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Poder

4 de Octubre de 2013

Así nos ve el mundo: “Tres hitos que marcaron la caída de Pinochet”, según la BBC

Vía BBC Mundo Dos letras, una palabra: No. Un vocablo que se volvió histórico en Chile y el mundo ya que significó el primer “derrocamiento” por la vía democrática de un gobierno de facto: el de Augusto Pinochet. El 5 de octubre de 1988, en pleno gobierno militar chileno, se realizó un plebiscito para decidir […]

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Vía BBC Mundo
Dos letras, una palabra: No.

Un vocablo que se volvió histórico en Chile y el mundo ya que significó el primer “derrocamiento” por la vía democrática de un gobierno de facto: el de Augusto Pinochet.

El 5 de octubre de 1988, en pleno gobierno militar chileno, se realizó un plebiscito para decidir en las urnas si Pinochet seguía o no en el poder por otros ocho años.

La votación estaba contemplada en la Constitución de 1980, redactada por los ideólogos del gobierno militar vigente en Chile desde el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.

“En la Constitución original de Pinochet él pretendía estar en el poder 16 años (hasta 1997) y su ministro del Interior le dijo: ‘Esto es demasiado, por qué no hacemos un plebiscito al medio (1988)’. Y ese fue el origen del plebiscito”, le explica el expresidente de Chile Ricardo Lagos a BBC Mundo.

El miedo

Noventa días antes de cumplirse el mandato que Pinochet inició en 1981 -tras la aprobación de la Carta Fundamental-, la Junta debía proponer un candidato a presidente de la República durante el siguiente período de ocho años, sujeto a ratificación mediante un plebiscito.

El candidato designado fue el propio Pinochet y los chilenos tuvieron dos opciones.

Sí, significaba que el candidato único del gobierno, es decir Pinochet, se quedaría en el poder hasta 1997, cumpliendo casi 25 años de mandato desde el golpe de Estado.

No implicaba la convocatoria de elecciones presidenciales y parlamentarias al año siguiente. Es decir, el retorno a la democracia.

El gobierno militar recién reconoció como legales los partidos políticos en 1987 -excepto aquellos de ideología “marxista”- y a principios de 1988 se formó la “Concertación de partidos por el No”, una coalición de centroizquierda con un solo objetivo: derrotar a Pinochet por sus propios medios.

“Descubrimos que el adversario no era Pinochet, sino el miedo. El miedo de salir, votar y demostrar su opción”, le cuenta Eugenio Tironi, director de contenidos de la campaña del No a BBC Mundo.

Sin embargo, hubo momentos clave que pavimentaron la salida de Pinochet del poder, facilitando la pérdida del miedo y la congregación de una mayoría (54,71% de los votos escrutados) que le dijo “No” al gobierno militar.

A 25 años de ese momento histórico, BBC Mundo le presenta tres hitos en el derrocamiento de Pinochet por la vía democrática.

EL DEDO DE LAGOS

“Raquel, usted me va a excusar, ¡hablo por 15 años de silencio!”.

La frase, enérgica, la pronunciaba Ricardo Lagos el 25 de abril de 1988 en el set del programa De Cara al País, uno de los principales -y pocos- espacios de debate político de la televisión chilena de ese entonces, mientras increpaba, apuntando a la cámara con el dedo, al entonces presidente de facto, Augusto Pinochet.

Lagos era el presidente del recién creado Partido Por la Democracia (PPD), espacio de izquierda conformado mayoritariamente por exsocialistas.
Y era primera vez que el partido contaba con espacio en la televisión para plantear sus objetivos.

“Le voy a recordar general Pinochet que usted el día del plebiscito de 1980 dijo que el Presidente Pinochet no sería candidato en 1989. Y ahora le promete al país otro ocho años con torturas, con asesinatos, con violación de derechos humanos. Me parece inadmisible”, continuaba Ricardo Lagos sin dejar de mirar a la cámara.

Nunca antes un líder opositor había increpado directamente a Pinochet en la televisión abierta. Y Lagos dejaba sin habla a los más avezados comunicadores de esa época, entre ellos la reconocida periodista chilena Raquel Correa.

Nadie sabía de los planes de Lagos. Ni siquiera él mismo.

Sin pelos en la lengua

“En la parte final (del programa) lo que yo iba a denunciar era que el plebiscito de 1980 había sido un fraude porque no había apoderados en las mesas.

Y como ya tenía inscrito el partido yo tenía que hacer un llamado a que se inscribieran, porque íbamos a hacer cursos para apoderados. Esa era la parte final que yo iba a hacer”, le cuenta Lagos a BBC Mundo, sobre sus planes originales.

Sin embargo, el día del programa alguien le pasó el recorte del diario donde Pinochet declaraba que no sería candidato.

“Entonces dije: ‘Voy a primero decir que Pinochet es un mentiroso, y muestro el papelito y luego llamo a inscribirse como apoderado'”, recuerda.

Lagos, que sería presidente de Chile entre los años 2000 y 2006, se había sometido a un minucioso entrenamiento para su debut televisivo.

“Cuando llegó esta invitación, yo dije que esto había que hacerlo profesionalmente (…) Entonces nos sometimos a una preparación bastante exhaustiva.

Unos amigos que tenían una productora de televisión hicieron un set exactamente igual al que íbamos a estar sentados (…) Preparamos un coaching con dos mujeres y un varón (como los periodistas reales del programa) que nos interrogaron duramente”, rememora.

El espacio tenía tres partes de 15 minutos cada una, siendo la última en la que el entonces líder opositor podía hacer el llamado que había preparado. Pero un detalle práctico de los vaivenes televisivos gatilló lo que es hoy recordado como uno de los hitos políticos en la recuperación de la democracia: el tiempo se acababa e iban a tener que cortar el último bloque.

A Lagos, conocido en su círculo como un hombre “sin pelos en la lengua” y de fuerte carácter, no le gustó escuchar que no tendría tiempo para decir lo que más le interesaba y apenas volvieron de comerciales y fue su turno, obvió la pregunta y se lanzó en picada contra Pinochet en un discurso que no permitió interrupción alguna.

Ese hecho marcó un antes y un después en la pérdida del miedo de los votantes opositores.

“El dedo de Lagos fue muy importante, porque la población estaba dispuesta a correr riesgos como inscribirse, pero necesitaba ver que tenía por encima de ellos a líderes que los protegieran. Y Lagos se levanta como un líder protector, un líder dispuesto a incluso correr más riesgos que los que le pedía a la gente que corrieran”, le explica el sociólogo Eugenio Tironi a BBC Mundo.

El poder de la televisión

“Tan pronto terminó el programa yo me paré indignado porque no me habían dejado hablar. No había alcanzado a hacer la denuncia del fraude y el llamado a los apoderados de mesa. Y las periodistas ahí me dijeron: ‘Usted no sabe lo que ha pasado esta noche, no se da cuenta'”, afirma Lagos.

“Cuando te dicen que en (en la ciudad de) Iquique la gente salió a celebrar a la calle. O al día siguiente, cuando pasé caminando por el centro de Santiago y la gente comenzó a aplaudirme, nunca había pasado eso. Ahí me di cuenta del impacto de la televisión y pensé: ‘Esta gente perdió el miedo'”, relata.

“Yo creo que Pinochet cometió un error. Lo menos que debió hacer fue echarme de Chile. Ese era el temor que yo tenía, no que me tomaran preso, sino que me subieran a un avión”, concluye.

Para revisar la lista completa pincha aquí

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