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Opinión

20 de Enero de 2014

¿Quién chucha le puso Nueva Mayoría a la Nueva Mayoría?

Esta semana se concretaría el nombramiento del gabinete del primer gobierno de la “Nueva Mayoría”, coalición política que debutará en marzo en la administración del Estado, al mando de Michelle Bachelet. Pero pese a las polémicas y las cientos de páginas que ha ocupado en los medios, poco se sabe del origen del término, cuya definición parece calcada a una escena de película. A continuación, los detalles de una elección que quedará en la Historia.

Richard Sandoval
Richard Sandoval
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“Estoy decidida a convocar una nueva mayoría política y social para llegar juntos a la Presidencia de la República”, fueron las palabras exactas de Michelle Bachelet el 27 de marzo de 2013, en la comuna de El Bosque, hace casi un año.

Sin embargo, esa no fue la primera vez que el país escuchó el concepto “nueva mayoría”. Dos años antes, en 2011, surgieron los primeros documentos que llamaron a refundar a la Concertación. Esto, en medio de interminables discusiones entre los que ponían la lápida al conglomerado histórico -radicales y pepedés- y quienes se resistían a dar vuelta la página -“el eje PS-DC”, como recuerda el senador Ricardo Lagos Weber-.

Pero, ¿quién fue exactamente el primero en mezclar la palabra “nueva” con “mayoría”? Hay quienes lo asignan a José Antonio Gómez, quien tras un acuerdo entre parlamentarios del PS, el PPD y la DC con Joaquín Lavín en un tema educacional, reclamó públicamente con un texto en el que llamaba a ampliar el desteñido arco iris. Gómez, asume que fue el primero en hacer ese llamado, pero no se arroga el bautismo. “No me atrevería a adjudicármelo, pero fuimos los primeros que planteamos la idea, que además tenía otros objetivos, como incorporar a los dirigentes sindicales y estudiantiles. Esto fue antes del movimiento estudiantil; si lo hubiésemos hecho hubiéramos sido parte del movimiento social, pero no quisieron”.

Y el movimiento estudiantil vino en grande. El mazazo fue duro, y la sentencia de muerte de la Concertación fue natural. El entierro oficial tuvo lugar el 5 de octubre de aquel movilizado año, en el Congreso de Santiago, a 23 primaveras del triunfo en el plebiscito de 1988. “Nuestro compromiso” fue denominado el documento encargado a Osvaldo Andrade, presidente del PS, y perfeccionado y luego suscrito por el resto de los presidentes de la Concertación. La encargada de leer “el fallo” fue Carolina Tohá, de cuya boca salió por primera vez la suma de “nueva” más “mayoría”.

“Los partidos de la Concertación declaramos nuestra voluntad de concurrir a la conformación de una nueva mayoría para cambiar Chile junto a otros actores sociales y políticos del centro y la izquierda con quiénes lleguemos a concordar un proyecto de país”. Era el inicio de una larga agonía de dieciocho meses, tiempo transcurrido hasta el retorno de Michelle Bachelet desde Nueva York.

El Bosque y Paris

“Concertar” fue el verbo que bautizó al conglomerado político que recuperó la democracia, hace 25 años. Uno muy parecido, “Convergir”, pudo haber sido su reemplazante hace nueve meses, cuando los negociadores electorales de los partidos se reunieron sin prensa ni expectación con un objetivo que, sin embargo, quedará en los libros de Historia: elegir el nombre que reemplazaría a la “Concertación”, marca que con altos y bajos dominó Chile por 20 años y que fue derrotada sin apelaciones en el verano de 2010.

“¿Nueva Concertación?”, no: aparte de fome, “podía hacer sentir a los comunistas que eran invitados”, señala Víctor Maldonado, secretario nacional de la DC y uno de los cinco dirigentes políticos que estuvieron en la reunión realizada la tercera semana de abril del año pasado, en la sede del Partido Socialista, y que debía definir el nombre con que se inscribirían a las primarias. Los otros asistentes a la cita fueron Juan Andrés Lagos, del Partido Comunista: Miguel Moreno, del Partido Radical; Alejandro Bahamondes, del PPD; y Francisco Díaz, del PS. Los últimos, claves en la elección del nombre.

Paso siguiente de la cita, fue descartar “Convergencia opositora”, denominación poco creativa que ya había sido utilizada por otro grupo político anteriormente, lo que podía traer reclamaciones ante el Servel por provocar confusiones electorales.

Francisco Díaz llevaba apenas dos jornadas como secretario general del socialismo, cuando el encargado electoral de la tienda, Mahmud Aleuy, le encargó asistir a la reunión con propuestas de nombre y logo. El ex jefe de asesores de Políticas Públicas de Bachelet se lo tomó en serio, y llegó hasta la casona de París 873 con una idea clara que asumía sería un hit. Tras tomar nota del simbólico discurso de Bachelet en El Bosque, fresco aún en el bacheletismo, mandó a hacer un logo con el concepto “Nueva Mayoría”. Se trataba de una mano afirmando un racimo de flores, cuyos colores representaban la diversidad que la ex directora de ONU Mujer había llamado a reunir.

Lo que no sabía el recién llegado secretario general, era que en forma paralela el primer vicepresidente del PPD, Alejandro Bahamondes, estaba pensando en lo mismo que él. Su propuesta, era cambiar la Concertación por la “Nueva Mayoría por los Cambios”. Ambos, sin saber, estaban iniciando la competencia creativa por quedar en la historia.

De película

Tras descartar las propuestas más mediocres, Bahamondes planteó la suya, “Nueva Mayoría por los Cambios”, cuyas últimas tres palabras fueron abortadas por el racimo de flores de Díaz. Así, sería la mezcla entre ambos el origen de la nomenclatura que hoy devino en acuerdo político programático, y que además incluye a la Izquierda Ciudadana y al MAS.

Para Bahamondes, “es una mezcla, porque efectivamente cuando hicimos la conversación para ver el símbolo que iba a tener la oposición en las elecciones, y el nombre; la propuesta que yo hice fue ‘Nueva Mayoría por los Cambios’, y finalmente, ahí en la conversación había dos opciones. Coincidimos en que se denominara sólo Nueva Mayoría. Por eso, nadie puede arrogarse la paternidad, porque la propuesta mía fue ‘Nueva Mayoría por los Cambios’, y finalmente le sacamos ‘por los cambios’ y fue Pancho (Díaz) el que planteó eso. Nadie puede decir yo soy el padre. Originalmente, yo pude haber dicho yo planteé el concepto nueva mayoría, pero con el agregado”.

Díaz, en tanto, lo recuerda así: “la reunión fue después de que la Presidenta Bachelet había vuelto a Chile y había dado el discurso en El Bosque, donde habló de crear una Nueva Mayoría social y política. Hasta ese entonces nosotros habíamos actuado hasta las municipales -alcaldes- como ‘Oposición Unida’. El problema de eso es que tenía una carga negativa, y había que darle una carga positiva. Como Bachelet dijo eso, yo dije ‘ahh, Nueva Mayoría’. Les dije, ‘oye la Presidenta llamó a formar una nueva mayoría social y política, pongámosle nueva mayoría’, esa fue mi reflexión, y todos dijeron ‘ah de veras, listo’. Y todo el mundo lo aceptó de inmediato. De hecho, llevé una gráfica, que después no se utilizó, porque usamos la eme de Michelle”.

La historia se asemeja a una escena de “Red Social”, la película que cuenta la historia de Facebook. En la cinta, el personaje de Justin Timberlake le da un sutil consejo a Mark Zuckerberg que cambiaría la historia de “The Facebook”, como se llamaba originalmente el sitio. “Just (Sólo) Facebook”.

La versión la ratifica Víctor Maldonado, testigo del nombramiento: “el que propuso el nombre final y lo llevó adelante es Francisco Díaz. Ningún presidente puso objeción y todos de inmediato lo aceptaron”.

Además, el secretario nacional de la Falange compara el paso de “Nueva Mayoría por los Cambios” a sólo “Nueva Mayoría” con el origen de los Beatles, que “antes se escribía con i”. “Es como cuando John Lennon dice que se le apareció un ángel, que le dijo que lo escribiera con e”.

-¿Y quién fue ese ángel en la Nueva Mayoría, Bachelet?
-Los ángeles son silenciosos -responde Maldonado-.

VER MÁS: Concepto histórico de la Nueva Mayoría

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