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Poder

10 de Junio de 2015

La trastienda de la renuncia al Ministerio Público que evalúa el fiscal Gajardo

Gajardo, quien alcanzó notoriedad pública por haber logrado la formalización y la prisión preventiva de los dueños del holding Penta Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín y haber logrado descifrar cómo funcionaba la máquina de recaudar fondos de personeros UDI como Jovino Novoa, había perdido poder dentro de la Fiscalía en las últimas semanas. No sólo fue marginado de las cuatro jornadas de declaración del operador político Giorgio Martelli -quien recaudó fondos para la pre campaña de Michelle Bachelet- sino que además fue sacado este martes del caso Corpesca.

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Una reunión fijada para hoy a las 12.30 horas con el fiscal nacional Sabas Chahuán marcaría la salida del persecutor Carlos Gajardo del Ministerio Público tras haber encabezado la investigación del Fraude al FUT que derivó en el caso Penta y en la indagación a platas políticas.

Gajardo, quien alcanzó notoriedad pública por haber logrado la formalización y la prisión preventiva de los dueños del holding Penta Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín y haber logrado descifrar cómo funcionaba la máquina de recaudar fondos de personeros UDI como Jovino Novoa, había perdido poder dentro de la Fiscalía en las últimas semanas. No sólo fue marginado de las cuatro jornadas de declaración del operador político Giorgio Martelli -quien recaudó fondos para la pre campaña de Michelle Bachelet- sino que además fue sacado este martes del caso Corpesca.

No es la primera vez que Gajardo se enfrenta a un problema de esta magnitud en el Ministerio Público y tampoco es inédito que trascienda su decisión de dimitir. Ya ocurrió a mediados de febrero cuando la fiscal subrogante, Solange Huerta y su superior, Alberto Ayala, reasignaron la arista Soquimich del caso Penta al fiscal Andrés Montes, lo que finalmente derivó en que Chahuán asumiera la indagatoria y mantuviera a Gajardo en el equipo.

En la ocasión, Gajardo negó públicamente que hubiera presentado una renuncia. Aunque sí lo hizo.

Hoy la tensión, sin embargo, es con su jefe máximo.

Según fuentes que conocen la indagatoria, ni Gajardo ni el resto del equipo de fiscales tendría conocimientos de las diligencias que ha encargado Chahuán en cuanto a Martelli y ello habría perjudicado la relación en el grupo. Más aún, agregan que los fiscales se han enterado de procedimientos cuando la PDI llama para confirmar que ya se realizaron y que otros integrantes del team, como Emiliano Arias, no descartan solicitar que los reasignen a otras funciones.

FILTRACIONES

El perfil mediático del persecutor le jugó una mala pasada al enfrentarse al poder político. Tras la indagación de Penta y la serie de acusaciones de la UDI sobre las filtraciones que incluyeron una investigación especial, la tesis respecto de que entregaba información sensible a la prensa fue usada por la defensa del senador Jaime Orpis –los abogados Carlos Cortés y Sergio Rodríguez Oro-, para solicitar su marginación y la de José Villalobos- del caso Corpesca.

En una primera instancia, Cortés y Rodríguez pidieron que la investigación la dirigiera Chahuán, lo cual les fue negado. El lunes 8 de junio insistieron para que el fiscal Alberto Ayala u otro profesional distinto de Gajardo quedara a la cabeza, en alusión a las filtraciones de la carpeta. Así fue como la arista Corpesca quedó fuera del radar de Gajardo y en manos de un persecutor adjunto de la Fiscalía de Alta Complejidad: Marcelo Acuña.

Fue una señal que causó extrañeza entre los querellantes y que en el mundo jurídico es considerada como una muestra clara de que la confianza en el investigador estrella está lesionada.

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