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Opinión

17 de Febrero de 2014

Preguntas para la futura Subsecretaria de las Fuerzas Armadas

Mercedes Bulnes, esposa del abogado de DDHH Roberto Celedón, reflexiona respecto al rol que tendrá la futura Subsecretaria de las FFAA Cecilia Echeverría, luego que hace unas semanas denunciara las torturas y abusos sexuales que vivió en manos del padre de la autoridad designada Víctor Echeverría Henríquez en dictadura. ¿Conocía o no el pasado de su padre, y si lo sabía, transparentó este hecho a quienes la designaron para un cargo público relevante? Si no lo sabía, ¿cuál es su posición frente a quienes fueron las víctimas de su padre?. No basta una condena genérica a las violaciones a los derechos humanos?, se pregunta.

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En las últimas semanas tuve ocasión de denunciar que Víctor Echeverría Henríquez, padre de la nominada Subsecretaria de Defensa, Carolina Echeverría Moya, fue la persona que estuvo a cargo de la Inteligencia Militar en el regimiento Buin después del Golpe de Estado y que fue responsable de muerte, tortura y abusos contra detenidos. Declaré lo que me consta personalmente en cuanto a la actuación de este militar, sin repetir otros hechos que escuché y de los que no soy testigo directa. Sin embargo, no relaté todo lo que sé. Otras personas también han declarado lo que ellos sufrieron a manos de esta persona.

Las violaciones a los derechos humanos en Chile fueron sistemáticas e institucionales. Hirieron profundamente nuestra convivencia nacional. 40 años después sus huellas perduran. Todo esfuerzo por superar los traumas del pasado es necesario. Por eso hice esta denuncia, diciendo los hechos que conozco, sin rencor, ni menos intentando culpar a la hija por los graves delitos de lesa humanidad de su padre.

Sin embargo, debemos humildemente comprender que en todo acto de nominación de una autoridad, entre ellos el de Subsecretario, hay un acto de delegación de confianza, cuya fuente final -en el presente caso- es la delegación de confianza de la mayoría del pueblo de Chile en la Presidenta Michelle Bachelet. Al aceptar el cargo la persona atraviesa el portal de lo privado a lo público. Por ello nada de lo de la historia personal de la nominada subsecretaria y de lo que piensa pasa a ser indiferente y el ciudadano común tiene derecho a saberlo con transparencia.

No por un determinismo ineluctable sino que simplemente como un indicio de lo que hará o haría si fuese autoridad.
En estos días se ha denunciado que Carolina Echeverría Moya, siendo Subsecretaria de Marina en el anterior gobierno de Michelle Bachelet, habría exigido a un grupo de marinos constitucionalistas víctimas de torturas a causa del Golpe de estado, desistirse de las querellas interpuestas por los hechos de que fueron víctimas a fin de obtener compensación por parte del Estado. Esto lo ha confirmado la abogado de los marinos y fue denunciado por la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos. En esa insólita exigencia, de ser plenamente cierta, ¿tiene que ver su historia personal?

Me ha resultado extraño y sin duda también al país que en estos días no hayamos escuchado ni una palabra de la nominada Subsecretaria respecto a estas dos cuestiones:

-¿Conocía o no el pasado de su padre, y si lo sabía, transparentó este hecho a quienes la designaron para un cargo público relevante? Si no lo sabía, cuál es su posición frente a quienes fueron las víctimas de su padre?. No basta una condena genérica a las violaciones a los derechos humanos. Hoy, felizmente, no hay ninguna persona en Chile que se atreva a defender la represión durante la dictadura.

-Es o no efectivo que pidió a un grupo de marinos constitucionalistas desistirse de querellas interpuestas en contra de quienes los torturaron para otorgarles beneficios reparatorios.

No se trata de hechos de su intimidad, sino de cuestiones públicas relevantes, que afectan la credibilidad y/o confianza de una persona que aspira a una función pública y que como tal está expuesta al escrutinio público. Por la historia vivida, en materia de derechos humanos y de compromiso con los valores de la democracia no puede haber términos medios. El “Nunca Más” es una toma de posición radical frente a la vida y la dignidad de toda persona humana, no es una promesa a futuro, es un profundo condolerse con las víctimas y una radical ruptura con el mal y los victimarios. Tenemos derecho de saber la posición de Carolina Echeverría. Debe transparentar ante la opinión pública y ante las autoridades políticas, su relación con la historia de las violaciones a los derechos humanos y aclarar si conocía o no el pasado de su padre, así como debe también responder de sus propios actos, en cuanto a las graves denuncias formuladas en contra de ella misma por los marinos constitucionalistas.

Es hora de que la función pública sea ejercida con transparencia y responsabilidad.

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