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Nacional

9 de Agosto de 2013

A más de tres años del 27F: informe de Contraloría confirma que el SHOA vale callampa

El organismo fiscalizador estableció que de las 34 cartas elaboradas por este servicio, “sólo 7 de ellas están ajustadas de acuerdo a la planimetría actual de cada zona geográfica”. Además apuntó a que esta misma cartografía sólo se elaboró “para las principales ciudades pobladas del borde costero de Chile”, con información histórica y que no se consideraron aspectos “como disipación de la energía del tsunami al llegar a la costa debido a construcciones civiles como muelles, edificios u otras obras”. El documento también criticó a otras instituciones que Sistema Nacional de Protección Civil (SNPC), destinado a prevenir y operar en situaciones de emergencia o desastres, por falta de coordinación, inexistencia de capacitación, entre otros problemas. El informe lo publica The Clinic Online.

Por

Duras críticas al actual funcionamiento del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada, el mal recordado SHOA, emitió la Contraloría en un reciente informe que fiscalizó al Ministerio de Defensa y los servicios dependientes que tienen injerencia en el Sistema Nacional de Protección Civil (SNPC), destinado a prevenir y operar en situaciones de emergencia o desastres.

El organismo fiscalizador estableció que el SHOA “elaboró una cartografía con las áreas de inundación por tsunami sólo para las principales ciudades pobladas del borde costero de Chile”. Para ello, el SHOA usó los datos topográficos, sísmicos y batimétricos (de profundidad marina) y los integró a un modelo matemático, mediante el uso de computadores.

Sin embargo, para la Contraloría los niveles de inundación “corresponden a la información histórica disponible y en realidad podrían ocurrir algunas variaciones respecto al modelo, puesto que la referida simulación no considera aspectos como disipación de la energía del tsunami al llegar a la costa debido a construcciones civiles como muelles, edificios u otras obras”.

Suma y sigue la entidad fiscalizadora observó que de las 34 cartas elaboradas por el SHOA, disponibles para cualquier usuario de la web del Sistema Nacional de Alerta de Maremoto, “sólo 7 de ellas están ajustadas de acuerdo a la planimetría actual de cada zona geográfica de la aludida carta de inundación”.

La respuesta de la Armada, a través del jefe del Departamento de Oceanografía del SHOA, fue que los municipios “no proporcionaron los planos actualizados de éstas”.

Conclusión brutal del informe: “(…) es decir, existen 27 zonas respecto de las cuales se desconoce la realidad de las posibles localidades que se encuentran habitadas y que podrían verse afectadas con una inundación ante un evento de tsunami, no obstante que, en términos generales, la zona está demarcada dentro de la planificación preventiva y de evacuación”.

Más cartas

La entidad revisora apuntó también a las cartas de inundación de las costas de nuestros país y señala “que no se encuentran elaboradas el 100%”.

Al respecto el SHOA respondió que ya se han confeccionado 35 cartas de inundación de tsunami, que están disponibles en la web y “en un continuo proceso de actualización a contar del año 2011”. A renglón seguido la entidad asegura que existe una planificación anual en ese sentido que finalizará en 2015.

La Contraloría no le creyó ni un metro al SHOA, ya que no le adjuntó la planificación “que sintetiza el 100 % de las cartas de inundación por tsunami”.
Y remata: “Tampoco se proporcionan antecedentes respecto de las gestiones efectuadas con los municipios para contar con la planimetría actual del borde costero, según corresponde a cada comuna”. Por eso, se mantuvo la observación, “en tanto no se verifique en una futura auditoría la efectividad de lo informado por el servicio”.
Y sigue

El informe también alude a que si bien se han realizado simulacros en distintas regiones del país ante la existencia de un tsunami, ello no basta, porque el SHOA debe realizar ejercicios de simulaciones, es decir catástrofes que se miden en un escritorio.

La entidad respondió que siempre realizan simulaciones internas junto al SNAM de “campo cercano y lejano”. Todo “con el propósito de entrenar la toma de decisiones…”.

La conclusión de la Contraloría, una vez le tiró las orejas: “En virtud de lo argumentado por la entidad, es preciso mencionar que el entrenamiento de simulaciones no sólo debe ser del orden interno sino que, además, externo haciendo partícipe a otros actores relevantes sobre la materia, a saber: la ONEMI, el Servicio Sismológico de la Universidad de Chile, entre otros, que son relevantes al momento de actuar y tomar decisiones ante un evento de tsunami, situación respecto de la cual el servicio no hace referencia en su respuesta, pese de ser el organismo técnico en esta materia”. La observación fue mantenida.

Sin embargo, no todo fue malo para el SHOA. Durante la fiscalización se evidencia el aumento de tecnología y sistemas que pueden operar si es que hay un apagón generalizado, para mantener así comunicación directa con los mandos, una de las cosas que fallaron para el 27-F. También aumentaron las estaciones de medición del nivel del mar que informe de manera satelital de cualquier modificación

En todo no sólo la Marina y el SHOA recibieron alcances de su trabajo para las operaciones de catástrofes. Por ejemplo el Estado Mayor de la Defensa Nacional debe coordinarse mejor con la Oficina Nacional de Emergencia para realizar capacitaciones cruzadas ”por las eventuales vulnerabilidades que se puedan suscitar en el territorio nacional”
La Academia de Guerra del Ejército tampoco se salvó. También debe coordinar con la Onemi y en cada simulación exigir que participen las autoridades que conforman el Sistema Nacional e Protección Civil y no delegados que al momento de cualquier crisis no son quienes toman las decisiones. La Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), la Dirección Meteorológica de Chile (DMCh) deben hacer lo propio.

Por último, el caso más dramático es el de la Defensa Civil que cuenta con muy pocos recursos y un alto déficit de elementos para operar ante un desastre. Por ejemplo para primeros auxilios, hay un déficit de 85 % y en medios de salvataje un 83.

Ojalá no haya otro terremoto con tsunami.

Lea el informe completo

SHOA FLOR

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