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Nacional

22 de Junio de 2013

Así nos ven desde España: Camila Vallejo cierra filas con la candidatura de Michelle Bachelet

Artículo de El País de España Si existían dudas sobre el compromiso del Partido Comunista (PC) con la candidatura de Michelle Bachelet, la semana pasada estas comenzaron a esfumarse cuando Camila Vallejo –la figura más importante de la colectividad y rostro principal del movimiento estudiantil chileno– subió a un escenario junto a la expresidenta en […]

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Artículo de El País de España

Si existían dudas sobre el compromiso del Partido Comunista (PC) con la candidatura de Michelle Bachelet, la semana pasada estas comenzaron a esfumarse cuando Camila Vallejo –la figura más importante de la colectividad y rostro principal del movimiento estudiantil chileno– subió a un escenario junto a la expresidenta en un acto de campaña con vecinos de La Pintana, una comuna popular del sector sur de Santiago de Chile. Ese día la geógrafa de 25 años escuchó a Bachelet hablar sobre reformas estructurales al modelo político chileno, al sistema tributario y al educativo, los temas que posibilitaron el respaldo de los comunistas a la exdirectora de ONU Mujeres.

A fines de mayo pasado, la decisión de apoyar a la candidata de centroizquierda marcó un hito en la historia del PC. La colectividad no ha sido parte de ningún Gobierno desde la Administración de Salvador Allende (1970-1973), pero si la médico socialista gana las presidenciales del próximo noviembre, los comunistas regresarán a La Moneda después de 40 años en la oposición. “Nuestro partido va a apoyar a Michelle Bachelet como nuestra candidata para las primarias [del 30 de junio]. Y seguro también lo va a ser para la primera vuelta”, anunció Teillier tras sortear una dura oposición de algunos miembros de su partido, que no estaban de acuerdo con ingresar en el establishment político.

Los argumentos disidentes –propios de sectores sindicales, juveniles y de base del PC– apuntaban a que ratificar a Bachelet significaba darla la espalda a los movimientos sociales, lo que traería como consecuencia perder al electorado de izquierda. Dentro de ese grupo se encontraba Camila Vallejo, quien en enero de 2012 dijo a EL PAÍS: “Jamás estaría dispuesta a hacer campaña por Bachelet ni a llamar a los jóvenes a votar por ella. Nadie me asegura que su programa sea representativo de las ideas que el movimiento estudiantil ha planteado. Y yo no recibo órdenes del partido”. Sin embargo, y a medida que la dirigencia del PC negociaba su acercamiento a la Concertación opositora, Vallejo fue moderando sus posturas.

Un día antes de aparecer junto a Bachelet en La Pintana, Vallejo dijo al diario La Segunda: “Estuvimos harto tiempo discutiendo en la interna, con sus pros y sus contras, pero creo que la definición final es correcta”. La decisión de la colectividad, explicó Vallejo, se basó en tres razones. Acorde al PC, la candidatura de Bachelet es la única capaz de derrotar a la coalición de derecha del presidente Sebastián Piñera, permite la convergencia de sectores sociales y políticos excluidos hasta ahora y, además, da a los comunistas la posibilidad de incidir en un programa de gobierno. En ese contexto, el jueves pasado Vallejo respaldó por primer vez en Twitter a la expresidenta, al comentar el anuncio de reforma tributario realizado esa misma mañana. “Saludo propuesta de eliminación del FUT (Fondo de Utilidades Tributarias) de Bachelet, piedra angular de lo regresivo e injusto del sistema tributario que permite elusión de las grandes empresas”, escribió en su cuenta pasada las 22.00 horas, justo cuando comenzaba un debate televisivo entre los precandidatos presidenciales del oficialismo.

Desde su regreso a Chile a fines de marzo pasado, Bachelet ha instado a la formación una “nueva mayoría” política que trascienda los márgenes de la Concertación: Conglomerado de centroizquierda que tuvo el poder entre 1990 y 2010, integrado por fuerzas que abarcan desde la Democracia Cristiana (DC) hasta el Partido Socialista. “Voy a trabajar para conducir el próximo gobierno. El primer gobierno de una nueva mayoría política y social que nos permita enfrentar la desigualdad y construir un Chile más inclusivo”, dijo la expresidenta en el acto inaugural de su campaña.

Para asegurar su reelección –altamente probable a juzgar por todas las encuestas–, desde ese día Bachelet se ha dedicado a anunciar un conjunto de propuestas que apuntan a un electorado de izquierda, intentando apropiarse de las principales demandas del movimiento estudiantil que cobró fuerza en 2011: Educación de calidad, combate a la inequidad –según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el 10% de los chilenos más ricos gana 27 veces más que el 10% más pobre– y una nueva Constitución.

“Todos hemos cambiado, incluso Bachelet. Ella se ha mostrado más abierta y hoy habla de Asamblea Constituyente y de cambio al sistema binominal”, dice Juan Andrés Lagos, encargado electoral del PC, quien cree que el movimiento social chileno –que explotó con protestas, huelgas y cacerolazos de los jóvenes, y transformó a Vallejo en rostro emblemático del malestar– generó los cambios necesario para que en 2012 su partido y los de la Concertación iniciaran un proceso de “reposicionamiento político”.

Desde otra perspectiva, otros han visto la estrategia comunista como una forma de privilegiar sus necesidades electorales por sobre sus verdaderos instintos programáticos. Tras el golpe de Estado de 1973, durante la dictadura de Augusto Pinochet el PC apostó por la vía armada a través del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR). Luego, cuando el país retomó la democracia en 1990, el partido asumió un camino testimonial y se aisló de la centroizquierda. Hasta el 2005 la colectividad nunca alcanzó el 7% del electorado, menos de la mitad del 16% que tenía en 1973, pero en 2009 –gracias a una hábil negociación instrumental con la Concertación– consiguió tres diputados nada más que con el 2% de los votos.

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