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28 de Junio de 2015

Columnista de El País califica a la Copa América como un “fiasco” y hace una dura analogía con la mafia italiana

Un indignado columnista de El País llamado Diego Torres publicó una dura columna contra los errores arbitrales y el aroma a "fiasco" que tendría la Copa América organizada por Chile, deslizando que se ha favorecido al local para que avance en "su torneo".

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Sandro Ricci, arbitraje Cavani A1

Un indignado columnista de El País llamado Diego Torres publicó una dura columna contra los errores arbitrales y el aroma a “fiasco” que tendría la Copa América organizada por Chile, deslizando que se ha favorecido al local para que avance en “su torneo”.

Torres, se afirma en el episodio Jara-Cavani para sustentar toda su argumentación. “El tacto rectal que practicó Gonzalo Jara a Edison Cavani en los cuartos de final de la Copa América disputados entre Chile y Uruguay el miércoles, y la inmediata expulsión del ofendido, acentúa la pesada sensación de fiasco que se cierne sobre esta competición centenaria. Cuando los árbitros que velan por la pureza del juego miden con el mismo rasero al fullero y al poeta, privan al espectáculo de interés. Puede que los funcionarios de la Confederación Sudamericana de Fútbol y su matriz, la FIFA, no sean de letras, pero deberían saber que el fenómeno que gestionan dejará de ser lucrativo si no distinguen el bien del mal”, manifestó el periodista.

A renglón seguido, el columnista hace una analogía entre la organización del torneo y la mafia italiana, al citar el interrogatorio del capo Frank Coppola a Giovanni Falcone, recogido por Baltasar Garzón, donde el malandra define la mafia: “Señor juez: actualmente son tres los magistrados que desean convertirse en procuradores de la República. Uno es muy inteligente, otro está apoyado por los partidos del Gobierno y el tercero es un imbécil. ¿Quién cree que será el elegido? Pues el imbécil. Esto es la mafia”.

“El fútbol puede ser idéntico a la mafia si sus dirigentes olvidan que el juego solo existe bajo principios de justicia”, continúa el columnista, para luego hablar del episodio donde Julio Grondona, fallecido presidente de la Asociación de Fútbol de Argentina, deslizó en una llamada telefónica el presunto arreglo de un partido ejecutado por el árbitro Carlos Amarilla anulando dos goles a Corinthians y facilitando el paso de Boca Juniors a cuartos de final de la Libertadores el año 2013.

“Cavani reaccionó al manoseo de Jara propinándole un golpe. El árbitro, el brasileño Sandro Ricci, replicó al incidente expulsando a Cavani y dejando impune a Jara. No pareció contemplar que Jara, un futbolista vulgar que colecciona antecedentes disciplinarios por tocamientos genitales, había pulsado el culo del delantero uruguayo en un intento furtivo por sacarlo de quicio. Era una misión sencilla. Medio estadio sabía que Cavani llegó al partido con los nervios destrozados. Los medios llevaban horas anunciando que el goleador se había enterado ese día de la prisión de su padre por matar a un motorista mientras conducía bajo los efectos del alcohol. Pero Ricci no hizo caso a los antecedentes. Echó a Cavani y facilitó la supervivencia de Chile en su torneo”, escribió Torres.

Para terminar, el columnista de El País, dice que “puede que el pueblo chileno esté eufórico. Pero el resto de aficionados se pregunta por qué Brasil y Uruguay, dos de las tres selecciones más laureadas de América, no pudieron contar con sus respectivas estrellas en los momentos decisivos. Cavani, víctima del furor proctológico de un futbolista cualquiera, y Neymar, cocido a patadas por Camilo Zúñiga antes de su arrebato y posterior expulsión, cayeron bajo el peso de un sistema que encubre la imbecilidad”.

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