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Cultura

27 de Marzo de 2015

Nachtwey, dos veces ganador del World Press Photo: “Ojalá no hubiera tenido que sacar ninguna foto”

El fotógrafo estadounidense sostuvo que una imagen no cumple su propósito si no se publica, y que son las "publicaciones influyentes las que tienen que ofrecer más espacio a las imágenes y las coberturas" que denuncian los horrores de la guerra, para intentar que nadie como él en el futuro tenga que inmortalizarlas.

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3 James Nachtwey efe

Dos veces ganador del World Press Photo y cinco Medallas de Oro Robert Capa, James Nachtwey ha recorrido el mundo las últimas tres décadas tomando imágenes de guerras y problemas humanitarios, una realidad que resulta necesario mostrar a la sociedad pero que hubiera preferido no tener que captar.

Acaba de recibir el XIII Premio Luka Brajnovic de Comunicación que otorga la Universidad de Navarra (norte de España) a aquellos profesionales cuya trayectoria destaca por defender la dignidad de las personas y la libertad, y hoy ofreció una conferencia en la sede madrileña de la facultad, donde opinó que “sin conocer las historias” que cuentan los fotoperiodistas, la sociedad no funciona adecuadamente.

En una entrevista concedida a Efe, el fotógrafo estadounidense sostuvo que una fotografía no cumple su propósito si no se publica, y opinó que son las “publicaciones influyentes las que tienen que ofrecer más espacio a las imágenes y las coberturas” que denuncian los horrores de la guerra y desastres humanitarios.

Nachtwey (Siracusa, Nueva York, 1948), cuyo interés por la fotografía comenzó en la década de los sesenta al darse cuenta de que “una imagen podía cambiar las cosas”, reconoció que distribuir esas fotografías no resulta muy atractivo para los anunciantes en los medios.

Pero recordó que su trabajo sobre la hambruna en Somalia en 1992 generó una movilización que “salvó” un millón y medio de vidas humanas.

“Por fin todo el mundo se dio cuenta y esto hizo que valiera la pena toda mi carrera”, dijo durante su conferencia, en la que recalcó que su primera reacción al captar una instantánea siempre es decir la verdad; “el fotógrafo busca descubrir la verdad y transmitir el sufrimiento y la lucha de quienes fotografiamos”.

James Nachtwey efe

Rumanía, Afganistán, Kosovo, Líbano, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, India, Ruanda, Sudán o los atentados del 11S. Son muchos los lugares que ha pisado este fotoperiodista y si bien no se arrepiente de ninguna de sus coberturas, asegura que preferiría no ser quien es a cambio de no que no hayan sucedido las tragedias que inmortalizó: “Ojalá no hubiera tenido que sacar ninguna de mis fotografías”.

Sin complejos, admite que la fotografía le ha hecho mejor persona porque, además de ser testigo “de la injusticia, de la tragedia, del sufrimiento, de la crueldad y de la envidia”, le ha enseñado valores de “tolerancia, respeto, integridad, coraje, amistad, compasión, humor y perdón”.

Es imposible para Nachtwey establecer una jerarquía sobre la dificultad de fotografiar una guerra o el hambre, ya que considera que las “armas de guerra” han sido creadas con el único propósito “de matar y destruir civilizaciones”, y eso tiene “algo en común” con “otro tipo de armas que afectan” a las personas.

“Muere mucha gente en los bombardeos, pero el proceso de morir de hambre, que es extremadamente doloroso, te lleva a otro nivel de sufrimiento”, reflexiona.

2 James Nachtwey efe

Valora la formación y experiencia del periodista a la hora de trabajar sobre el terreno, y acepta que solo cuando no se permite acceder al profesional a determinadas zonas “porque el riesgo es extremo”, las imágenes captadas por ciudadanos “pueden rellenar ese vacío”.

“Exclusivamente ahí”, señala Nachtwey, quien sin embargo afirma que ese trabajo no tiene por qué ser “excluyente” con el del profesional y “pueden darse las dos cosas”, pero considera que con imágenes de fuentes desconocidas, hay que ser “escépticos”.

En su opinión, el reto del profesional ante la abundancia de imágenes en las redes sociales e internet, no es otro que “intentar crear imágenes que despierten la conciencia” dando lo mejor de uno mismo; “un buen trabajo siempre sube a la superficie”.

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