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Poder

26 de Junio de 2013

José Antonio Gómez y el pacto PC-Bachelet: “Hubiera esperado que estas peleas se dieran por ideas y no porque les den un cupo más”

Gómez ha levantado tres banderas: educación, salud y pensiones. En lo primero, postula que la enseñanza sea gratuita y de calidad. En salud, el fortalecimiento del sistema público, y un sistema solidario de reparto en el tema de las pensiones para terminar con el sistema de AFPs porque, plantea, “tus platas las recibe una sociedad que finalmente las invierte internacionalmente o se las entrega a los banco o a La Polar o a cualquier otro retail y cuando tú vas a pedir un crédito, tu misma plata te la prestan a intereses inaceptables”. De todo ello habla el candidato del PRSD en entrevista con The Clinic Online.

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Los últimos días de campaña del Senador por Antofagasta antes de las primarias del domingo, han estado movidos. Valparaíso y Concepción serán parte del cierre de campaña y el domingo votará en el norte. Antes de eso, el martes, participó de un encuentro en Huérfanos con Ahumada donde montones de banderas negras rezaban: No + AFP y la Confusam con agrupaciones de jubilados llamaron a cambiarse al fondo E como primera medida de presión. Un funcionario de la Universidad de Chile en calzoncillos gritó que la AFP lo tiene en pelotas mientras levantaba un cartel que decía: “Sres. Presidenciables: X favor no + AFP”.

Después de estrechar suficientes manos y escuchar felicitaciones y alegatos, el candidato del Partido Radical José Antonio Gómez llegó a su oficina antes de partir a Valparaíso. Ahí afirmó que, además de sus ejes principales en educación, salud y previsión, está por el reconocimiento de los pueblos originarios en la Constitución y la desmilitarización de la Araucanía. También apoya, dijo, la regionalización a través de un Fondo de Desarrollo del Norte que dé a las zonas mineras autoridad para decidir sobre los recursos y la renovación del Código del Trabajo: “hay que tener sindicalización automática y hay que terminar con los reemplazos en la negociación colectiva y con los multirut. Yo presenté un proyecto de ley que tiene por finalidad que si tu empleador no te paga las imposiciones, a los 60 días la AFP te las pague y que esa AFP se subrogue con el empleador. Pero por supuesto no me lo aceptaron, porque eso es tocar el interés de estos grandes consorcios”.

Dijo que su proyecto de ley no fue aprobado porque tocaba intereses de consorcios poderosos y muchos de los temas que usted plantea hacen eso ¿Cómo ve posible hacer esos cambios en un gobierno de cuatro años?
Mi postura y lo planteo en mi programa, tiene tiempos. Obviamente en cuatro años es imposible salir adelante con todos estos proyectos. Pero el tema educacional se puede. Porque si yo llegara a ser Presidente ese es el eje uno, dos y tres y voy a estar metido en eso a fondo. En el caso de las AFP lo que nosotros hemos dicho es que vamos a crear un sistema paralelo de reparto y los trabajadores verán. Van a tener la opción de seguir o no y eso va a obligar a competir, a mejorar. Lo que estamos planteando es que el Estado actúe de una manera distinta. No como Estado observador de los problemas.

¿En qué sentido?
Como el caso de las farmacias. Que se coluden, te suben los precios, el Estado las multa, te suben el precio y pagan la multa con tu plata. Entonces ¿qué hacemos? ¿Miramos esta cuestión? No, yo digo que el Estado actúe. Y ¿qué haría yo? Le planto farmacias públicas en los lugares donde no hay. Y eso significa que vamos a vender remedios genéricos y remedios a precios razonables y eso regula el mercado. Entonces cuando hablamos de educación, yo no estoy en contra de los privados, pero sí yo quiero tener colegios poúblicos de calidad y que seas tú quien decide adónde llevas a tu hijo, pero por calidad. Esta lógica de la derecha de que estamos contra la libertad, porque ellos hablan de que el estatismo termina con ella, hoy día no existe. ¿Quiénes tienen libertad? Los que tienen plata y pueden decidir dónde llevar a su hijo. Ahora, obviamente que lo que estamos planteando va al corazón del modelo. Un modelo inventado el año 80 y que durante los 20 años de la Concertación no fuimos capaces ni tuvimos la voluntad política de cambiarlo de verdad. Y hoy día los chilenos están exigiendo algo y yo creo que cerrar los ojos frente a eso es el peor error que uno puede cometer.

Bachelet sorprendió anunciando gratuidad en la educación pero después dijo que sería subsidiando la demanda, que es lo que no deja contentos a los movimientos ciudadanos porque no cambia el modelo ¿Usted también opina eso?
Yo tengo varias diferencias con Bachelet. En el tema educacional efectivamente seguir con el sistema actual en las condiciones en que está es simplemente seguir con la idea de que la Subvención Educación Preferencial para los más pobres, mejorar las condiciones es lo que va a permitir mejorar la educación y eso no es cierto. Las platas se ocupan en cualquier cosa, hay varios alcaldes denunciados en el Ministerio Público por mal uso de esos recursos. Entonces no estoy de acuerdo con su planteamiento educacional. Tampoco son su planteamiento previsional, porque ella quiere AFP estatal y eso es mantener el sistema de cotización individual y no es la forma en que hay que abordar el tema. Y hay otros asuntos más que tenemos diferencias en cuanto al programa.

¿Qué le parece que llegue Bachelet y comience a decir que en su gobierno se van a cumplir todas las peticiones ciudadanas, como la educación gratuita y el fin del FUT?
Creo que el entorno de la campaña fue variando en base a lo que la sociedad estaba mirando. Porque primero se dijo “no hay gratuidad para todos”, después se llegó a la gratuidad para todos pero no se toca el sistema. Le metemos más plata pero lo mantenemos. Después se dice que vamos a tocar el FUT, pero en realidad no lo vamos a tocar porque va a ser en el gobierno subsiguiente. No sé, debe ser una fórmula comunicacional de decir: “miren, si estamos diciendo lo mismo”, pero no es lo mismo.

Cuando se discutió el apoyo del Partido Comunista el discurso tenía que ver con que se apoyaba al programa y no al candidato y cuando se decidió el apoyo a Bachelet ella aún no tenía programa. ¿Qué le faltó a su programa o campaña para cautivar al Partido Comunista?
Nada. Primero, la lógica nuestra nunca fue convencer al Partido Comunista. Hicimos un programa que lo hemos disctuido a lo largo de Chile. Lo que hicimos sí, fue ir a una invitación que nos hizo el Partido Comunista a exponer el programa, que la misma invitación le hizo a Michelle y ella no aceptó, les dijo: “primero proclámenme y después me junto con ustedes”. Pero esto no fue una decisión del programa, esto fue una decisión de la dirección del Partido Comunista pensando, especulo, en que el árbol más frondoso está al otro lado, entonces era mejor instalarse allá. Pero la lógica que yo hubiera esperado y lo veo en la militancia comunista, no en la cúpula, es que estas peleas uno las tiene que dar por ideas no porque le den un cupo más o un cupo menos. Por eso yo les agradezco siempre que puedo a todos los militantes del Partido Radical que han tenido la fuerza y el coraje de enfrentar esta elección de la manera que lo estamos haciendo. Porque eso es un partido, no el que se pone detracito a esperar que le caiga un ministerio o una susbsecretaría, y eso fue la historia durante 20 años. Hoy día no, estamos debatiendo ideas. Yo no voy a entrar en los negocios del reparto. Mi interés es que las ideas sean lo que movilice a un próximo gobierno.

¿Por qué cree que hay un esfuerzo por representar el centro y asociar a las opciones de izquierda a la Unidad Popular y al terror?
Hay un reflejo en la cabeza de muchos chilenos de lo que es una época que fue muy dura, que fue el año ’70, ’73. También hay una caricaturización de los temas como el chavismo, etcétera. Pero eso tiene que ver con un periodo de más de 40 años en que nos golpearon en la cabeza con que eso era el caos. Un periodismo concentrado. Si tú haces un resumen de lo que pasa en Chile, no son más de 20 familias dueños de los medios de comunicación, de las isapres, de las farmacias, de las mineras. Entonces hay una concentración y eso penetra finalmente en la mentalidad de la gente, es la fuerza de las comunicaciones. Porque nadie puede pensar que ninguno de nosotros esté mirando a la época del ’73, para nada. Estamos hablando del Chile del futuro.

La presidenta de Brasil Dilma Rousseff ahora propone una asamblea constituyente sólo después de varias movilizaciones y protestas. ¿Le parece que en Latinoamérica estamos frente a una clase política que no se anticipa a las peticiones de la gente?
Mi preocupación a propósito de eso, y lo he planteado, es que nosotros no estamos mirando las cosas correctamente. Lo que pasó en Brasil es un buen ejemplo de lo que no hay que hacer: esperar a que la crisis llegue para tener que convocar a la ciudadanía a opinar. Y por eso hemos dicho que hagamos las cosas bien. Yo ni siquiera he ido contra la institución, sino que presenté una reforma constitucional cuyo objetivo es que en la elección de noviembre se vote por diputado, senador, presidente, CORE y que se le pregunte a los chilenos si quieren una Constitución nueva y si debe ser redactada por una asamblea constituyente. Ese sólo hecho va a permitir tener claridad sobre cuál es la opinión de Chile respecto de esta norma constitucional. Si ganamos, habrá que hacer una asamblea constituyente, si perdemos habrá que hacerla de la manera que la ciudadanía quiere. Pero eso es adelantarse a la dificultad que se nos puede producir en el futuro, como lo que pasó en Brasil. Tuvieron que tomarse las ciudades, hacer un proceso de movilización violento y eso no puede pasar en Chile. Por eso es que hay que ocupar los mecanismos que Chile tiene para que la ciudadanía hable y opine. El poder político lo único que quiere es que la gente no opine, entonces se encierra y se cometen errores.

¿Cómo responde a quienes dicen que las opciones actuales vienen a representar lo mismo de siempre?
Hay varias opciones en esta vida. Una es competir en el ámbito político dentro de un conglomerado o fuera del conglomerado. Cuando uno compite por fuera generalmente se achica y termina siendo un acto testimonial y termina sin poder poner de verdad sus ideas donde se deciden las cosas. Nosotros optamos por poner todas estas ideas dentro de un conglomerado que es bastante conservador, que nos ha costado mucho, que hemos tenido muchas dificultades. En enero del 2011 nosotros rompimos el tema con la Concertación a consecuencia del acuerdo al que llegó el PS, la DC y el PPD con Lavín en materia educacional. Y dije que había que generar un frente amplio y en esa oportunidad me dijeron que quería romper la Concertación y que me fuera. Dije también “si esto no pasa, los movimientos sociales nos van a pasar por el lado”. Y nos equivocamos, nos pasaron por arriba, nos aplastaron, porque el olfato fue un olfato de encierro. Pasó un tiempo y se hizo finalmente lo que está aquí.

¿Y los que hablan de renovación
La renovación no se da porque hayan caras distintas, sino que lo importante en las renovaciones son las ideas. Lo único que yo quiero decir es que los que están allá y no quieran votar en estas primarias porque para ellos es intervenir en un conglomerado que no quieren, lo que se hace finalmente es que estas ideas sean pisoteadas y digan que la mayoría de Chile no las quiere. Y yo estoy convencido de que sí. Cuando uno mira a la distancia y se margina, no logras nunca poner esas ideas donde se resuelven los temas y el único que lo puede hacer es el Presidente de la República, por eso es tan importante ganar. Y la dispersión de la gente que tiene ideas progresistas, de izquierda o como las quieran llamar, hace que finalmente ganen los conservadores.

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