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LA CARNE

11 de Agosto de 2014

¿Erecciones matutinas? aquí resuelva todas sus dudas

Las erecciones mañaneras siempre han sido una incógnita y, más allá del chiste, muchos se han preocupado de resolver las preguntas que la rodean. En la revista especializada The Journal of Sexual Medicine y que reproduce el sitio yorokobu , entregan algunas pistas que vale la pena leer para saber de qué diablos se trata. […]

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Las erecciones mañaneras siempre han sido una incógnita y, más allá del chiste, muchos se han preocupado de resolver las preguntas que la rodean. En la revista especializada The Journal of Sexual Medicine y que reproduce el sitio yorokobu , entregan algunas pistas que vale la pena leer para saber de qué diablos se trata.

¿Suceden únicamente por la mañana?
No, se dan a lo largo de toda la noche, lo que ocurre es que la única erección que cuenta con testigos a diario es la de la mañana. Pero el fenómeno se produce durante el sueño, generalmente en relación con las fases REM (sueño de movimientos oculares rápidos, por sus siglas en inglés). De hecho, el fenómeno se conoce en la actualidad como erecciones relacionadas con el sueño (sleep-related erections, SRE), dado que el nombre técnico que se le dio en la década de 1960, tumescencia peneal nocturna, era algo rebuscado. En adultos, se sabe que los niveles de testosterona también influyen en el fenómeno.

¿Le sucede a todos los hombres?
En efecto, salvo a aquellos con problemas de disfunción eréctil. Se trata de un comportamiento completamente natural de un órgano sano, que se manifiesta a lo largo de la vida de todos los hombres, con variaciones en función de la edad. El pico de duración de este fenómeno se da durante la pubertad: entre los 13 y los 15 años, los adolescentes pasan con el pene en erección más del 30% del sueño. A partir de esa edad, el duración del fenómeno remite hasta el 20% del sueño en hombres sexagenarios. En algunos estudios se estableció que durante el sueño se daban ciclos de unos 85 minutos de los cuales una media de 25 minutos pertenecían al periodo de erección (la horquilla iría de los 15 a 40 minutos). Incluso los bebés manifiestan el fenómeno: durante estudios realizados en la década de 1940, se observó a bebés sin pañales durante el sueño para concluir que también vivían esas erecciones “que frecuentemente despertaban al niño”.

¿Y a las mujeres?
Por razones obvias, el fenómeno de las erecciones nocturnas del clítoris ha sido mucho más difícil de estudiar que el del pene. No obstante, en las décadas de 1960 y 1970 se puso el foco en este asunto hasta lograr identificar que las mujeres aumentaban el flujo sanguíneo hacia sus clítoris, del mismo modo que sucede en los hombres para provocar su erección, agrandando su tamaño y provocando lubricación vaginal durante la fase REM del sueño. El proceso es, por tanto, muy similar al masculino.

¿Se produce a causa de sueños húmedos o por estar excitados previamente?
Platón mantenía que “en los hombres, la naturaleza de los órganos genitales es desobediente y soberbia, como una criatura que es sorda a la razón y que intenta dominar todo a causa de sus pasiones frenéticas”. Pero no se trata, como se pensó durante mucho tiempo, de una rebelión del cuerpo aprovechando que el cerebro no lleva las riendas. El primero en dejar claro que estas erecciones no tienen nada que ver con sueños eróticos fue el doctor Ismet Karacan, experto en trastornos del sueño, en la década de 1960. Aunque los motivos y el mecanismo que lo detona se desconocen en detalle, sabemos es que es un fenómeno espontáneo y que se da con naturalidad en sujetos sanos. Por ejemplo, estas erecciones nocturnas se ven negativamente afectadas cuando se producen cuadros graves de fatiga, ansiedad o depresión. No obstante, sí tiene que ver con nuestra capacidad de soñar: las mejores erecciones nocturnas las tienen los sujetos que duermen bien y sueñan mucho, seguidos de quienes duermen mal pero sueñan bien. Las peores erecciones nocturnas se manifiestan en sujetos con mal dormir y sueños pobres.

¿Tiene relación con las ganas de orinar?
El psiquiatra alemán Richard von Krafft-Ebing, uno de los grandes pioneros del estudio de la sexualidad humana durante el siglo XIX, estaba convencido de que las erecciones matutinas se debían a una vejiga llena. Pero estaba equivocado. No obstante, la conexión de la vejiga y de la erección con los nervios sacros puede desencadenar en algún caso esa respuesta refleja. Es probable que, en muchas ocasiones, un hombre se despierte con ganas de orinar y descubra su erección, y que esto le lleve a deducir que se trata de causa y efecto. Pero por esa regla de tres, muchos podrían pensar que las erecciones se originan porque suena el despertador.

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