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Opinión

21 de Octubre de 2013

Roxana Miranda: La campaña con pan y mortadela

Está separada desde enero pero afirma que "no tener primer damo" es uno de los problemas menos complicados de su candidatura a La Moneda. Lo más difícil, dice, es el poco financiamiento de su campaña. "Si tengo en remate mi casa, no tengo solvencia económica. ¿Cómo podría yo justificar un préstamo, como Bachelet, si no lo puedo pagar?”, inquiere la postulante que agrega que con tres medidas de las impulsadas en el pasado por Salvador Allende, la "haría corta": "Nueva constitución inmediatamente. Recuperar los recursos estratégicos-económicos y recuperar los recursos comunicacionales, y con eso, ya estamos”, adelanta.

Diego Chávez
Diego Chávez
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La casona de General Jofré, entre Argomedo y Lira en Santiago Centro, donde se ubica el comando de Roxana Miranda, no se diferencia de ninguna de las residencias vecinas. El sitio de reuniones del Partido Igualdad es una casa amarilla, rayada con algunos graffitis, con ventanas enrejadas. Desde el segundo piso, colgadores de ropa delatan que el lugar es, además del epicentro proselitista de la dirigente poblacional, el hogar de algunos inquilinos.

“Abrimos cuando llegamos y cerramos cuando nos vamos” dice un letrero pendiendo de una de las ventanas. Al entrar, el piso cruje cada vez que se da un paso y, desde los muros, se ven letreros con un “Roxana Miranda Presidenta, que el pueblo mande” y muchísimas fotos Salvador Allende. Cinco personas –el equipo completo de Miranda- está congregado en una reunión. Roxana habla pausado. Le dice a sus interlocutores que está cansada, que le cuesta viajar por Santiago, que aunque es “peleadora y chora” ha tenido un año “re difícil”, que la ha marcado su separación matrimonial en enero, que está preocupada porque su casa salió a remate. “Ahora me están invitando al norte y no hay plata para costear nada, el Estado no aporta con nada, con ni un peso”, se queja. Le advierten que hay un periodista en la sala y no se inmuta:

“Esta casa es austera. Se podría decir que soy de clase media, porque me pagan a medias, como a medias y me visto a medias, pero clase media no soy. Yo soy del pueblo pobre. No tengo cómo financiar la campaña. Si tengo en remate mi casa, no tengo solvencia económica. ¿Cómo podría yo justificar un préstamo, como Bachelet, si no lo puedo pagar? En esta campaña los almuerzos son pan con mortadela”.

Luego retoma el diálogo con sus colaboradores, no sin antes advertir:

“No se asuste con tanta foto de Allende. Esto es también la sede de un sindicato y se le enseñana a la gente cuáles eran las 42 medidas de Allende, del gobierno popular. Pero yo creo que con tres medidas nomás basta, así la hacemos corta: Nueva constitución inmediatamente. Recuperar los recursos estratégicos-económicos y recuperar los recursos comunicacionales, y con eso, ya estamos”.

Roxana Miranda Meneses es modista, al igual que su abuela y su madre. Oriunda de la comuna de San Bernardo, cuando tenía seis años, su padre falleció. Desde aquel momento, Roxana y su familia vivieron con los ingresos que aportaba su madre. Dice que, desde pequeña, tuvo que sobrevivir trabajando con sus propias manos.

“Recuerdo de muy pequeña, junto a mi madre, tener que enfrentar la burocracia de un gobierno que no le reconocía los derechos a una madre viuda con hijos pequeños. Recuerdo tener que aprender a defender mis ideas y mis derechos. Recuerdo una vida de alegrías y sufrimientos junto a los míos”, relata en su página web.

Roxana estudió en el Liceo Comercial de San Bernardo donde formó parte del centro de alumnos. A los 27 años, se casó con Iván Vargas García, con él tuvo 4 hijos, un hombre y tres mujeres. Pero, a principios de 2013, se separaron luego de 18 años de relación. “Igual puedo ser presidenta sin un primer damo”, sostiene.

Cuenta que sus hijos la apoyan y que incluso, el mayor, de 18 años, (no da su nombre) se inscribió, voluntariamente, en el conglomerado del Partido Igualdad. “Es un cabro luchador, igual que su mamá y eso me enorgullece un montón”, dice.

LA DIRIGENTE

Su historia política parte como dirigente social de la Junta de Vecinos de San Bernardo, cargo en el que se ha mantenido por diez años. En 2008 y 2012 se lanzó, sin éxito, en las elecciones municipales de su comuna. En 2009, fue candidata a diputada y obtuvo 4.332 votos. Disputó el distrito n°30 por Buin, Calera de Tango, Paine y San Bernardo.

Donde más ha brillado es en la Asociación de Deudores Habitacionales: fue dirigente nacional de la organización ANDHA Chile, hoy ANDHA Chile a Luchar Democrático y funó a cuanto ministro y Presidente pudo. Ahí, comenta, aprendió a tratar con “gente prepotente”.

“Llevo años en el tema habitacional y todas las semanas tenemos que reunirnos -lamentablemente- con esta gente que está haciendo negocios con las familias en Chile. Entonces, yo ya tengo una práctica para enfrentarme no sólo contra gerentes, sino que con los mismos parlamentarios, con sus formas imponentes, las mismas que usan algunos periodistas como los de Tolerancia Cero”.

-¿Te complicó el trato?

-Es que, mira, al final estaba bien tranquila. Estaban más asustados ellos. Fernando Villegas me quiso acorralar con términos técnicos, pero no caí. Hay tantos prejuicios con nosotros: que no podemos, que no somos capaces. No necesito tantos estudios en Harvard. Hay Presidentes que estudian en Harvard y luego se meten el dedo en la nariz en público, jajajaja. Y bueno, uno después piensa “¿de qué les habrá servido todo lo que saben?” En lo mediático ellos tiene todo, si el empresariado está apostando por ellos. Pero la verdad, me dan más rabia otras cosas, por ejemplo, que en las manifestaciones nos repriman los carabineros, que están en condiciones pésimas, igual que uno, en las comisarías están en condiciones súper miserables. O sea, yo he estado detenida en casi todas las comisarías y me doy cuenta del trato que ellos tienen. Los que están ganando en las Fuerzas Armadas son los altos mandos, esa es la gente que gana millones y millones y que viven como reyes. El resto, no poh’. Es gente del pueblo en el fondo, que tiene un uniforme.

LOS OTROS

Miranda está confiada en su candidatura, asegura que es seria, que aunque no triunfe es un “chasconeo” necesario de la política, que es la voz de quienes no son representados por los otros candidatos: Marcel Claude, el “conde que algo esconde”; Franco Parisi, “que está lleno de compromisos con otras personas”; o Marco Enríquez-Ominami, “un burgués más”.

De Michelle Bachelet tampoco tiene una buena impresión: “A mí me pasa…tengo un sentimiento de preocupación. ¿Cómo llega tanta gente a no saber todo lo que hizo Bachelet en su periodo? Todo lo que privatizó, haber instalado a los antiterroristas… la gente no lo sabe. Y eso justamente, es lo que me desespera. La gente, como no sabe, vuelve a confiar en la “señora buenita” po’h y el problema es que Michelle Bachelet es la “señora buenita” que gobierna con pura gente mala”.

Roxana exhibe un papel en blanco y negro. Es una impresión de La Nación online que titula “Miranda y Bachelet: la mejor y peor en encuesta sobre acceso a la información”. Se trata de un sondeo realizado por la Fundación de la Prensa y la Asociación Nacional de Prensa (ANP) que, basada en la opinión de periodistas, otorga un 75% de notas 6 y 7 a a la candidata de Igualdad. En el último lugar, se ubica la de Nueva Mayoría con apenas un 26%. “Ahí tienen a la Nueva Pillería. No cuentan nada y los medios me discriminan a mí?

-¿Te has sentido así?
– Siempre, desde que nací. Entonces ya estoy acostumbrada. Pero ahora les invierto el escenario y disfruto lo que está pasando. Porque los que se incomodan ahora son ellos. Nunca se esperaron que uno de abajo llegara a ser candidata, nunca, nunca. Ninguna estadística de ellos se imaginaron, nunca.

¿Y la familia qué dice de esta candidatura?
– Mis hijos están tan acostumbrados… Yo he sido candidata a todo. Candidata a alcalde, candidata a diputada… Los chiquillos, lo que han hecho es como acostumbrarse a que tienen una mamá… no sé, que es una dirigenta social y es natural que uno pueda ser también candidato a la presidencia. No puede ser un hecho fortuito ni folcklórico. Tiene que ser natural, quiero que en mi país sea natural que uno de los nuestros pueda ser candidato, y por qué no presidente o presidenta, para no ser lacayos y lame botas de la burguesía.

*Diego Chávez es estudiante de periodismo de UNIACC y curso tercer año.

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