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Opinión

5 de Junio de 2014

Hans Arias y César Peralta: “Tuvimos los cojones para demandar al Estado por matrimonio igualitario”

Hans y César empezaron a pololear en abril del 2008. Ese mismo año César se convirtió en el primer padre gay en ganar la tuición de los hijos de su antigua relación. Ahí se fueron a vivir todos juntos. Dos años después, la pareja pidió hora para casarse en el registro civil, pero se la negaron y decidieron demandar al Estado. A cuatro años de la demanda, esperan la resolución del caso por parte de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en Nueva York.

María Ester Huerta
María Ester Huerta
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Antes de conocer a Hans Arias, César Peralta había estado casado por 16 años con una mujer, la madre de Gabriel (15) y Alexis (23), sus hijos. Los últimos dos años de relación fueron insoportables, peleaban todo el día y casi no se hablaban. Se separaron y César se fue a vivir con sus padres. Fue en ese tiempo cuando conoció a Hans. “Yo tenía súper claro que era homosexual y mi señora también lo sabía desde el primer año de matrimonio, pero teníamos un hijo. Y la idea de ella era que de alguna manera me iba a cambiar y mi error fue aceptar eso. Yo era un pendejo, tenía 17 años. Le di la opción a ella de tomar la decisión de nuestra vida, y eso duró 16 años. Además yo quería tener al Gabriel”, cuenta César.

En octubre del 2008, Hans y César se fueron a vivir juntos. En ese tiempo sus hijos estaban al cuidado de su madre hasta que un día, para castigar a César, ella los echó de la casa. Esa misma tarde César se llevó a los niños y puso una denuncia en Carabineros, días después el tribunal de familia de Puente Alto le dio el cuidado de sus hijos por 90 días. Cuando consiguió la tuición definitiva, Gabriel y Alexis se fueron a vivir con su padre y Hans.

A Hans lo conocían como un amigo, y a los siete meses de relación César le cuenta a sus hijos que este amigo era su pololo. Ellos nunca lo cuestionaron. Gabriel recuerda que a veces iban a la playa los cuatro y Hans le decía “mi amor” a César. “Fue eso y ya, nunca fue un problema para mí o para mi hermano. Va a sonar vulgar pero yo le dije a ellos ‘su cuerpo es su cuerpo, su culo es su culo y ustedes cuídense’, yo tenía 9 años. Obviamente después vino un miedo porque esa fue la época de los nazis y neo nazis”, cuenta Gabriel. Pese al temor, nunca ocultó la historia de su familia en el colegio, pero eso tuvo consecuencias. “Lo tajearon con cuchillos, lo siguieron, le pegaron en la calle, y tuvo que terminar los últimos tres meses de colegio de ese año en la casa” recuerda su padre biológico. Según Gabo, como lo llaman en su casa, la violencia contra él se acentuó cuando a sus papás los comenzaron a invitar a programas de televisión a contar su historia. Ahí se sacaba fotos con famosos que después “alumbraba” en el colegio y la envidia, más que sus padres, fue el motivo de las agresiones. Para él, mostrarse junto a ellos ha sido siempre una declaración de principios: “Quiero cambiar este país. Yo quiero trabajar a la par con mis papás, porque nos gusta la política, nos gusta la labor social y que de una vez por todas Chile cambie y no sea un lugar machista, retrógrado, atrasado y homofóbico. Y si tengo que estar colgando letreros y que me lleven preso, que me lleven preso” dice. De hecho hace unos día fue a un acto en el ex Congreso donde pedían que el AVP sea debatido en la comisión de familia de la Cámara de diputados.

La demanda que interpusieron contra el Estado chileno por matrimonio igualitario ya está en Nueva York, en la Corte Interamericana de DDHH. Han pasado cuatro años y César cree que su demanda de alguna manera impulsó a que el ministro de justicia, José Antonio Gómez, haya puesto urgencia en legislar sobre el AVP. “Me cuesta creer que la Presidenta tenga los cojones para legalizar el matrimonio igualitario. Si hay humo blanco sobre este tema, va a ser obligado por la Corte, este gobierno sabe que se les viene una vara pesada”, reflexiona Peralta.
“Fue el 23 de septiembre del 2010 cuando nos fuimos a casar, lo hicimos sin mayor expectativa y hoy nos damos cuenta que hemos logrado muchas cosas. Nosotros tuvimos los cojones para demandar al Estado por matrimonio igualitario, y hoy en Chile se está hablando del tema, que hay dos homosexuales que tienen hijos, que viven juntos hace años y que se aman”, agrega César.

En esta lucha por la diversidad sexual, es que la pareja también participa del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh). “Creo que la única organización que hace cosas es el Movilh. Son capaces de levantarse en la madrugada a ayudar a un homosexual o a una travesti que le pegaron. En cambio Iguales, lamentablemente es elitista, no vas a ver a Luis Larraín levantarse a las 3 de la mañana a ver una prostituta que la mataron. Eso lo hace el Movilh” declara Peralta y agrega, “la fundación Iguales decía que el AVP era un matrimonio de segunda categoría y ahora lo respaldan. Entonces les falta más coherencia”. Y la convicción es un tema vital para ellos, porque si quisieran proteger sus bienes firmarían un poder notarial. Pero no están de acuerdo con ese camino. “Una firma de ese tipo, o un testamento es carísimo, eso lo puede hacer sólo alguien de plaza Italia para arriba. De fundación Iguales pa arriba. La gente que pertenece a Movilh no, porque viven en La Pincoya, en Estación Central o como nosotros que vivimos en La Florida. Nosotros casarnos, queremos los mismos derechos, por eso demandamos al Estado chileno”, insiste Peralta.

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