Líder de Los Mirlos: “Nuestra cumbia psicodélica te genera un estado de trance único sin consumir nada”

¿Cómo se iniciaron Los Mirlos?
Con mi hermano Carlos formamos la agrupación Los Saetas en 1971, tocando en kermesses de colegios y en las calles de Moyobamba, nuestro pueblo natal en la selva del Perú. Luego de un tiempo empezamos a ser contactados para eventos. Fuimos de menos a más, y en ese caminar se sumaron a la agrupación mi otro hermano Segundo y mi primo Wagner. Dos años más tarde nos fuimos a probar suerte a la capital. Así, poco después de llegar a Lima con nuestras maletitas cargadas de ilusiones, nos cambiamos de nombre pasando a ser Los Mirlos.

¿Por qué ese nombre?
Un mirlo es un ave de color negro, domesticable, con un canto muy agradable que deseamos imitar. Es típico de la amazonia peruana, y por ello es conocido en todo el mundo. Tomamos esta ave como emblema porque nos identificaba con nuestros orígenes, la selva donde nos criamos.

¿Qué caracteriza a la cumbia psicodélica?
Es un ritmo bailable, más lento que otros estilos y con mayor calidad musical, lo cual se nota sobre todo en la ejecución de la guitarra. Su ritmo suave y la combinación de sonidos que emplea genera satisfacción en quien la escucha. Por eso la clasificamos como psicodélica.

¿Es necesario consumir alguna droga para escucharla?
No, sólo con la música deberías tener la sensación de bailar y sentirte pleno. Genera un estado de trance único, sin consumir ninguna sustancia.

Y ustedes, ¿consumen drogas?
En Los Mirlos, gracias a Dios, los muchachos no toman ni fuman. Es una cosa de familia. Mis papás nunca lo hicieron, yo no lo hago ni mis hijos tampoco. En verdad, tomamos, pero no en exceso. Un poco, un brindis, como cualquier persona. Pero no tenemos el hábito de fumar marihuana. No la necesitamos.

¿Y su público consume drogas en sus presentaciones?
En algunos lugares en que venden pura cerveza toman eso no más. Pero comen también. Es más lo que se toma que lo que se fuma. Y no sé qué harán los jóvenes que nos van a ver a las discotecas. En las presentaciones, entre las luces psicodélicas y la música, yo creo que se mezclan los efectos. Pero como yo estoy en el escenario, no veo lo que pasa abajo.

¿Cómo es la gente que gusta de Los Mirlos?
Aprecian nuestra música y se identifican con nuestras canciones. Es mixto, hay gente joven y mayor, hombres y mujeres. En el último tiempo hemos frecuentado mucho las discotecas, lo que demuestra que la juventud también quiere bailar temas de Los Mirlos. Escuchan nuestro show, que dura una hora, y quedan muy contentos. También tocamos en otros locales donde asiste gente mayor, desde cuarenta a ochenta años. Van a bailar y a compartir con su familia.

¿Tienen seguidores en otros países?
En todos los limítrofes y también en México. Incluso en Brasil. Imagínate, aún existiendo la barrera del idioma, una vez se nos dio la oportunidad de ir a tocar y conocer ese país. Finalmente no fuimos porque priorizamos nuestros compromisos en el Perú. Así son Los Mirlos, requeridos en muchos lados. A veces se puede y otras no.

Estás escribiendo un libro autobiográfico.
Sí. Quiero dejar un material didáctico para los colegios y universidades porque no hay libros sobre la cumbia psicodélica, y como vienen a entrevistarme muchos estudiantes universitarios, pensé en hacer un libro con todas mis experiencias: el grupo, sus integrantes, las canciones y los viajes. Seguramente incluiré algo del viaje a Chile.

¿Quieres dejar un legado?
Sí, para que los muchachos puedan aprender sobre cómo apareció la música tropical en el Perú, específicamente en la selva.

UNO SE DEBE PARA TODOS

Los Mirlos tienen 42 años de trayectoria musical, ¿Cómo en todos este tiempo no han venido a Chile?
En dos oportunidades nos quisieron traer. En 2014 no se concretó porque teníamos muy poco tiempo de preparación, tú sabes que estas participaciones se planifican con al menos un año de anticipación. Y esta invitación llegó menos de seis meses antes, por lo que no avanzaron las conversaciones. Hubo otra invitación para enero de 2015, pero coincidió con presentaciones ya pactadas en Colombia. No calzaron los tiempos.

Claro, pero son intentos recientes. ¿Qué pasó antes?
Me dio la impresión de que en Chile se bailaba otro tipo de música. Más rock o baladas. Ahora veo que eso ha cambiado, hay más gusto por lo tropical.

¿En ese sentido, se sentirán cómodos en este festival, compartiendo escenario con bandas de rock?
Claro, cada uno irá a mostrar su estilo para complacer al público. Todos son excelentes músicos y pertenecientes a orquestas destacadas. Va a ser un honor para mí compartir escenario. Los Mirlos aportaremos para que la experiencia que viva la gente sea completa.

Tenemos una gran colonia peruana residente ¿Tienen contacto con ellos?
No realmente. Seguro hay amistades familiares, pero no tengo contacto con ninguna institución. Lo que sucede es que cuando viajo a un país no voy a hacer bailar a la colonia peruana de allá, a pesar de que me contacten y compartamos. Hago bailar al pueblo argentino, colombiano, ecuatoriano, boliviano y de todos los lugares en que he estado.

En abril próximo hay elecciones en Perú.
Sí, hay varios candidatos. Aún no tengo uno porque no me he puesto a analizar sus propuestas. Lo haré próximamente porque hay que elegir al mejor.

¿Tienes alguna afinidad política?
Como músico que soy no me gusta meterme en política, en deporte o religión, a pesar de que soy católico. No es bueno, porque uno debe ser para todos. Por ejemplo, me han invitado en dos oportunidades a ser candidato para el Congreso de mi país, y en ambas he dicho que no porque lo mío es la música.

¿De qué sectores fueron esas propuestas?
La primera oportunidad fue de derecha, la otra de izquierda. No acepté ninguna opción, demostrando así mi neutralidad y mi total compromiso con la música.

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