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Nacional

11 de Abril de 2014

Los niños dados por muertos que el cura Gerardo Joannon entregó para adopción

sacerdote cura Eugenio Silva Iglesia

Según una investigació de Ciper en 2004 y 2005 la revelación de algunos secretos de familia conmocionó a ciertos círculos de la capital. Aparecieron niñas que se habían dado por muertas al nacer y que eran hijas de madres solteras. La verdad es que fueron dadas en adopción engañando a sus padres biológicos. En la mayoría de los casos fueron las familias de estas jóvenes las que decidieron arrebatarles a sus hijos, con la ayuda de sacerdotes y ginecólogos. CIPER reconstituyó dos de estas historias en las que le cupo un rol principal al sacerdote Gerardo Joannon, quien reconoció los hechos.

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sacerdote cura Eugenio Silva Iglesia

Ese 1º de febrero de 2004, Pilar tuvo desde la mañana presente su compromiso de las 20:00. Si bien ella era de misa diaria, en las que participaba activamente, ya sea en el coro o en las lecturas, las que se oficiaban el 1º de febrero tenían un significado especial para ella y para el sacerdote que las celebraba: Gerardo Joannon. Significado que se llenaba de sentido al momento de rezar la plegaría eucarística en honra de los difuntos: “Recuerda a tu hijo/a a quien llamaste de este mundo a tu presencia; concédele que, así como ha compartido ya la muerte de Jesucristo, comparta también con él la gloria de la resurrección”.

-Se hacía un momento de recogimiento y nosotras sabíamos que ahí se pedía internamente por la guagua que Pilar había perdido ese mismo día de 1983, siendo madre soltera. Pero ése era un drama que, si bien varias de sus amigas sabíamos, no se hablaba por respeto a ella. Uno percibía que siempre a finales de enero y principios de febrero ella andaba más sensible -relató a CIPER una amiga de Pilar.

Lo que no imaginó ninguno de los que llegaron ese primero de febrero de 2004 a la misa, es que ésa sería la última que se celebraría en recuerdo de la niña muerta. Ya que la recién nacida que Pilar y algunas de sus amigas creían muerta, ¡estaba viva! Había sido “regalada” a otra familia al nacer y desde los 12 años buscaba a sus padres biológicos, a quienes encontraría justo un mes antes de ese 1 de febrero de 2005, cuando cumplió 22 años.

La súbita aparición de la hija de Pilar, a la que todos creían muerta, no sería el único caso. La investigación de CIPER pudo constatar que fueron varias guaguas de jóvenes solteras y embarazadas las que, en las décadas del ’70 y ’80, fueron entregadas irregularmente en adopción a otras familias. En ocasiones, engañando a los padres biológicos, haciéndoles creer que el bebé había nacido muerto; en otras, convenciendo a la madre soltera de que esa era la mejor opción para el futuro del recién nacido.

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