Opinión
24 de Junio de 2015Carrera Docente: distancia permanente entre los profesores y Eyzaguirre
Para el profesorado, esto no ha sido sólo un proceso de movilización, sino que también ha permitido avanzar en la reconstrucción del movimiento de las y los profesores de Chile, generando nuevos espacios de organización y fortaleciendo los ya instalados. Al parecer, esta fuerza y convicción es lo que precisamente hoy confunde al Ministro.
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Luego de la primera sesión de la mesa tripartita convocada por la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, el Ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, comentó a la prensa que estaba “a ratos confundido” con los argumentos entregados por el profesorado durante el desarrollo de la sesión. Más allá de la retórica utilizada y las estrategias de discusión propias de una instancia como esta, lo que el ministro instaló con su desconcierto fue la imposibilidad de establecer un diálogo genuino. Invisibilizó los argumentos de los profesores, al no reconocerlos como válidos, restándoles márgenes de posibilidad por no responder a la lógica a la que sólo él está acostumbrado.
La distancia que hoy se observa en el debate en torno a la Carrera Docente devela dos posiciones que entienden de manera distinta los procesos educativos, que visualizan y se articulan desde dimensiones diferentes ante la necesaria modificación del sistema educativo nacional. Una mirada desde los actores sociales y otra, que hasta el momento se ha situado desde fuera de ellos.
El actual proceso de movilización que hemos desarrollado como docentes de Chile ha resituado el debate de fondo: cuál es el modelo de educación que el país necesita. ¿Por qué esta pregunta vuelve a situarse en el centro del debate educativo a pesar de que ya han existido al menos dos ciclos de movilización en los últimos 10 años (2006/2011) que la mencionaban. Básicamente porque el debate se ha centrado en las formas de implementación y los ajustes al actual sistema y no en la discusión sobre cuál es el modelo de desarrollo educativo que requiere el país.
A partir de lo anterior, se puede comprender qué es lo que confunde al ministro Eyzaguirre. Al parecer, le incomoda que los docentes hablemos del sentido de la educación, del modelo de escuela, de docencia, de pedagogía, del rol formativo, de la pertinencia de la acción educativa y de la contextualización de los procesos de enseñanza – aprendizaje. Al bloque compuesto por el MINEDUC y los “expertos” en “educación” les parece “confuso” que éstos sean los conceptos que hoy colocamos en el centro del debate por sobre los que ellos prefieren, los de la administración, rendición de cuentas, estandarización, asignaciones por desempeño variable, certificación, etc.
En esta lógica, los docentes hemos logrado colocar en el debate público una idea central: el eje de nuestra movilización no reside en aspectos salariales. Esto no es menor. Se ha superado el sentido común de que los y las docentes de Chile, nos movilizamos constantemente por una defensa gremial o por el exclusivo aumento de nuestras remuneraciones.
La inclusión de nuevos elementos en el debate educativo desde el mundo docente es lo que el Ministerio de Educación no ha querido ver (y la tecnocracia educativa que no ha pisado una sala de clases en su vida no quiere aceptar) Cuando los profesores nos movilizamos y colocamos sobre la mesa temas como la necesidad de mejorar las condiciones de trabajo pedagógico; la construcción de un sistema de evaluación docente formativo, que ayude a la mejora de nuestra práctica profesional, que sea pertinente a su realidad y al proyecto educativo de cada escuela, estamos estableciendo una nueva mirada.
Las y los docentes estamos hablamos del desarrollo de una estructura de remuneración que valore el trabajo profesional realizado por los profesores, considerando una remuneración base acorde a este rol. Hemos propuesto la existencia de un sistema de desarrollo docente que de cuenta de la trayectoria profesional y una carrera que no se defina desde la competencia y el individualismo, sino que desde el acompañamiento y el trabajo colaborativo. Definitivamente hemos avanzado en instalar nuestra perspectiva de un nuevo sistema educativo.
Considerar los contextos, romper la idea de la efectividad sin límite y de la estandarización como eje de la calidad, colocar la pertinencia y el quehacer pedagógico como las herramientas del desarrollo justo e igualitario del sistema educativo nacional, es lo que no ve el ministro. El movimiento docente ha comenzado a reenfocar su mirada, colocando en el centro su capacidad de acción como sujeto de cambio. Hoy los profesores nos movilizamos, responsabilizándonos de nuestra acción, redefiniéndola y exigiendo al Estado que nos otorgue condiciones para ello, desde la confianza y el valor de nuestro quehacer pedagógico.
Lo que se configura en el actual proceso de movilización es un choque de paradigmas educativos. Los esfuerzos sistemáticos del MINEDUC por re-instalar la lógica del control del mercado educativo por vía del fortalecimiento de los sistemas de aseguramiento de calidad, en base a la estandarización y el consecuente abandono del desarrollo de un Sistema Nacional de Educación Pública que da cuenta de un proyecto educativo, se reafirma en la defensa a ultranza de su proyecto de carrera docente, de la defensa sistemática de sus fundamentos y sus ideas centrales –la certificación y la rendición de cuentas- como modelo de productividad docente. Valorable lo de Eyzaguirre y los “expertos”: nos permiten ver el esfuerzo por fortalecer su (no)proyecto educativo, el mismo de las últimas décadas.
Para el profesorado, esto no ha sido sólo un proceso de movilización, sino que también ha permitido avanzar en la reconstrucción del movimiento de las y los profesores de Chile, generando nuevos espacios de organización y fortaleciendo los ya instalados. Al parecer, esta fuerza y convicción es lo que precisamente hoy confunde al Ministro.
*Javier Insunza es profesor del Liceo José Victorino Lastarria y miembro de la Campaña “Por una Nueva Educación: ¡A dignificar la Carrera Docente!”