Opinión
7 de Octubre de 2015Jorge Soria, alcalde de Iquique, y el conflicto marítimo con Bolivia: “Nuestra ciudad hermana más natural es Oruro”
Iquique y Bolivia tienen una antigua y estrecha relación. Todos los días, cientos de camiones cargados con autos, ropa, electrodomésticos, y menaje, salen de la Zona Franca para abastecer a las principales ciudades bolivianas. Durante el 2014, estas ventas representaron el 53% de todo lo que la Zofri exportó. A tal punto ha llegado el intercambio, que en Iquique hoy existe un ‘barrio boliviano’ y más de seis líneas de buses que cruzan la frontera varias veces al día. Acá, Jorge Soria reflexiona sobre Bolivia y el progreso: “Para mí Bolivia, es hablar de Sudamérica”, explica.
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¿Qué es Bolivia para Iquique?
Para mí, Bolivia es hablar de Sudamérica. El Norte de Chile es como desconocido para nuestra patria. El Norte limita con Perú, Bolivia, y con Argentina, y nuestra visión, por el hecho de vivir a casi dos mil kilómetros de la capital, está enfocada hacia allá. Antes, para llegar a Santiago, había que andar tres días y medio en tren. Estábamos aislados de las masas que vivían en el desarrollo económico. Más tarde se hizo la carretera Panamericana, pero nuestro mundo siempre fue pensar en Sudamérica: el estado natural es integrarnos con los países vecinos. Imagínate, yo estoy a 200 kilómetros de Bolivia, a 250 de Argentina, a 1.000 de Paraguay, a 1.500 de Brasil, y a 1.850 de Santiago. O sea, llego a cinco países antes de estar en la capital.
¿Cómo es la relación del iquiqueño con el boliviano?
Excelente, viven miles de bolivianos en Iquique, dicen que son como 20 mil. Nosotros siempre hemos pensado que nuestra ciudad hermana más natural es Oruro, con quien hemos tenido comercio desde los tiempos del salitre. Evo Morales, Michelle Bachelet -en su anterior administración-, y Lula da Silva invirtieron mucho en las carreteras sudamericanas, y hoy estamos terminando un ciclo carretero que mantiene a Sudamérica conectada.
¿Existe un nacionalismo exacerbado en contra de los bolivianos?
La semana pasada estuvimos en la exposición de Santa Cruz y nos trataron muy bien. Pero siempre doy la misma respuesta: yo no opino de las relaciones que tiene mi país con Bolivia. Nuestra Presidenta es la que tiene la voz. He estado con todos los mandatarios de Bolivia y mi tarea es tener presente el grito de Simón Bolívar: integremos Sudamérica.
Usted una vez dijo que Bolivia debía tener un acceso soberano al mar.
No, no dije nada. Me corrí igual que ahora. Esa es la pregunta que todos me hacen. Yo tengo una posición: mi anhelo es la integración de Sudamérica.
¿Eso implica mar con soberanía para Bolivia?
No es el momento de hablar de ese tema, porque Chile tiene un conflicto en este momento y debo respetar lo que hacen las autoridades y no quiero hacerle daño a mi país.
¿Por qué su opinión le va a hacer daño?
Porque a lo mejor no cuadra…
Si no cuadra está a favor de una salida al mar.
Yo no entro en ese juego. Dejemos que nuestro gobierno dé esa pelea.
IQUIQUE ES PUERTO
En junio pasado, Jorge Soria amenazó con parar Iquique y a comienzos de este mes encabezó una marcha de iquiqueños por la Alameda de Santiago, que culminó con la entrega de una carta en La Moneda. Allí le pedían a la Presidenta mejorar la Zona Franca y profundizar el puerto. A Soria lo atormenta la amenaza de la obsolescencia: en siete meses más, el Canal de Panamá abrirá el paso a barcos mercantes con capacidad para 18 mil contenedores, y en las condiciones actuales, ninguno de esos buques podría llegar a Iquique. Allí ha enfocado sus últimos esfuerzos.
¿Cuál es el problema que se ha generado en el puerto?
Se llamó a licitación para repararlo, por los daños que dejó el terremoto, y se destinaron 70 millones de dólares para reconstruirlo. Estuvimos trece meses conversando para convencer a las autoridades de la importancia de ocupar esos recursos para profundizar la infraestructura, pero al final lo dejaron con los mismos nueve metros que tiene, lo que significa que luego de la reapertura del Canal de Panamá, no va a llegar ningún buque, tal como ocurre ahora.
¿Cuántos barcos llegan a Iquique?
Hay una zona donde no desembarcan y hay otra donde, según la marina, al mes llegan como doce buques. Michelle Bachelet ha dicho que debemos ser un país puerto y puente entre Sudamérica y Asia, pero ni el ministro de Transporte, ni el de Obras Públicas hacen algo por eso. Si no profundizamos los puertos de nuestro país, los buques que hay en el mundo no van a venir a Chile. Hoy, los barcos más grandes transportan más de 18 mil contenedores, lo que significa que necesitan puertos con 18 metros de profundidad, pero en Chile apenas tenemos de 12 y de 9 metros. Tenemos la mitad del Océano Pacífico de América Latina, somos puerto de Arica a Magallanes, y no estamos haciendo nada. Alan García se propuso hace tiempo ganar el comercio y se preocupó de potenciar El Callao. Trabajó diez años y nos zumbaron. Con esto, le entregamos a Perú el dominio completo del Pacífico. Si esto no se arregla, yo no sé si el próximo año voy a ir a entregarle una corona a Arturo Prat, que entregó la vida por nosotros, mientras nosotros le entregamos la vida de nuestros puertos a Perú. Pudiendo potenciar a Iquique, lo tiraron a partir, lo boicotearon.
¿Hay interés de que los barcos lleguen a Mejillones y no a Iquique?
Eso es lo que pienso, pero lo he dicho muy diplomáticamente. Al puerto de Mejillones se lo ha protegido, hay decretos, y creo que no es correcto que haya un puerto privilegiado. Lamentablemente, en Chile no existe la mentalidad portuaria. En Antofagasta hicieron un mall, en Valparaíso quisieron hacer otro, y en Iquique construyeron tres edificios. Mataron Iquique, Antofagasta y Valparaíso para potenciar Mejillones. Eso fue una equivocación. ¿Qué hace Estados Unidos? Invierte en sus puertos. Ellos no van a dejar que el barco que pasa el Canal de Panamá vaya a descargar a Canadá, porque defienden su posición portuaria en los dos océanos.