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Poder

11 de Octubre de 2013

Curas revolucionarios se juntan para pedir a la Iglesia más democracia y debatir fin del celibato y sacerdocio de mujeres

Representantes de movimientos reformistas católicos de tres continentes están celebrando en Austria su primera reunión internacional para pedir a la Iglesia más democracia, más apertura y que se abran debates como el del fin del celibato o el sacerdocio de las mujeres. Religiosos y laicos de Alemania, Australia, Austria, Estados Unidos, Irlanda y Suiza han […]

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Representantes de movimientos reformistas católicos de tres continentes están celebrando en Austria su primera reunión internacional para pedir a la Iglesia más democracia, más apertura y que se abran debates como el del fin del celibato o el sacerdocio de las mujeres.

Religiosos y laicos de Alemania, Australia, Austria, Estados Unidos, Irlanda y Suiza han acudido a este encuentro en la ciudad austríaca de Bregez, para poner en común temas que consideran esenciales para el futuro de la Iglesia.

“No hemos necesitado ni cinco minutos para acordar los temas. Son los mismos”, explicó hoy por teléfono a Efe Helmut Schüller, el sacerdote que inició en Austria un movimiento de curas “desobedientes” que se ha extendido a otros países.

Entre esos temas, Schüller insistió en la necesidad de abrir el sacerdocio a los curas casados e incluso a las mujeres y, en general, de acabar con una estructura “monárquica” de toma de decisiones que deja a los fieles sin voz ni voto dentro de su Iglesia.

Este párroco, al que su rebeldía costó la retirada del título de monseñor, explicó que en todos los países con movimientos de reforma se siente por igual la necesidad de abrir la Iglesia a grupos ahora “marginados” como los homosexuales, los divorciados e incluso a miembros de otras confesiones cristianas.

“La Iglesia no puede permitirse dejarlos fuera”, indicó, al tiempo que recordó que esos perjuicios “contradicen el mensaje del Evangelio”.

Schüller, que ha ocupado altos cargos en la Iglesia católica de Austria, reconoció que el papa Francisco está empezando a responder a la esperanza que su elección despertó en los círculos reformistas de la Iglesia.

“Comienza a mover algo, a expresar deseos de cambios”, aplaudió el sacerdote.

Schüller destacó la importancia de la critica al clericalismo y la defensa de que los religiosos bajen al nivel de los cristianos de base.

También consideró positivo el anuncio de que en 2014 se celebrará un Sínodo de Obispos centrado en la familia y en el que se tratarán temas espinosos como el acoger y permitir los sacramentos a los católicos divorciados que se vuelven a casar.

Con todo, el dirigente del movimiento de los sacerdotes rebeldes austríacos, que suman ya más del 14 por ciento del total, reconoció que “aún hace falta mucho más” y que quienes quieren cambios esperan que el papa Francisco vaya más lejos.

El movimiento de desobediencia, que ha calado bien en los países europeos de habla alemana, en Irlanda y en Estados Unidos, no ha logrado, sin embargo, “hacer pie” en países como España e Italia o en Latinoamericana.

Schüller aseguró que hay muchos sacerdotes en esos países que tienen interés en este movimiento pero que “no se arriesgan aún a agruparse y articularse” por miedo a represalias por parte de la jerarquía católica.

Schüller es el portavoz de la llamada “Iniciativa de Párrocos” austríacos que publicó en junio de 2011 un manifiesto en el que “ante el rechazo de Roma a una reforma hace tiempo necesaria”, se declaraban obligados a seguir su propia conciencia y actuar independientemente de los dictados del Vaticano.

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