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Opinión

16 de Junio de 2014

Así es un aborto legal: La historia de Javiera y Nick

Mientras en nuestro país se discute la posibilidad de legalizar el aborto sólo en tres situaciones específicas, en otros países se ha establecido como un derecho humano el que el Estado no pueda intervenir en la libre decisión de una mujer. Así sucede en Estados Unidos, donde esta pareja decidió dar término a un embarazo no programado de forma legal y segura.

Melissa Gutierrez
Melissa Gutierrez
Por

aborto seguro

Nick nació en Estados Unidos cuando el aborto ya era legal en ese país. Javiera es chilena pero el año pasado cumplía ocho años viviendo en el país norteamericano. A principios de 2013 Nick y Javiera llevaban unos tres meses juntos cuando supieron que ella estaba embarazada. Los tomó por sorpresa porque Javiera tenía ovario poliquístico, así que los doctores le habían dicho que le iba a costar mucho tener hijos: “usaba condones para prevenir enfermedades de transmisión sexual, pero no me preocupaba de quedar embarazada”, cuenta ella ya instalada en Chile.

Nick, ahora su esposo, cuenta que “tuve sentimientos encontrados, estaba extremadamente sorprendido y no sé, creo que salí y me fui a un bar. Fue como: ‘necesito un trago’, pero no sé, fue muy sorprendente. Y no sabía qué cresta íbamos a hacer”.

Lo que terminaron haciendo, viviendo en el Estado de Nueva York, fue optar por el aborto. Y aunque hoy piensan que quisieran tener hijos, dicen que ese no era el momento adecuado.

¿Cómo te enteraste de que estabas embarazada?
Javiera:Ni me di cuenta hasta que Nick me dice: “oye, no te ha llegado la regla”. Y pasaron unos días y dije: “bueno, me voy a hacer un test por si acaso”, pero pensando que en realidad estaba estresada y era eso. Vivíamos en un pueblo muy pequeño así que no quería ir a comprar el test ahí porque había sólo una farmacia en todo el pueblo. Así que mi amiga me llevó. Manejamos como media hora y compramos dos tests. Volví a mi casa y Nick estaba en el trabajo. Así que me hice los dos tests y dije: “mierda, esto no está funcionando bien. Debe ser una marca mala”. Así que mi amiga fue a la farmacia, arriesgó su reputación y me compró otro test. Volvió y obviamente era positivo. Así que tuve que esperar a que Nick volviera. ¿Te acuerdas cuando te dije? Nick llegó y le dije: ¡Estoy tan embarazada!

Nick: Era una situación en la que ni siquiera sabíamos si te ibas a poder quedar en Estados Unidos.

Javiera: Nos gustábamos y queríamos estar juntos y estábamos enamorados, pero yo no sabía qué iba a pasar con mi trabajo. En ese momento me quedaban cuatro meses de mi trabajo y después de eso ya no iba a tener seguro médico, no iba a tener ingresos, no sabía qué iba a pasar. Si me iba a quedar allá o si iba a volver a Chile. No sabía nada. En ese sentido era un momento terrible. Además era mucho para nuestra relación en ese punto. Nick es más joven y llevábamos tres o cuatro meses juntos, y a eso sumarle el tema del trabajo y sin saber en qué país íbamos a vivir, era demasiado.

¿Cuándo decidieron que no iban a tenerlo?
Nick: No sé qué hicimos. Simplemente llegamos tan cerca del punto en que ya no íbamos a poder elegir y no lo habíamos decidido aún. Creo que ahí decidimos que no íbamos a tenerlo, que no era el momento correcto en nuestras vidas para tener un hijo.

Me imagino que incluso teniendo la opción del aborto legal, debe haber sido difícil
Nick: No fue una decisión fácil. No sé, fue obviamente una muy difícil, pero teníamos la opción. Nueva York es un Estado muy liberal, aunque el área en que vivíamos era bastante conservadora.
Javiera: Muy conservadora, pero de todas formas había clínicas cerca. Había un Planned Parenthood a 20 minutos.
Nick: Y tenían una construcción especial donde podías llegar en auto por la parte de atrás para que no te acosaran.

¿Cómo fue esa experiencia para ti, Javiera?
Javiera: Desde que soy adulta siempre he creído en la legalización del aborto en cualquier caso, pero como todo el mundo nunca quise tener uno. Nunca pensé que iba a estar en esa situación. Entonces es diferente porque es algo muy fuerte. Y también es invasivo, de ninguna forma es una decisión fácil. Pero, de nuevo, si la situación hubiese sido distinta…

Nick: Yo estaba trabajando en una fábrica.

Javiera: No quería tener un hijo en ese momento, pero tampoco quería hacerme un aborto. No había una salida fácil. Así que fui a Planned Parenthood y eso fue genial.

¿Por qué?
Javiera: Cuando escuché las historias de cómo las mujeres se hacían abortos en Chile, comparado con lo que yo viví. O sea, fui a un ambiente completamente seguro, tuve que pagar como 12.500 pesos. Hicieron toda la evaluación, la ecografía, vieron que estuviera físicamente bien, me hicieron preguntas sobre mi salud mental, asegurándose que estuviera tomando esta decisión libremente, preguntándome si me habían violado o si me habían presionado a embarazarme, preocupaciones que deberían ser preocupaciones.

Nick: Yo no tenía permitido entrar. Porque querían asegurarse que no la estaba presionando a hacerlo.

¿Fue un aborto médico?
Javiera: Sí, había pasado de las 9 semanas, porque no fue todo inmediato. No fue como que llamé y me vieron al día siguiente. Pasaron algunas semanas en todo el proceso, así que tenía cerca de 11 semanas. Me acuerdo que averigué que en la etapa en que estaba el embrión no ha desarrollado los sistemas neurológicos que le permiten sentir dolor. Así que alguien estuvo al lado mío, dándome la mano, asegurándose de que estaba bien, porque Nick no pudo entrar. Después los doctores hicieron lo que tenían que hacer y eso fue todo. No es lindo, pero pude ir a un lugar profesional, con buenas instalaciones, y si algo salía mal sabía que podía llamar y volver y se asegurarían de que todo estuviera bien. Si tenía alguna infección, fiebre, algún malestar más allá de lo normal. Me dieron una lista de cosas que debían pasar y otras que no. Eso hace una tremenda diferencia.

Nick: Yo la pasé a buscar justo después.

Javiera: Sí, no te anestesian completamente pero te dan calmantes fuertes, estás como un poco drogada. Así que esperan a que te estabilices, pero igual no puedes manejar ni tomar un taxi. Se aseguran que haya alguien que pueda pasarte a buscar. Así que Nick me esperó en el estacionamiento y nos fuimos a la casa. Y eso fue todo.

¿Hubo un momento donde tomaron la decisión o siempre supieron que no lo iban a tener?
Nick: Creo que siempre supe que no lo tendríamos. Tú estabas como indecisa.

Javiera: Sí, no estaba segura. No era porque quisiera un hijo, no quería un hijo y nuestra situación era una mierda, pero tampoco quería hacerme un aborto. No sé, las emociones son raras en ese momento. Y no es que haya pensado: “oh no, es un ser humano” . No lo es. Es un ser humano en potencia, pero eso de cuándo empieza la vida, no sé. Si mi papá no hubiese conocido a mi mamá en un bar, si no se hubieran hablado, puta, yo no habría nacido. Media cuestión. Así que estaba como ambivalente, pero no quería un hijo en ese momento.

Nick: Yo estaba más seguro, sí.

Javiera: Pero también estaba en una posición de respetar lo que yo pensara.

¿Fue difícil hacer eso? ¿Respetar lo que ella quisiera y tratar de decirle lo que tú pensabas que era lo mejor?
Nick: No sé, en realidad estaba muy nervioso. O sea, sólo llevábamos tres meses juntos y no sabía qué hacer. Era un desastre, no dormí mucho en ese tiempo. En cualquier otra circunstancia creo que me habría encantado tener un bebé. Pero Javiera no tenía trabajo, yo estaba ganando como 11 dólares la hora o algo así. Ni siquiera tenía un auto. Era el peor momento posible.

Siendo legal, ¿sintieron menos juicio respecto del tema?

Nick: No hablas de eso. No es algo de lo que quisieras conversar con alguien.

Javiera: Es parecido a acá. Claro, no hay riesgos legales, pero no es algo que le cuentes a todos.

Nick: Yo sólo le dije a mis amigos cercanos. Mis papás no saben. Nunca les diría a mis padres. No es algo de lo que hables, realmente.

Javiera: Ahora las mujeres están empezando a hablar de eso allá, a contar sus historias, pero todavía no es algo común y la mayoría de la gente no quiere dar sus nombres.

¿Sabían de las condiciones en que las mujeres abortan acá?
Javiera: Sí, por supuesto. Di gracias que esto me hubiese pasado en Estados Unidos y no acá. Acá me habría cagado. O sea, sumado a que no puedes conseguir ayuda apropiada, tienes que comprar pastillas que pueden ser cualquier cosa, tienes que hacerlo tú misma y si algo sale mal, estar aterrorizada y esperar que resulte lo mejor. Y si no, llegar a un hospital…

Nick: Y ser tratada como la mierda.
Javiera: Sí. Y hay mujeres que llegan por abortos espontáneos e igual las tratan pésimo.

¿Piensan en tener hijos en el futuro?
Nick: Sí, definitivamente.

Javiera: Sí, quiero tener un hijo al que pueda darle una buena vida. Y si Nick gana sueldo mínimo y yo no tengo trabajo, no podemos hacerlo. Quiero ser responsable. Eventualmente sí, pero cuando tengamos posibilidades de darle una buena vida a ese hijo.

Nick, en tu país el aborto es legal hace 40 años, ¿qué te pasa cuando escuchas a los conservadores acá?
Nick: Es ridículo. Es tan extraño para mí. En Estados Unidos la gente que piensa así son realmente fanáticos religiosos, pero sí, es la primera vez que escucho que alguien se refiere al tema como “genocidio”. Leí a alguien decirlo así. Esas cosas me confunden hasta el punto en que ni siquiera puedo responder con un argumento. ¿Cómo respondes a eso? No puedes.

Javiera: Y es gracioso porque siempre el aborto es en tercera persona. Pero no son “ellas”, soy yo. Somos todas. Tantas mujeres de distintos lugares, clases sociales. Y cuando Bachelet hizo el anuncio fue como: ¿en serio? ¿Sólo en esos casos? Y sale la gente argumentando que las mujeres van a abusar del aborto y se van a hacer uno, dos, tres abortos como van a la peluquería.

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