La Alianza: Mucha cuña y poca feria

Una senadora socialista, en calidad de Presidenta del Senado, entregándole la banda presidencial a otra mujer socialista, es la escena más fuerte y más palmaria de la aflictiva situación que viven los partidos de la Centro Derecha.

Quienes pertenecemos a este sector político, observamos, con preocupación, que las actividades de sus dirigentes se centran en dos cosas: renovación de directivas y la revisión de los principios que los inspiran. El primer afán nos parece adecuado atendido que toda organización debe renovar su dirigencia, particularmente si quienes eran responsables de sus destinos perdieron estrepitosamente. Pero lo que nos causa realmente un gran asombro y estupor, por decir lo menos, es que se hable de la revisión de los principios, especialmente en aquel de los partidos con profundas convicciones acerca de la concepción del ser y la sociedad. No olvidemos que los principios de una agrupación política constituyen la razón fundamental de su existencia. Son ellos la motivación o la misión que cada uno de sus dirigentes y militantes acometen influyendo en la sociedad para que esos principios y valores se hagan carne en ella.
Revisar los principios, como forma de volver al éxito electoral nos parece de una simpleza, rayana en la puerilidad. Y un camino equivocado para volver a la recta senda.

¿En qué otra cosas están sus dirigentes? Los vemos formulando declaraciones cortas, a través de los medios de comunicación, que en jerga periodística se denominan “cuñas” y dando toda clase de entrevistas ejerciendo, legítimamente, el derecho a opinión sobre diversos temas de iniciativa de las autoridades del actual gobierno.

¿Sirven tantas declaraciones y cuñas? Por cierto que sí, de alguna manera se va formando opinión pública, pero claramente esa sola actividad es absolutamente insuficiente, si se pretende volver al gobierno en cuatro años más; lo mismo la realización de tantas reuniones menores que convocan a los mismos profesionales, a los mismos dirigentes que ya forman parte de este sector político desde hace décadas.

Por otra parte, como no he perdido mi costumbre de ir a las ferias de Melipilla y Talagante, los feriantes me preguntan ¿Y qué es de los políticos que no han venido nunca más?, refiriéndose claramente a los dirigentes de derecha. Todos sabemos que en dicho lugar comercial uno se encuentra con el ciudadano común y corriente, con el vecino y la vecina que van manifestando su inquietud y opinión acerca de los acontecimientos nacionales y locales. Como se dice muchas veces en un campo deportivo “¿Dónde están que no se ven los dirigentes de la Centro Derecha?”. Creemos que mil veces vale más un buen recorrido por una feria del distrito que una buena cuña de minutos en un canal de televisión. Y ese hay que hacerlo ahora, y no en dos años más.

En otro orden de ideas, se requiere restablecer las confianzas y eliminar las actitudes aviesas que fueron horadando el sello propio de cada partido político del sector, llenándose de rencillas internas que fueron dividiendo y finalmente atomizando la existencia política del mismo. Se requieren más que revisiones de principios una estrategia enérgica y un trabajo mancomunado en la defensa de la libertad de enseñanza, de la libre iniciativa individual, entre otras garantías constitucionales amenazadas seriamente por el programa de la Nueva Mayoría.

Por ende, no es una cuestión de revertir los principios, es un asunto de hacer más feria, por simbolizar lo que debe ser el trabajo en terreno, como un hecho fundamental para cimentar un futuro próspero y así poder tener alguna posibilidad de volver, por voluntad de los chilenos, al Gobierno de la República.

*Ex diputado UDI