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Opinión

4 de Marzo de 2014

¿Quién está detrás de la matanza con cuchillos en China?

La matanza ocurrió este fin de semana, pero todavía continúa causando terror: un grupo armado de desconocidos ingresó en la estación de trenes de Kunming, en el sur de China, mató a 31 personas e hirió a más de 130. Los testigos que presenciaron el hecho coincidieron en los mismos detalles escabrosos: un grupo de […]

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La matanza ocurrió este fin de semana, pero todavía continúa causando terror: un grupo armado de desconocidos ingresó en la estación de trenes de Kunming, en el sur de China, mató a 31 personas e hirió a más de 130.

Los testigos que presenciaron el hecho coincidieron en los mismos detalles escabrosos: un grupo de personas, vestidas totalmente de negro, entraron a la estación y comenzaron a atacar a los transeúntes que se iban encontrando a su paso, sin el estruendo de la pólvora. Ni bombas, ni armas de fuego: los atacantes utilizaron cuchillos curvos y ganchos para colgar carne.

Sólo se escucharon los gritos de espanto. La policía local logró reaccionar pronto y ultimó a cuatro de los perpetradores, mientras que los demás sospechosos se dieron a la fuga.

Una mujer, que resultó herida, fue arrestada mientras era trasladada al hospital.
De inmediato en Pekín, el gobierno del presidente Xi Jinping se puso en alerta y comenzó a recabar información sobre el hecho. La policía regional se encuentra todavía a la caza de diez supuestos atacantes.

Entonces, comenzaron las primeras especulaciones y preguntas: ¿quiénes estarían interesados, en China, en realizar un ataque con semejante nivel violencia? Y, ¿cuál podría ser su objetivo?

“Este ha sido un hecho carente de conciencia y humanidad”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores chino, Qin Gang.
El gobierno de Pekín, basado en sus informes de inteligencia, comenzó a dar nombres pronto: este lunes, la agencia oficial de noticias Xinhua citó una declaración del Ministerio de Seguridad Pública que dice que seis hombres y dos mujeres, liderados por un individuo identificado como Abdurehim Kurban, fueron los responsables del ataque.

Todos ellos estarían relacionados con los grupos separatistas de la región de Xinjiang, ubicada en el noreste del país, que en los últimos cinco años ha causado serios problemas al gobierno central.

¿Qué pasa en Xinjiang?

Para entender un ataque de esta magnitud, hay que comprender algo fundamental: China es un país habitado por más de 56 grupos étnicos, cada uno con su propia dinámica.

“En la provincia de Xinjiang habitan los uigures, a los que se ha responsabilizado del ataque suicida con un carro bomba a la plaza de Tiananmen, en la capital, en octubre del año pasado, en el que murieron cinco personas”, explica la editora de BBC China, Yuwen We.

Además, a los grupos separatistas uigures también se los acusa de ser los responsables de las revueltas ocurridas en la ciudad de Urumqi, capital de Xinjiang, en 2009, en las que murieron unas 200 personas, donde también hubo una fuerte represión policial.

Sin embargo, hay un detalle inusual en el cruento ataque de este sábado: ocurrió a miles de kilómetros de Xinjiang, en un lugar alejado del conflicto.
“Han ocurrido muchos casos graves en Xinjiang que no han llamado la atención ni del gobierno ni de la prensa. Ahora, con este ataque en Kunming, están en todos los titulares del planeta”, explica Yuwen.

Separatistas

La mayoría de los habitantes de la provincia de Xinjiang, que pertenecen a la etnia de los uigures, practican el Islam. Algunos grupos internos de esta minoría tienen itenciones separatistas y buscan crear su propio Estado autonómo.

“Con el auge económico chino, el gobierno central ha hecho una gran inversión en esta región del país, que considera estratégica, pero que ha causado una gran incomodidad en muchas autoridades étnicas, que no quieren una influencia del partido socialista chino en su zona”, explicó Yuwen.

Esa incomodidad ha escalado a niveles de extremismo. Y ese extremismo ha generado un reforzamiento en las medidas de seguridad, que muchos habitantes de Xinjiang y grupos exiliados califican de acoso étnico y religioso.

Podría pensarse que después de la violencia del ataque, ahora Pekín podría encontrarse en la siguiente encrucijada: si seguir con su política de seguridad o intentar de alguna manera negociar con los grupos extremistas uigures.

Pero la línea desde Pekín es clara y firme. “El gobierno chino actuará con mano dura y de acuerdo con la ley contra estas fuerzas terroristas y violentas, sin importar qué grupo son o a quién pertenecen”, sostuvo el canciller Qin Gang.

Cuchillos y ganchos

Mientras se recogían los cadáveres dentro de la estación, las autoridades policiales se preguntaban las razones por las que los atacantes habían elegido perpetrar la matanza con cuchillos, algo inusual en este tipo de acciones.

“Puede ser por una combinación de hechos. Por un lado puede ser por el estricto control que existe sobre las armas, que obligó a utilizar este tipo de armamento. Además, los cuchillos y los ganchos de carnicería son elementos comunes en esta región, que pueden ser llevados sin levantar ninguna sospecha”, explicó Yuwen.

Y añadió que “además, era mucho más fácil llevar a cabo un ataque en la región de Yunnan, que en el este del país, donde están las principales ciudades como Pekín o Shanghái”.

Lo cierto es que este hecho grave sucedió pocos días antes de las nuevas sesiones parlamentarias, que iniciaron este lunes, donde el tema de la seguridad está en el primer punto de la agenda.

Por lo pronto la policía continúa buscando a los sospechosos por todo el país, mientras que el gobierno local espera tener una información más veráz para señalar con total certeza a los culpables del hecho.

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