras el discurso del 21 de mayo, a través de petitorios internos, pero con demandas compartidas por todo el espectro estudiantil.

En esa línea, más allá de los emplazamientos al gobierno, desde el Ejecutivo creen que la suma de movilizaciones corresponde a un interés de mantener arriba el tema para que sea un asunto prioritario en las campañas políticas y esté dentro de los programas de gobierno.

Por lo tanto, una buena estrategia de presión que en este año funciona más con los candidatos que con la administración Piñera. Algo en común con algunas declaraciones de dirigentes estudiantiles, que ya dan por terminada la gestión del ex dueño de Lan al mando del gobierno y que apuntan a la proyección durante este año y el próximo de las movilizaciones.

Pancartas a Bachelet

Más allá de las cuentas que saque el gobierno, entre los estudiantes se viven días clave. Ad portas de una nueva movilización -el próximo 13 de junio- la idea de universitarios y secundarios es visibilizar que las demandas siguen en pie y que el movimiento tiene un respaldo social, más allá de la coyuntura política eleccionaria de los meses venideros y de los partidos políticos que lideran las instituciones emplazadas.

Un punto advertido también desde el Ejecutivo, que ve como la pérdida de municipios clave se volvió un punto a favor con el transcurso de las movilizaciones estudiantiles. “Desde que la Alianza perdió municipios emblemáticos, como Santiago, el costo del desalojo se volvió compartido. Ahora es Carolina Tohá la que debe explicar qué está pasando y eso divide las responsabilidades”, dicen desde Palacio.

Casi como un problema menos en el escenario, el gobierno toma palco además con los costos que sumará la ex presidenta Michelle Bachelet, con un perjuicio más enfocado hacia ella en las próximas marchas dado que -según altas fuentes de gobierno- no es querida por los estudiantes y porque al tener la opción de triunfo más clara, es sobre quien está la presión de incorporar temas al programa.

Aún así, a la fecha ya son más de veinte las universidades que tienen al menos una carrera o sede en paro o toma, destacando las universidades de Valparaíso, la Utem, la de Playa Ancha, la Usach y la Universidad de Chile.

Y aunque la mayoría de las movilizaciones se han motivado por demandas internas -tal como ha ocurrido con los secundarios- en la Confech ya habían anunciado que este mes sería tensionado por las manifestaciones estudiantiles.

“Junio tiene que ser un mes con fuertes movilizaciones, porque hay que pasarle las cuentas pendientes al Presidente Piñera respecto a los proyectos de ley que está impulsando, donde aún no cumple una promesa que hizo de derogar los decretos con fuerza de ley que impiden la democratización (en las instituciones)”, dijo.

La idea de los universitarios, a la par de lo que piensen desde el gobierno, es que el próximo jueves 13 de junio los planteles estén paralizados para hacer una demostración de fuerza durante semanas clave para el destino de las movilizaciones.

Por su parte, los secundarios, son los que más han explicitado su intención de tensionar el ambiente durante la coyuntura electoral para tratar de incidir en la postura de los candidatos presidenciales y obligarlos a definir su posición frente a sus temas. En especial, para los secundarios, el de desmunicipalización.

“Es un tema por el que venimos manifestándonos desde 2006 y todavía no tenemos nada”, dice Moisés Paredes. Para los secundarios, la demanda es clave para apuntar en el futuro a la estatización de la educación, para que ésta deje de estar supeditada al mandato de los municipios.

Educación de calidad, pero ojalá no pública

Sin embargo, desde La Moneda palpitan que en el ambiente ya no hay un respaldo tan grande a que los estudiantes sigan movilizados. La tesis de Palacio es que después del 2011 la gente se aburrió se las tomas y de las marchas en las calles.

Según se ha medido, aunque las personas siguen teniendo una alta valoración de la petición de educación de calidad, cuando se le pone el apellido “público” la valoración baja porque hay temor de que se cierren los colegios privados y cuando se agrega la interrupción de las actividades cotidianas cae aún más.

A eso se le suman dos caballitos de batalla del gobierno que suman adherentes. Por una parte, un 80% de respaldo a La Ley Antiencapuchados y más del 60% apoya la Ley Mi Cabo. Eso aunque, reconocen en La Moneda, el apoyo baja cuando se pregunta por la misma ley, pero con la denominación de “Ley Hinzpeter”.

Con todo, los estudiantes no se inmutan y consideran que estos sondeos no toman en cuenta el amplio respaldo ciudadano -superior al 80% en varios encuestas- a las demandas estudiantiles. A eso, se le suman las intenciones de proyectar el movimiento hacia más allá de este año y las mismas elecciones.

En tanto, ayer por la tarde representantes del Instituto Nacional y el Inba (Internado Nacional Barros Arana) se reunieron con la alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, para instalar una mesa de trabajo para sanear los problemas que tensionan a ambos liceos emblemáticos de esa comuna. Mañana, además, se vota la revalidación o baja de la toma.

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