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29 de Mayo de 2015

La reservada cita de Rosenblut, el gestor de platas para Bachelet, y el exgerente de Soquimich en medio de la crisis

Según la información que ha podido recabar este medio, la reunión de principios de abril de 2015 fue el tercer encuentro en tres años entre Rosenblut y Contesse. Los personeros no son amigos ni nada que se le parezca y sus reuniones siempre han tenido que ver con las platas para la campaña bacheletista. Ésta última no habría sido la excepción y, aunque el entorno de ambos personeros es sumamente hermético, lo que pudo constatar este medio es que la gran pregunta de Rosenblut era qué haría Contesse. Esta interrogante fue respondida públicamente cuando el 30 de abril Contesse fue formalizado tras haber guardado silencio frente al Ministerio Público. Rosenblut está preocupado por su situación legal y por cómo este caso repercutirá en su permanencia en Enersis.

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Ministro de Hacienda se reúne con ejecutivo de Enel

Ocurrió a principios de abril en el Hotel Ritz-Carlton, lugar donde tradicionalmente el presidente de Enersis, Jorge Rosenblut, se hospeda cuando está en Chile y realiza sus reuniones más relevantes.

En ese sitio conocido para él, el empresario citó, en medio de la crisis por el financiamiento irregular de la política, al exgerente de Soquimich, Patricio Contesse. Eran las primeras semanas de Contesse fuera de la compañía y aún no estaba claro si iba a seguir la línea de guardar silencio y evitar la colaboración con la Fiscalía -como lo hizo cuando aún era el brazo derecho del controlador de Soquimich, Julio Ponce Lerou-, o si iba a tomar la vía del ex ejecutivo de Penta, Hugo Bravo, de revelar todas las conexiones parlamentarias y de candidatos presidenciales tras los fondos entregados vía factura por la gigante del litio desde 2009 a 2014.

En el periodo en que se realizó esta cumbre, el nombre de Rosenblut todavía no había sido revelado por The Clinic Online como la persona que estuvo a cargo de realizar las gestiones frente a la minera para financiar la campaña de Michelle Bachelet a través del geógrafo Giorgio Martelli, pero este medio ya había realizado las primeras consultas al respecto las que fueron publicadas en un reportaje el día 15 de abril cuando se conoció que Martelli facturó para la filial Salar y que esos dineros tenían como destino final la pre-campaña de Bachelet. Fue el inicio de la crisis política que terminó con la salida del titular de Interior, Rodrigo Peñailillo del gabinete y que hoy tiene a Martelli declarando sobre su rol en la época.

Según la información que ha podido recabar este medio, este fue el tercer encuentro en tres años entre Rosenblut y Contesse. En la primera campaña de Bachelet, también hubo citas entre las dos figuras. Los personeros no son amigos ni nada que se le parezca y sus reuniones siempre han tenido que ver con las platas para la precampaña y campaña bacheletista. Ésta última no habría sido la excepción y, aunque el entorno de ambos personeros es sumamente hermético, lo que pudo constatar este medio es que la gran pregunta de Rosenblut era qué haría Contesse. Esta interrogante fue respondida públicamente cuando el 30 de abril Contesse fue formalizado tras haber guardado silencio frente al Ministerio Público.

PERMANENCIA EN ENERSIS

En la investigación que ha realizado The Clinic Online ha quedado claro que Rosenblut hoy tiene dos grandes preocupaciones respecto al caso. Primero, que pueda ser involucrado judicialmente en la causa por lo que ya está explorando la contratación de abogados. En segundo lugar, el personero, que reside gran parte del año en Miami, donde opera sus negocios personales a través de Strategies and Business Development, tiene temor de que su vinculación a la causa implique que Enel, la eléctrica italiana al mando de Francesco Starace que opera a través de Enersis, prescinda de él. El cargo que hoy desempeña, y que asumió en 2014, fue uno de los más esperados por Rosenblut luego de 10 años en Chilectra y como mandamás de Endesa desde 2009 hasta el año pasado.

Antes del crisis, la amplitud de las relaciones de Rosenblut le permitían tener llegada en el gobierno de Michelle Bachelet, donde es visto por ciertos sectores como una persona llana, inteligente, y mirada transversal, pese a que fue uno de los llamados “tecnócratas” en la época de la administración Frei.

ETERNO RECAUDADOR
¿Bachelet no le ha pedido ayuda?”. La pregunta de la revista Qué Pasa a Rosenblut (62) en una entrevista en 2013 fue respondida en ese entonces de forma imprecisa por el actual presidente de Enersis. “A mis 60 años ya no cambio mis afectos como otros que lo hacen rápidamente. La miro con gran afecto. Espero que le vaya lo mejor que pueda. Pero no estoy en el circuito de la campaña”, dijo.

El 16 de abril en El Mercurio, el empresario fue más explícito. Consultado por la publicación de The Clinic Online que consignó la visita de Rosenblut a Contesse para pedir recursos para la campaña de la jefa de Estado, sostuvo que se reunió en “una oportunidad con el gerente general de SQM, cuya única finalidad fue promover un apoyo económico a lo que sería una eventual candidatura presidencial de la Nueva Mayoría. Y no hay nada irregular en eso ni hubo otro encuentro”. Esta última frase es la que queda entredicho al conocerse que sí hubo otra cumbre.

El ingeniero industrial de la Universidad de Chile sabe de citas para recaudar recursos. Ha cumplido ese rol por a lo menos 10 años y, según diversas fuentes, cada vez que va a buscar fondos lo hace con una cifra precisa y una frase típica: “hay financiar la democracia”. La información que recopiló este medio da cuenta de que para la última elección sus conversaciones sobre este asunto fueron fluidas y que operativamente quien estuvo a cargo, aunque no ha sido admitido oficialmente por el Gobierno, fue Giorgio Martelli.

De su papel, afirmó sentirse orgulloso, lo que obedece a que no es precisamente un hombre crítico respecto de cómo se han financiado hasta ahora las campañas. Entrevistado por Capital en 2014 evitó, por ejemplo, ahondar en las malas prácticas del grupo Penta y sólo consignó que “esta ley lleva diez años y la gracia es que el sistema funcionó”. Ello pese a que en ese momento, tal como hoy, lo que está en tela de juicio es precisamente si el modelo da garantías.

VIDA ACADÉMICA
Estudió en el Instituto Nacional, posteriormente en la Escuela de Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile y luego cursó un Máster en Administración Pública en la Universidad de Harvard. Pasó luego a trabajar como young professional en el Banco Mundial. Eso hasta que, ha relatado, lo llamó en 1990 Edgardo Boeninger.

De esa situación dijo a Capital que “yo quería volver a Chile. En el 85 no había ni siquiera calendario de elecciones, pero sabía que en el 90 venían, sabía que mi futuro era volver a Chile. Mi hija nace el 11 de febrero de 1990 y el 13 de febrero me llama Edgardo Boeninger, y yo (se emociona, respira hondo y desvía la mirada)… me emociono de sólo recordar… recién había llegado mi hija y pensé: ésta es la marraqueta que me llegó por teléfono. Yo no conocía a Edgardo. Y me cambió la vida. Llegué a Chile a trabajar con él”.

Al Gobierno arribó primero a la subsecretaría de Telecomunicaciones con Aylwin y derivó luego a la subsecretaría general de la Presidencia con Frei. Él ha dicho que trabajó muy estrechamente con Boeninger, pero personeros de la época sostienen a The Clinic Online que la intimidad que retrata Rosenblut no es tal, por un tema generacional y de personalidad.

Un miembro de ese gobierno y militante DC lo recuerda como un “escalador profesional, muy grandilocuente que nunca tuvo la relación íntima con Boeninger de la que hace gala” y otro personero de la época agrega que “era una persona muy preparada, bastante inteligente y para algunos casi brillante. Yo diría que más técnico que político. Pasado para la punta, eso sí, de esos que avanzan rápido”.

Al parecer, Rosenblut es consciente de que proyecta la imagen de haber subido demasiado rápido. En la conversación con Capital desde las oficinas de Enersis en Alonso Ovalle, Santiago Centro, recalca, por ejemplo, que “un medio de prensa dijo que yo había tenido una carrera meteórica, pero al pensarlo me da un poco de risa, porque la verdad es que me demoré 50 años en cruzar los 50 pasos que hay desde Alonso Ovalle 612, mi antigua casa, hasta mi nueva oficina”.

HOMBRE DE REDES
Considerado un hombre de redes transversales, Rosenblut, quien además ha presidido Chilectra y Endesa, ha confesado ser amigo de figuras como Guido Girardi, Ricardo Solari, Andrés Allamand, Pablo Longueira y José Miguel Insulza. Con Girardi se conoció en los ’90 discutiendo sobre temas medioambientales y Máximo Pacheco, otro de sus amigos, es su contraparte en el Ejecutivo en temas energéticos.

Por años fue mencionado como el interlocutor de Bachelet con el mundo empresarial, aunque en rigor en el caso de Soquimich fue más que eso. Pese a dividir su tiempo entre Chile y Miami -donde vive desde hace 15 años-, es considerado en el mundo político como el mejor promotor que tuvo Bachelet en los grupos económicos. “Él era el maestro y Martelli el discípulo” resume un personero que recalca que “el factor Rosenblut” fue clave en la elección.

Todo ello, sin embargo, no tuvo tanta publicidad como la relación “formal y seria” con la exministra secretaria general de la Presidencia y actual titular de Trabajo, Ximena Rincón.

* The Clinic Online intentó sin éxito conseguir por distintos medios la versión de Rosenblut sobre su última reunión con Contesse.

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