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Opinión

11 de Junio de 2015

Bonini habla de todo: “Bielsa hizo lo imposible por congeniar con Jadue y quedarse”

En su ciudad natal repartía películas de Fellini y en la universidad participó en movimientos revolucionarios de izquierda. Hasta le tiró huevos a un vicepresidente de Estados Unidos. Durante la dictadura tuvo una hermana secuestrada y dos de sus pupilos desaparecieron. Hijo de profesora y decepcionado de los políticos, Luis María Bonini defiende las huelgas docentes y el movimiento estudiantil. Acá también entra en detalles sobre su trabajo con Bielsa, las carencias de nuestro fútbol y la chilena que lo hizo quedarse en el país. Y aunque le carga que lo metan en polémicas, no le hace el quite al episodio Solabarrieta: “Esto me pegó mucho, pero tampoco voy andar llorando por los pasillos".

Macarena Gallo y Daniel Hopenhayn
Macarena Gallo y Daniel Hopenhayn
Por

bonini

¿Por qué te has ido quedando en Chile?
-La respuesta formal es que para mí es el país con mejor calidad de vida en Sudamérica, sin ninguna duda. Y también le he descubierto a Santiago una veta cultural importante, por ahí no al nivel de Buenos Aires pero sí bastante interesante. Lo que pasa es que acá vos agarrás los periódicos y, cosa que a mí me molesta mucho, no ves nunca un lugar para ir a escuchar jazz. En Buenos Aires agarrás los periódicos y enseguida tenés todo. Pero te puedo asegurar que el ambiente jazzístico que hay en Santiago es espectacular. Ahora, en lo informal, pasa que tengo una novia chilena, entonces me fui quedando. Soplaba la chilena.

¿La conociste acá?
-Sí, pero fuera del ambiente futbolero. Es más, ella no sabía quién era yo. Cuando me preguntó a qué me dedicaba, le dije que era profesor de Educación Física. Y como ella se dedica a la educación, dijo “ah, qué bien”, y nada más. No le iba a decir “soy el preparador físico de la selección chilena”, no, yo quería que me quisiera porque soy alto, rubio y de ojos celestes, ja, ja, ja. Hasta que un día la invité a ver un partido de la selección y me vio entrar a la cancha. “¿Pero qué hace Luis ahí?”, decía.

¿Es verdad que al principio no te gustó que Bielsa eligiera venir a Chile?
-Sí, yo no lo podía creer. Porque en ese momento estábamos manejando la posibilidad de ir a Europa, había dos o tres ofertas muy fuertes. También estaba la selección de Australia, que era muy interesante, y por el otro lado Estados Unidos, donde al Loco le daban la llave y le decían “arreglá este fútbol”, así tal cual. Entonces cuando me dijo que veníamos a Chile, yo le dije “¿A Chile? ¿A qué vamos a ir para allá, si no han clasificado en los últimos dos mundiales? Nos van a rajar a los tres partidos, como al Vasco Azkargorta”.

¿Y por qué se vinieron?
-Porque nos encontramos con unos dirigentes que creyeron en lo que queríamos hacer. Y nosotros les creímos a ellos porque eran cristalinos, no ocultaban las dificultades, no te mentían. Y después de tantos años en la Selección argentina, ¿qué es lo que te motiva? Poder construir algo nuevo, desde abajo. Y esto era construir piedra a piedra. Eso nos terminó entusiasmando, después. Al principio el único entusiasmado era Bielsa.

bielsa

Ahora con las revelaciones del FBI, muchos se acordaron de Bielsa, que no quiso trabajar con Jadue porque no podía confiar en él…
A ver… Yo sé que Bielsa se va a enojar cuando se entere de que dije esto, pero yo te puedo asegurar que él hizo lo imposible por congeniar con Jadue y quedarse, aunque digan lo contrario. Hay tres tipos que sabemos bien esta historia: Bielsa, Jadue y yo, los tres participamos. Bielsa hizo lo im-po-si-ble para quedarse. Y al final dijo: “Luis, nos vamos porque con esta gente no podemos trabajar. Piensan diferente”.

Cuando cae Segovia y llega Jadue, ¿ustedes no estaban decididos a irse?
No, intentamos quedarnos. Mejor dicho, Bielsa intentó, porque te soy sincero: yo me quería quedar igual. Al principio, con Segovia, él llegó y me dijo “Luis, yo con este tipo no trabajo”. Pero después con Jadue hizo lo indecible por entenderse, y no pudo. Cuando vos iniciás un viaje de cuatro años, esto es como la novia: por lo menos tiene que oler bien. ¡Algo mínimo vamos a pedir!

Y esta novia olía muy mal…
Eso corre por tu cuenta, no me hagan decir cosas. Pero él lo intentó y nunca tuvo feeling con Jadue como persona… Ojo, son cosas de gustos, está todo fenómeno. Pero para nosotros, no había forma de conectar.

Pero tú igual te querías quedar.
Sí, sí, yo me quería quedar, porque la ilusión nuestra era seguir construyendo esta historia. Y olíamos que se podía, veíamos las ganas de los pibes, los tipos te querían porque sabían que con vos podía ser. Pero el Loco vio más allá y dijo: “Aquí no vamos a poder trabajar, no vamos a poder construir y nos vamos a terminar peleando con los jugadores. Hasta acá llegamos”. Por eso Bielsa es un grande y yo no.

¿No te choca un poco ser parte del show del fútbol convertido en negocio? ¿No dan ganas de salirse?
Sí, son cuestionamientos internos que uno tiene. Hay veces que te dan ganas de mandar todo a la mierda. Porque te tenés que bancar dirigentes que vos sabés que no han pisado un estadio, y que te miran y te hablan con una soberbia… Pero lo que nosotros hemos tratado de preservar, y de transmitírselo a los jugadores siempre, pero siempre, son las virtudes del amateurismo. Nosotros queremos que los jugadores sean amateurs. O sea, a mí no me preocupa que Alexis gane lo que gane, porque es todavía mucho menos de lo que produce. Lo que sí me preocupa es que Alexis llegue a entrenar con un peluquero particular. Vamos, Alexis, yo quiero que seas el que eras en Tocopilla. Vidal, quiero que seas el chiquito que corría detrás de la pelota en Colo Colo. Gary, quiero que seas el mismo vagoneta que eras con tus amigos, yo te necesito así. Eso es lo que uno trata de que el jugador entienda. Aquí se lucha para ganar, pero vamos a hacerlo con los recursos que sean nobles, que sean los mismos que vos usabas cuando jugabas en el barrio. Esa es la idea.

alexis sánchez A1

¿Eran tan obsesivos, o les hicieron esa fama?
No, éramos obsesivos y somos obsesivos. Pero la obsesión no tiene nada que ver con darte con la cabeza contra la pared, eso no es ser obsesivo, es ser boludo. Te pongo un ejemplo. Nosotros nos enteramos de que en Suiza se estaba experimentando con una máquina de frío para disminuir los efectos del jet-lag: vos bajás del avión, te metés tres minutos en esta cabina –nosotros la poníamos entre 8 y 10 grados bajo cero– y el golpe de frío te produce una vasoconstricción y ya puedes empezar a entrenar. Como una inyección de Red Bull, ¿no? Y cuando fuimos a averiguar, esa cabina en Suiza valía 175 mil dólares. No sé cómo conseguimos los planos y la hicimos acá en Chile. Costó 20 mil dólares, algo así. Pero la gran pelea con el tipo que la hacía era que quedara igual a la de Suiza. ¡Ni siquiera teníamos una foto! Pero la habíamos visto. Esa es la obsesión. Acá algunos se rieron mucho, decían que la habíamos hecho para guardar la carne del asado, todas esas pavadas. Pero yo hace 15 días fui a la Juve y ya tienen una que es una maravilla, me quedé enamorado.

¿Es cierto que en la era Bielsa no había parrilla en Pinto Durán?
Mentira, eso es mentira. Y el parrillero era Morón.

Decían que ustedes la habían sacado…
Sí, sacamos la vieja, pero porque era muy fea. Y estaba mal ubicada. Recuperamos una zona afuera del comedor, le pusimos una sombrilla tipo las de Coca-Cola y ahí hicimos la parrilla. Pero la usábamos por alguna ocasión especial, “si terminamos tal trabajo de tal manera yo pago un asado”, ¿no? Era una excepción dentro la dieta.

¿También regulaban el sexo?
Hay mucha fantasía con eso, pero algún cuidado hay que tener. No es lo mismo tener un sexo normal que ir a buscar a una mina a un boliche y tenerlo a las 3 de la mañana, y te acostás a las 6 y al otro día a las 8 tenés que ir a correr. Entonces un poco de ordenamiento, pero con cierta elasticidad.

Siendo un adicto al jazz, ¿no sufres con la cumbia y el reggaetón en los camarines?
-Mirá, en el año 92, fuimos con el Loco este al Atlas de México y allá se escuchaban esos conjuntos que se disfrazan de cowboys, eran terribles. Terribles. Y era eso en los autos de los jugadores, en los buses, en todos lados. A mí me pegaba mal. Y alguna vez dije “vamos a bajar la música”, pero uno también tiene que saber convivir dentro de ese mundo, así que dentro de lo posible seleccionaba la menos ruidosa. Y cuando estábamos en la selección argentina era muy fuerte el cuartetazo, sobre todo Rodrigo. El día que se mató Rodrigo, un sábado en la noche, nosotros jugábamos con Venezuela y no me olvido más que el Kily González y la Bruja Verón querían que saliéramos todos con un brazalete negro en señal de luto. Y cuando estuve acá en Chile, era La Noche. Te despertabas con La Noche, te acostabas con La Noche, ibas al baño con La Noche, La Noche, La Noche…

Dicen que la canción oficial de esta Copa América es la más mala de la historia.
-Para mí son todas malas. La de Shakira en Sudáfrica también. Pero te terminan gustando, porque estás todo el día escuchándolas. Como la de Brasil, que de entrada me pareció asquerosa… A mí la que realmente me gustó fue la de Italia 90. Hay que buscarla, ésa es muy buena.

LOS AÑOS MILITANTES: DE FELLINI A QUILAPAYÚN

Entre los oficios curiosos que ejerció Bonini en su época de estudiante, destacan el de salvavidas (“por suerte había otro que sabía nadar”) y el de cargador de frutas en el mercado central de Buenos Aires. “A la noche, cuando los camiones llegaban de las quintas, dos o tres veces por semana íbamos y descargábamos los camiones. Nos pagaban y nos daban frutas y verduras gratis”, recuerda. Pero su pituto favorito es haber sido, en su ciudad natal de Punta Alta (unos 600 km. al sur de Buenos Aires) el primero que repartió las películas de Fellini.

–Nosotros éramos cuatro hermanos. Y mi vieja era docente y mi viejo ferroviario, entonces llegó un momento en que no había más dinero. Y para ganarme unos mangos, trabajé en eso. En esa época, las películas en latas había que ir a buscarlas a la estación de buses. Las llevabas al cine, la pasaban, y al otro día había que llevarlas al otro cine. Así que yo repartía esas latas en bicicleta y por eso digo como humorada que Fellini tenía el honor de que yo lo llevara de cine a cine. Además, eso me permitió ver mucho cine. “8 y medio” de Fellini es fenomenal.

Ustedes pusieron un cine en Pinto Durán, ¿no?
-No sé si un cine. En ese tiempo no había muchos recursos y había que tener inventiva para mejorar Pinto Durán y que fuera un lugar de primer mundo. Entonces Marcelo empezó a dar charlas para empresas. Y la plata que le pagaban, la depositaba en una cuenta conjunta con la ANFP que era para mejorar Pinto Durán. Se compraron tractores para cortar el pasto, sillones, y entre eso se mejoró un salón muy lindo donde se puso una pantalla de cine, que era tan buena para ver partidos como para ver películas.

¿Qué has visto de cine chileno?
-En España vi “NO”, una película que para mí que se tendría que dar en todos los colegios y universidades. Claro, no soy chileno, no sé si se condice con lo que realmente pasó, pero en el sentido general, como extranjero, me pareció una película muy aprovechable, muy piola.

Contabas que tu mamá era profesora. ¿Creciste con una conciencia fuerte sobre la importancia de la educación?
-Sí, siempre, yo vengo de una familia docente. Me acuerdo que todavía no me había recibido y daba clases en un colegio privado en Buenos Aires, el San Cirano. Y hubo una huelga de docentes y yo me sumé. El director me dijo: “Bonini, por qué hace huelga”. “Por mi mamá”. Y me echaron. Ahí me di cuenta que las huelgas son necesarias, sobre todo las docentes. Tuve una hermana que en dictadura estuvo desaparecida, luego recuperada, y que fue una gremialista docentera muy importante en Neuquén…

¿Estuvo desaparecida y la recuperaron viva?
Sí, la recuperó Monseñor De Nevares… Me emociono, porque fue profesor mío este cura, un obispo tercermundista, de la provincia de Neuquén. Pero quiero decir que nosotros estamos familiarmente muy unidos en la lucha por los derechos de los docentes. No hay país que se precie de tener libertad si la docencia no es de calidad, o sea, si el chico no aprende a pensar. Si de verdad queremos distribuir la riqueza, tenemos que hablar de la distribución de la cultura.

¿Qué te parece el paro docente que hay por estos días en Chile?
-La de ahora, te soy sincero, no la entiendo bien, pero estoy de acuerdo. O sea, si los docentes están de paro, yo estoy de acuerdo. Pero ésta no la conozco bien. Cuando estaba en Chile por la selección yo discutía mucho este tema con mi mujer actual, que es docente. Y me acuerdo que un día le dije “mirá, Fernanda, en Chile no están leyendo lo que pasa con los chicos en secundaria”. A mí el movimiento estudiantil me parece fenomenal, y genuino. Después vamos a discutir el tema de la Alameda, ese es otro tema. Pero a mí me parece muy genuino y que a la sociedad chilena le hace muy bien que los jóvenes realmente busquen mejoras. Porque en este mundo tan comercial, si vos no luchás por esas mejoras, es muy difícil que te las den. Muy difícil.

¿En Argentina hay una cultura de mayor valoración al profesor?
-Es que la escuela pública en Argentina fue muy potente. Después vino lo que para nosotros fue la década de la infamia, la de Menem, donde la docencia fue muy bastardeada. Pero este gobierno, que yo no lo voté ni lo votaré, si tiene un mérito, es ser el gobierno que más invirtió en educación en los últimos 50 años. Y lo que ha logrado es que vuelvan los profesores universitarios que se habían ido, y se ha revertido la tendencia de no investigar. Hoy las universidades estatales están volviendo a tener presupuesto para investigar, y eso hace crecer. Lo que pasa es que perdimos 20 años.

¿Por qué no votas ni votarías por Cristina?
-Porque no soy peronista. Puedo compartir muchas de las banderas sociales, pero el peronismo tiene un cáncer muy metido adentro que es la corrupción. Con ellos todo se vuelve una transa.

Acá, en los medios, predomina una lectura del gobierno de Cristina como caótico, bananero…
-No, no, aquí hay un problema. Yo leo La Tercera, El Mercurio, y los corresponsales son todos de Clarín y La Nación. Y el problema que tienen Clarín y La Nación es que este gobierno los ha enfrentado por el tema del monopolio de los medios de comunicación. Argentina tiene hoy una Ley de Medios que tardaron cien años en votarla.

Si no eres peronista, ¿te identifica algún otro sector?
-Mi viejo viene de una cuna radical, después frondicista, yo vengo de ese lado. Pero me han ido decepcionando los políticos, mucho. Yo estuve viviendo una época en Italia y tenía un amigo que era comunista, pero siempre decía: “Si van a ganar los comunistas, voy a votar oposición. Nosotros no servimos para gobernar”. A mí me pasa lo mismo. Yo voto oposición siempre.

¿Aunque la oposición sea Macri?
-Me corto las manos antes de votar a Macri. Hay otras oposiciones.

¿Tuviste tu momento de utopía y militancia cuando joven?
-Sí, en mi época de universitario. Milité en TERS…

¿Qué era TERS?
Tendencia Estudiantil Revolucionaria Socialista, jaja. Eso fue previo a que se formaran los Montoneros, la guerrilla y todo lo que vino después. Hay que entender mucho esa época, por qué se llegó a lo que se llegó. Yo estaba estudiando en la Universidad Nacional del Sur, y hubo una manifestación porque venía Gerald Ford, que era vicepresidente de los EE.UU., a un acto en la universidad. Y en esa época lo más violento que hicimos fue tirarle unos huevos a Ford. No le llegó ninguno, pero nos fuimos todos presos. Lo que quiero decir es que ésa era la tónica de esos años, no había violencia. Y la violencia que vino después, la generaron. O sea, cuando vos querés participar y te dicen todo el tiempo “Callate, niño”, estás generando violencia. Si a esa juventud la hubieran dejado participar, yo creo que se hubieran evitado muchas cosas. La política de esa época, la organización mundial, no te lo permitía. Entonces algunos fueron creyendo que el otro “camino” era la guerrilla.

¿Para ese momento ya no estabas en la militancia?
Es que yo nunca fui muy militante, participaba. Además para esa época el 90% de los jóvenes eran peronistas, montoneros. Y a mí el deporte me permitía viajar y ver cosas desde afuera que de adentro por ahí no veía, y te dabas cuenta que iba a ser muy complicado salir de eso.

Y cuando llega la dictadura, ¿te golpeó fuerte, no?
-Tuve episodios muy cercanos, aparte del de mi hermana, por supuesto. Al hermano de mi íntimo amigo lo mataron y nunca apareció. Y dos chicos, jugadores míos de 18 años que tenía como entrenador de básquetbol, que militaban en la UES –la Unión de Estudiantes Secundarios– también desaparecieron. Toda esa época la viví con mucha pena.

Cuando fue el Golpe en Chile, ¿te llegó de alguna manera?
-Fue tema, como también el Golpe en Uruguay, éramos casi todos parientes, ¿no? En dictadura, nosotros escuchábamos Quilapayún y nos pasábamos los long play de mano en mano, porque estaba prohibido.

¿Los has ido a ver?
-No. Me presentaron a uno la otra vez, pero soy reacio a… Por ejemplo, yo a Sabina lo conocí cuando joven, solo con la guitarrita, y lo fui a ver siempre, hasta que me di cuenta que estaba viejo. No me gusta verlo ahora. Con Serrat me pasa lo mismo. Lo conozco, es muy futbolero, tenemos amigos en común, pero no lo puedo ir a ver.

¿Por qué?
¡Es como ver a mi abuelo cantando! Yo digo que las cosas tienen un momento: ese momento disfrútalo, después ya no. ¡Porque te ponés a llorar!

DONDE FALLA CHILE

¿Este es el momento para salir campeones, o falta equipo?
Yo creo que Chile puede ser muy competitivo si logra poner bien a los jugadores que no vienen rodados: Edú Vargas, Díaz, Jara. Pero se pueden ir poniendo bien durante la misma competencia, esto es importante: evitar a los más fuertes en primera ronda, por más que Ecuador y México sean buenos equipos, te permite ir armándote. Si Chile se logra armar, es candidato, porque tiene jugadores en edad de campeonar. Ahora, cuidado: Argentina y Brasil necesitan ganar la Copa. Martino y Dunga saben que si no ganan, por ahí los sacan, no pueden guardarse nada. No, los partidos van a ser terribles, muy parejos.

¿Al rival le pesa jugar de visita en el Nacional?
Para mí la localía te la hace pesar el equipo. Si Chile ataca, el visitante lo va a sufrir. Si lo deja acomodarse, por más gente que pongas nadie se siente presionado. Eso del miedo a la gente ya no te lo comés más, ahora hay mucha seguridad en los estadios. Salvo en la cancha de Boca, que te tiran gas pimienta…

Pero después de prohibirse el bombo, el Nacional se volvió más frío.
Es que el público de la Selección es mixto, no es tanto el hincha futbolero.

Sobre todo con lo caras que se volvieron las entradas.
Sí, acá en Chile son muy caras, ¿no? Siempre me llamó la atención eso. Pero si el equipo juega bien, la gente se enciende.

¿Te llama la atención nuestro complejo de “jugamos como nunca y perdimos como siempre”?
Sí, ese es un problema serio que tienen ustedes. Sobre todo los comunicadores, que hacen quedar a los chilenos como unos boludos. ¡Y no son boludos! ¿Cuántos países tienen dos jugadores en la final de la Champions? Cuando yo estuve en Ferro, ese equipo nunca había ganado nada aparte del Ascenso, le decían el Ascensor. Y ganamos dos campeonatos, tres subcampeonatos, a Boca y a River los paseábamos. Yo creo que Chile va a salir campeón, aunque no sé cuándo, ojalá ahora. Pero lo que Chile sí tiene que hacer, y no lo está haciendo, es invertir en un proyecto de desarrollo de jugadores de fútbol. Pero en serio.

¿Y eso se hace desde los clubes? ¿O desde dónde?
Se puede hacer desde muchos lugares. Pero los alemanes, que de tontos no tienen nada, lo hicieron desde la Federación. Yo siempre parto diciendo: al jugador de fútbol lo hacen papá y mamá, Messi puede nacer en cualquier lado. Pero la segunda condición, y creo que ahí falla Chile, son los desarrollos aprendidos en los entrenamientos de joven. O sea, qué técnico tenés, qué preparador físico, qué médico, qué cancha, qué pelota. Chile debiera haber mejorado mucho más en infraestructura, tiene muy pocos centros de entrenamiento de calidad. Y lo tercero es la competencia. A mayor competencia, el jugador tiene que poner todo su talento en juego para superarse. Pero eso en Chile vos lo tenés que armar, para eso ganás la plata que ganás. Chile era una federación pobre, hoy es una federación rica. Cuando recién llegamos, si mal no recuerdo, el sponsor que era Brooks pagaba unos 600 mil dólares, hoy estamos hablando de 8 millones. ¿Y el desarrollo cuándo? Ahí es donde creo que estamos perdiendo el tiempo, por malos manejos, por malas competencias, por mala planificación. El Mundial de Rusia ya está encima, pero Chile tiene que estar pensando no en Rusia 2018, ¡tenés que estar pensando en el 22, y en el 26!

¿Echas de menos volver a las canchas?
-Me gustaría volver, pero no para tres partidos ni para un año, sino para desarrollar un proyecto.

¿Te sientes un viudo de Bielsa?
No, por qué.

Porque es difícil que llegue otro tipo del mismo nivel de Bielsa a entusiasmarte con un proyecto.
Sí, eso es verdad, es muy difícil. Nosotros podíamos seguir trabajando juntos, pero después del segundo año en Bilbao yo necesitaba parar, todos los marcadores me daban en rojo, me iba al descenso. Y él quería seguir. Entonces dijimos bueno, nos reinventamos cada uno por su lado. Pero es verdad –y, por favor, que esto no suene peyorativo para nadie– que después de laburar tantos años con este tipo te cuesta conseguir una pareja de ese nivel. A mí el fútbol me dio la posibilidad de ver trabajar a casi todos los técnicos, y no te digo que Bielsa sea el mejor, pero de que está entre los cinco mejores del mundo no tengo ninguna duda. Pero ninguna duda. Entonces es lo mismo que estar de novio con Valeria Mazza y te separás: cuesta conseguir otra. Pero bueno, algún invento vamos a hacer.

La arista Solabarrieta: “No voy a andar llorando por los pasillos”

¿Te dio lata todo lo que pasó con TVN?
Mirá, lo de TVN fue un tema que me pegó, me pegó mucho. Porque realmente, de todo lo que se dijo, el 1 por ciento es verdad. Pero es un tema que para mí está sepultado. Y no es un problema en el que yo me sienta involucrado, sobre todo por el planteo que yo le hice a TVN. Yo ofrecí dos veces mi renuncia.

Lo que llamaba la atención es que te estaban pegando muy duro pero tú no parecías muy interesado en salir a defenderte.
Porque yo no tengo que defenderme de lo que no hice. El problema es de el y de los que mintieron. De los que transforman la realidad y dicen cosas que en ningún momento existieron.

¿Te afecta verte envuelto en estas cosas o tienes el cuero duro?
No, no, esto me pegó. Pero tampoco voy andar llorando por los pasillos. Fue feo, pasó, ya está.

Además se mezcló tu caso personal con una reacción antiargentinos…
Eso es duro, es duro. Pero así como eso me pegó, también me di cuenta de que los que estaban más cerca al lado mío eran chilenos. Eso me dio mucha tranquilidad.

¿Y se traspasó todo esto a la sensación ambiente en la calle?
No. Gracias a Dios, muy bien. Yo sigo yendo al cine, a restaurantes, caminando por la calle y jamás tuve un problema. Ahí te das cuenta un poco lo que son los medios, ¿no? Yo creo que los medios viven un mundo irreal, muy lejos de la gente.

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