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Poder

24 de Junio de 2015

Economista Sebastián Edwards revela que Bachelet le rechazó aporte de precampaña y plata para el taxi

En una columna publicada en su blog, el académico de la UCLA cuenta que el hecho sucedió cuando se juntó a cenar con la entonces directora ejecutiva de ONU Mujeres en un restaurant de Nueva York en mayo de 2012. Relata que al momento de mencionar lo del aporte Bachelet le respondió: “Ni siquiera hay campaña”. Edwards insistió en que si acaso había algún grupo de avanzada por medio del cual se canalizan recursos, frente a lo que recibió como respuesta "que no había tal mecanismo, ni tal agente recaudador". Diputado José Manuel Edwards (RN) acusó que el texto es una prestada de ropa.

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bachelet

En medio de todo el revuelo por la precampaña de Bachelet, citaciones a declarar de por medio, el economista y académico de la UCLA, Sebastián Edwards, escribió una columna en su blog referida al hecho, texto que generó varias polémicas y fue ampliamente viralizado en las redes sociales.

En lo medular, el catedrático despeja en su narración una de las dudas surgidas en torno a los hechos acontecidos entre 2012 y principios de 2013, esto es, que efectivamente la actual Jefa de Estado no estaba al tanto de ninguna de las movidas que supuestamente maquinaron el exministro Rodrigo Peñailillo y el dueño de Asesorías y Negocios, Giorgio Martelli.

“El 5 de mayo del 2012 cené con Michelle Bachelet en Nueva York. Fue una cena privada sin agenda pre-establecida. Quedamos de reunirnos en un restaurante francés cerca del edificio de las Naciones Unidas. Llegué con diez minutos de anticipación y cuando le dije al maître que tenía una reserva a nombre de MB, me sonrió como si fuéramos viejos conocidos. Me llevó una de las mejores mesas en el establecimiento, y mientras retiraba la silla para que me sentara dijo, “aquí le gusta sentarse a la presidenta. Un lugar discreto, pero no apartado”, cuenta Edwards.

Luego de extenderse en los detalles en torno al encuentro con la entonces directora de ONU Mujeres, el economista cuenta que “le pregunté por su trabajo y me dijo que le fascinaba, que sentía que estaba haciendo una verdadera contribución al desarrollo internacional. Me habló de las mujeres postergadas, de la discriminación y de la tragedia de los millones de niñas que apenas recibían educación básica. Luego hablamos de política internacional y de Hillary Clinton”.

Dice que, “aproveché para preguntarle si había tomado una decisión sobre su futuro político. Me sonrío, y me dijo que no había decidido nada, que trataba de pensar lo menos posible sobre el tema. Luego agregó que, de verdad, estaba muy contenta. Me habló de Ghana con entusiasmo y devoción; yo le conté sobre mi trabajo en Tanzania, y durante un largo rato hablamos sobre el África emergente”.

Después de eso, acota, el autor de libros de economía, volvieron al tema de Chile y a los desafíos futuros.

“Si bien tuvimos áreas de desacuerdos, la conversación fue grata y amable (…) Al llegar los postres le dije que me parecía bueno que volviera a competir, y que en la izquierda no había nadie que concitara el entusiasmo que ella producía. Me agradeció, y volvió a insistir que faltaba mucho para las elecciones”.

Propuesta de aporte y plata para el taxi

El tema del financiamiento salió a la mesa, al parecer junto con el postre, y fue entonces que Edwards -cita el mismo- “le pregunté qué podía hacer para contribuir a su próxima campaña, cómo podía ayudar a sufragar algunos de los gastos. Se puso seria y me dijo que no se podía, que no había mecanismo ni instancias para hacerlo. “Ni siquiera hay campaña”, me explicó. Yo insistí, y le dije que seguro que había algunos gastos. Aclaré que lo que tenía en mente era un aporte modesto – después de todo no soy más que un académico -, pero que como Obama había dicho toda contribución es útil. Luego agregué, “se podrá hablar con alguien, con algún equipo de avanzada, o tal vez con algún pionero”.

“Me respondió que no había tal mecanismo, ni tal agente recaudador, y se puso de pie. Se despidió del maître y de los mozos, salimos a la calle, y caminamos hacia la 5ª avenida. De pronto me dijo, “qué lesera, no tengo plata para el taxi”. Ofrecí prestarle 40 dólares. Ella se río. y dijo, “no puedo aceptarlo”, cierra el columnista.

El texto, como era de esperar, generó la respuesta inmediata de la oposición, que salió a criticarlo en boca del diputado RN, José Manuel Edwards.

“Aquí claramente (Sebastián Edwards) le está prestando ropa. Está defendiendo una postura con una conversación que no tiene nada que ver. Cuando uno comete un delito no anda comentándolo con cualquiera. Con esto no quiero decir que la Presidenta haya estado detrás de una precampaña, pero cuando una persona realiza algo ilegal no lo anda comentando”.

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