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Cultura

15 de Octubre de 2013

Crónicas marcianas: Las voladas de los chilenos que sueñan con visitar Marte

Mars One, una empresa holandesa sin fines de lucro, lanzó en abril de este año un proyecto que busca colonizar Marte a través de un reality show. Más de 300 mil personas postularon, entre ellos varios chilenos que sueñan con viajar al planeta rojo en el año 2023. Dos de ellos nos cuentan sus mejores rollos alienígenas.

Por



Laura Fátima Chomalí,
estudiante Ingeniería Comercial, 19 años:
“Quizá hasta formemos una nueva raza”

“Mi inscripción para viajar a Marte no la pensé mucho, sólo me inscribí y pasado el tiempo comenzaron a surgir algunas dudas, pero aún así, no me arrepiento de nada. Hay un montón de mitos en torno al planeta rojo y yo quiero ser una de las primeras personas en tener respuesta a todo lo que más de un ser humano quiso saber. El proyecto, además, pretende averiguar si Marte es un planeta habitable en un futuro no muy lejano lo que nos permitirá, bajo cualquier eventualidad de catástrofe o posible destrucción de nuestro planeta, tener un respaldo para la humanidad.

En la actualidad me encuentro pololeando, y bueno, cuando le conté a mi pololo que me había inscrito al proyecto Mars One, se lo tomó súper relajado, creo que yo me sentí más por el hecho de que veía que no le afectó en nada que me fuera y no volviera nunca más. Me dijo que me podía ver por la tele. De todas formas, para que el viaje se concrete, faltan aún diez años y pueden pasar muchas cosas. Uno nunca sabe lo que nos depara el futuro, pero aún así, estoy completamente segura de que quiero ir, no desistiré, por algo me inscribí. En cuanto a mi familia, ellos no tuvieron ningún inconveniente al respecto, algunos me molestaron y me dijeron que estaba loca, pero los demás se lo tomaron súper bien. Me dijeron que, por mi edad, es algo que no podía dejar pasar.

Yo vengo de una generación en la cual todos crecimos viendo películas de alienígenas, del espacio exterior y de las invasiones a la Tierra por parte de marcianos. Hoy en día podemos ver qué cosas extrañas ocurren en nuestro planeta, la tecnología nos ha permitido intercambiar información y enterarnos de cosas que antes quizás nadie hubiese creído y de las que ahora tenemos pruebas concretas. No vivimos solos en este mundo, eso está claro, y es esto mismo lo que me llama aún más la atención y lo que hace que me den más ganas de viajar a Marte. Cuando era chica le tenía fobia a los “Aliens” porque veía demasiadas películas, y a pesar de que en casi todas ganábamos, destruían todo lo que se les cruzaba.

Ojalá eso no pase cuando nos toque llegar al planeta rojo. Es por estas mismas películas que tengo la típica imagen del Alien que se asemeja mucho a nosotros, habla inglés y llega a EEUU en unas enormes naves espaciales, tienen dos brazos y dos piernas, nada fuera de lo común. Si me llegase a encontrar con alguien así allá en Marte y resulta ser un marciano más bien bonito -no como esos que muestran en la tele que parecen ser seres de gelatina- tal vez hasta podamos formar familia. Claro, siempre y cuando la anatomía de ellos así lo permita. Quizá hasta formemos una nueva raza, ellos, seres mucho más evolucionados que nosotros, y bueno, nosotros los terrícolas, algo más primitivos para ellos. Me parece algo entretenido, en una de esas formamos un nuevo planeta al más puro estilo de Adán y Eva.

Mi arribo a otro planeta, no sé cómo me lo imagino, no sé si espero encontrarme con algún extraterrestre o con casas alienígenas o alguna forma de vida extraña, pero sí espero encontrarme con algo más que no sea puro polvo. Creo, eso sí, que debemos tener precauciones en cuanto al entorno en el que viviremos, no sabemos a qué medioambiente nos expondremos. Espero de todas formas que no sea como en la película “Pometeo” donde si alguien se infectaba con algún virus extraterrestre, lo tenían que matar porque no había otra solución, no sabían a qué se enfrentaban.

Creo no haber tenido nunca un encuentro de algún tipo. Puede que alguna vez haya visto algo extraño o que me haya confundido con las luces de un avión o de un helicóptero, no sé en realidad, no podría decir que he tenido algún encuentro ni avistamiento fuera de lo común.

No tengo idea a qué llegaremos, no sé qué comida nos darán ni dónde viviremos, ni qué nos espera este tremendo viaje, pero aún así, no me atrevería a decir que es un acto suicida. Si lo vemos de esa forma, entonces vivir aquí sería como casi lo mismo: uno nunca sabe lo que te puede pasar. Te puedes subir a un Transantiago, caer, y hasta ahí no más llegaste. Es súper relativo eso del acto suicida. Vivir en la Tierra tiene sus privilegios. Me tinca que Marte es un planeta seco, no tendremos acceso a las maravillas de nuestro planeta, no creo que veamos nada de verde. Esa será una gran desventaja. Claramente extrañaré a mi familia, mis amigos y la comida de nuestro mundo. Eso no lo puedo negar. Allá no estaré con las personas que veo todos los días ni tampoco tendré acceso a las comidas que estoy acostumbrada a disfrutar aquí, pero es un riesgo que estoy dispuesta a correr. Ya no hay vuelta atrás”.

Aldo Giraldino,
consultor de marketing de Google, 58 años:
“Capaz que hasta sean bonitas las marcianitas”

“Viajar a Marte es una aventura, es como cuando Colón hizo su viaje a América en busca de la conquista de nuevas tierras, pero aún más emocionante, porque un ser humano jamás ha pisado otro planeta y eso es algo que quizás muchos no piensan que pueda ser realidad. Este viaje será sin retorno, así lo estipulan las bases. Aún así, no tengo ningún problema. Creo que he hecho de todo durante mi estadía aquí en la Tierra y si puedo vivir un par de años más, me encantaría que fuera allá en Marte. De ahí moriría feliz. A mí siempre me ha gustado la astronomía, la ciencia y todo lo que tenga que ver con el espacio exterior. Este viaje para mí es un tema de desafío, por eso mismo decidí postular.
Si llegase a quedar seleccionado, la decisión final la tomaré cuando ya vea que el proyecto va realmente en serio, porque he escuchado que incluirán dentro de este viaje una especie de “reality” televisado aquí en la Tierra, lo que hará parecer que el viaje, en sí, pueda ser un chiste.

Realmente pienso que no hay vida allá en Marte, pero en el caso de que me encontrara con un marciano dentro de los bunkers donde estaremos viviendo, creo que me acercaría y lo saludaría, trataría de comunicarme, con señas, no sé, algo haría, pero igual creo que no hay vida, al menos allá no, eso se ha comprobado con el famoso Robot Curiosity que la NASA envió para, justamente, indagar sobre la supuesta vida que podría existir en el planeta rojo. Pero aún no se ha sabido nada concreto. En las noticias, como dos semanas atrás, se dio a conocer el hallazgo de unas moléculas de agua encontradas en la superficie de Marte. Yo no creo que esto sea una prueba determinante de que exista algún tipo de vida, a no ser que se encuentren viviendo en subterráneos. Nada se puede descartar. De todas formas, creo en la existencia de vida en otros planetas, es muy egocéntrico creer que somos los únicos en una galaxia tan grande como en la que vivimos.

El viaje, desde la Tierra a Marte, durara alrededor de 8 meses. En este tiempo puede que algunas personas se vuelvan locas. Lo bueno es que nos capacitarán, al más puro estilo de un verdadero astronauta, y allí tendremos la posibilidad de conocer a todos los participantes, lo que me prevendrá de las distintas personalidades que tengan mis compañeros de viaje. En las naves viajaremos en grupos de 4 personas y no en la misma fecha. Formar una sociedad, que es lo que pretende este proyecto, puede que tarde años.

Jamás he tenido un encuentro cercano de ningún tipo, ni siquiera he visto una nave. Puede que haya visto algún extraterrestre humano medio raro aquí en la Tierra, pero nada del otro mundo. Creo que si me tocara enfrentar a algún ser extraño en esta aventura, y este resultara ser bueno, lo único que haría sería tratar de comunicarme de alguna forma, quién sabe, tal vez hasta podamos formar una sociedad en conjunto, formación de nuevas parejas y el nacimiento de una nueva especie. Capaz que hasta sean bonitas las marcianitas, uno nunca sabe, y si lo llegasen a ser, en una de esas me salta la liebre y logro conquistar a una y formamos una pareja, siempre y cuando no me quiera sólo para comerme. Cada ser humano, por ende cada extraterrestre, debería tener algún tipo de debilidad. Si resultaran ser malos, tendríamos que de alguna forma enfrentarlos, quizás hasta ellos nos tengan más miedo que nosotros a ellos.

Todo esto forma parte de las tantas posibilidades que nos depara este grandioso viaje. Si lográsemos tener algún contacto nos permitiría aprender de su cultura, su tecnología y muchas cosas que hasta el día de hoy no sabemos y que ellos tal vez sí. Quizás ellos también puedan aprender de nosotros, no sé si tanto como nosotros de ellos, pero algo bueno sacarán. Ahora, si resultaran ser malos, yo creo que estaríamos sonados, nos matarían y hasta ahí no más llega nuestro maravilloso viaje.

He estado pensando y si tuviese que comparar este viaje con alguna película, seria con “Viaje a Las Estrellas” en donde yo sería el personaje de “Spock”, este extraterrestre que fue uno de los pocos sobrevivientes de su planeta y de su raza. Allá en Marte viviremos en unas estructuras acondicionadas a nuestra “humanidad” y estarán conectadas entre sí. Habrá gente de todo el mundo, seremos una suerte de nueva especie humana, con diferentes razas, colores y etnias.

Más encima, la circunstancia en la que nos encontraremos, será un hecho histórico y estaré presente en él. Este viaje sería un gran avance para nosotros y para todo el mundo. Nuestro planeta se está destruyendo y deberíamos tener una alternativa para poder seguir existiendo. Creo que pisar por primera vez suelo extraterrestre, una hazaña que muchos quieren, pero no han logrado conseguir, será el primer paso para darle una esperanza a la humanidad”.

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