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Opinión

21 de Enero de 2015

Columna: Otra más en la lista

* El pasado 28 de diciembre Leelah caminó durante una hora de la casa de sus padres en Kings Mills, Ohio, a la carretera interstatal 71 que recorre de norte a sur parte de los Estados Unidos. Allí se cruzó frente a un camión que poco podía hacer para esquivarla. Para los que no conocen […]

Mia Rose
Mia Rose
Por

BECOMING-ME2
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El pasado 28 de diciembre Leelah caminó durante una hora de la casa de sus padres en Kings Mills, Ohio, a la carretera interstatal 71 que recorre de norte a sur parte de los Estados Unidos. Allí se cruzó frente a un camión que poco podía hacer para esquivarla.

Para los que no conocen su historia -que fue difundida ampliamente en las redes sociales- les resumo. Leelah era transgénero, sus padres no la aceptaban y al sentirse completamente sola y desesperanzada, sintió que su vida jamás mejoraría.

Me mata. No saben cuánto me duele.

Leelah dejó una carta, me la enviaron el mismo día de su muerte y lloré desconsoladamente con cada palabra que leía. La nota termina con las siguientes frases que traduzco:

“La única manera en que descanse en paz es que algún día la gente transgénero no sea tratada del modo en que me trataron a mí. Que sean tratadas como humanos, con sentimientos válidos y derechos humanos. Mi muerte tiene que significar algo. Mi muerte tiene que ser contada en el número de gente transgénero que se suicidó este año. Quiero que alguien vea el número y diga ‘Esto está mal’ y lo arregle. Arreglen la sociedad. Por favor”.

Al leer su carta lo que no me explico son sus padres. Siguen negándose, siguen refiriéndose a ella con pronombres masculinos e incluso lograron que su blog en tumblr, que contenía la carta de suicidio y llamado de atención a la vulnerabilidad en la que nos encontramos los trans, ya no exista. ¿Cómo puede estar una persona tan cegada por la fe? Una fe hedionda y podrida que poco practica lo que predica. ¿No tienen internet? ¿No ven lo que la gente dice y opina? ¿No ven el increíble cambio que la muerte de su hija esta provocando?

Me costó conciliar el sueño, esas últimas palabras daban vueltas en mi cabeza sin parar. Creí que sería la última muerte trans del año, cerrando un 2014 lleno de cambios, logros y significado para la comunidad trans, pero me equivoqué.

Dilan fue asesinada acá mismo. En el gran Santiago. Le quemaron la cara y como si fuera poco volvieron para apuñalarla.

Ya no sé que decir. No quiero más.

* Mia Rose es una chica trans en sus veintitantos que recién salió de la universidad y ahora, con la terapia hormonal, empieza a explorar su nueva vida.

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