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Opinión

26 de Enero de 2016

Nicolás Vial, sacerdote y su indignación por el chaleco reflectante: “Esto es un robo legal”

Lleva 37 años trabajando el mundo de la delincuencia, primero como capellán de Gendarmería y hoy como presidente de la fundación Paternitas, que trabaja con jóvenes con problemas con la justicia. Para muchos es conocido por ser el defensor de los delincuentes y por sus incendiarias cartas a los medios de comunicación. La última fue sobre el uso del chaleco reflectante. Vial no tiene pelos en la lengua y sorprende. Condena a los “ladrones de cuello y corbata”, pero defiende a Eliodoro Matte; repudia los actos de Karadima, pero no lo enviaría a la cárcel. Aquí, también habla de la marihuana, la menta, el aborto, la usura y un cuanto hay.

María Paz Cortés
María Paz Cortés
Por

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Hace unos días escribió una carta a El Mercurio por la nueva norma de uso del chaleco reflectante donde habla de “usura”. ¿Por qué un sacerdote escribiría sobre esto?
Porque quise comprar el chaleco y no lo encontré por ninguna parte. Me pareció que si el ministro no decía que le dieran un poco de laxitud a la ley, se generaría usura. La gente se empezó a desesperar. A mí me ofrecieron un chaleco a diez, doce mil pesos y no lo iba a comprar a ese precio. Eso para mí es aprovechamiento de una ley -que ni siquiera es ley porque es un decreto- que a la gente le atemoriza, porque el parte le puede costar 22.000 pesos.

“Lucro desmedido”, dijo.
Evidentemente. El costo del chaleco según el propio gobierno es de un dólar, o sea, setecientos pesos. Y lo están vendiendo hasta en doce mil. Para mí ya es lucro que cueste tres veces eso, y lo están vendiendo como en diez veces. Cuando los delincuentes ven que un señor se gana 18 millones de dólares en un mes con este negocio de chaleco reflectante, el otro entiende que él también puede robar. Porque esto es un robo, para mí esto es un robo legal.

¿Y quiénes serían los más afectados?
La clase media, claramente, ya que tenemos un sueldo fijo. A mí la fundación me paga quinientos mil pesos mensuales, que ya es más que otros, y tengo que pagar diez mil pesos extra por tener un chaleco reflectante en el auto. Se sufre, porque además subieron los peajes justo en período de vacaciones.

¿Cree usted que esto del chaleco revela algo a nivel de gobierno?
Aquí no importa lo que la gente necesita, los intereses mezquinos valen más que todo eso. Aquí sin duda hay un negociado. No sé entre quiénes, pero alguien generó esta situación para llegar a esos precios por un simple chaleco reflectante. Esto no es normal.

También ha escrito criticando a los empresarios de Penta.
En primer lugar, situaciones como esas demuestran que no hay fe. Cuando yo pienso que mi vida no termina en esta y que deberé dar cuenta de mis actos, yo soy más cuidadoso. Aunque muchos de estos personajes digan que van a misa todos los días e incluso comulguen, yo pienso que tienen ausencia de fe. Aquí prima, igual que en lo del chaleco, el interés personal. No les importa nada que el resto se vaya a la chuña con tal que sus arcas esten completamente llenas. Para mí es gravísimo, por eso escribo cartas. Intento generar conciencia de que estas cosas generan un desánimo por construir un mundo mejor, de vivir en buena onda.

¿Usted los calificaría como delincuentes?
Absolutamente. Delincuentes de tomo y lomo. Deben pagar con el máximo rigor de la ley. En una carta antigua relacionada al hecho de La Polar, sugería que no solo se pagara el monto del delito, sino diez veces más. En casos como esos, debieran quitarles las empresas, por desalmados, por no estar capacitados desde el punto moral y ético. Nadie me asegura que no lo van a volver a hacer el día de mañana. Realizan estafas por cantidades enormes, les hacen pagar un décimo como mucho, y se quedan con nueve partes de lo que robaron. Ni les afecta. Está mal establecido el carácter de la pena.

En casos de financiamiento irregular a la política, en el marco del caso Penta, Jovino Novoa obtuvo una condena con pena remitida por delitos tributarios ¿Qué le parece?
Una postura de sanación desde la raíz sería hacer borrón y empezar de nuevo, con una ley pareja, severa e inflexible. Al que se le pilla, la paga con todo, pero a algunos le dan condenas especiales, a otros con mayor severidad. No es lógico que unos paguen en la casa y otros en la cárcel. De aquí para adelante yo haría que el que mete la pata, la pague igual que todos.

¿Qué le parece que el senador Jaime Orpis haya sido desaforado por su relación con Corpesca? ¿Demuestra esto un avance en la justicia?
Las instituciones, así como la política y los políticos, se han desacreditado. Uno ve que un político dice “yo no sabía”, y uno altiro piensa que no es cierto. A ese nivel hemos llegado. Creo que el desafuero habla de un deseo de transparencia y sanción a las malas prácticas. Es un avance, pero es tarde que él haya sido el primero, porque ha habido hechos anteriores a este que también ameritaban desafuero.

¿Y qué opina de cómo ha actuado Sebastián Dávalos y Natalia Compagnon en el Caso Caval?
Yo que vivo entre el pueblo que está en la cárcel, sé que esto causa mucho daño. Son personas que están presas por haber robado en un supermercado, y cuando se habla de estas cifras millonarias que han sido de alguna forma tapadas, encuentran que no tiene nombre. Piensan que lo que hicieron ellos no es nada frente a estas grandes sumas de dinero.
¿Son peores los “delincuentes de cuello y corbata” que aquellos con los que usted trabaja en la fundación Paternitas?
La delincuencia es mala desde todo punto de vista. Pero para mí es mucho más grave delinquir con las herramientas que me da mi conocimiento, mi formación y mi familia, que no habiendo tenido nunca esas herramientas. Estos delitos de cuello y corbata los cometen estudiantes y profesionales con las mejores calificaciones y de los mejores colegios y universidades.

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¿Por qué ha defendido a Eliodoro Matte?
Lo defiendo porque yo también fui víctima de estafa aquí en la Fundación. Si nosotros, que somos una pulga frente a cualquiera de esas otras empresas, por dar confianza a la parte contable fuimos estafados, pienso que algo así podría haberle pasado a Matte.

¿Ese criterio no aplicaría a otros empresarios que están bajo sospecha?

Creo en la presunción de inocencia en relación a una familia como los Matte que lleva cien o más años dedicados a educar y servir al país. La educación son principios, temas nobles que se van transmitiendo. Yo no sé si los señores de Penta o de La Polar se dedicaron a educar. Si soy un desalmado, ¿qué transmito?, mi desalmadura no más, mi actitud sin valores.

¿Conoce a Matte?
No. No tenemos ningún vínculo, como tampoco con los de Penta o los de La Polar. Nunca me ha dado ni cincuenta pesos para mi Fundación, hay cero compromiso con él. Yo defiendo a Matte como persona y a su destacada familia por tincada, mientras la justicia no diga otra cosa. Pienso que no estoy equivocado, que es inocente.

Usted dijo que muchas instituciones del país estaban en crisis. ¿Entra la Iglesia dentro de este grupo?
Absolutamente. La Iglesia viene de una época de secretismos, se creía que mientras menos errores se supieran, era mejor. Los errores que se conocen hoy han pasado siempre, pero había una estructura donde se silenciaban las cosas. El hito emblemático fue lo del cura Tato. Pero eso ya a éstas alturas ya no se condice, ese esquema se quebró y las cosas salen a la luz.

¿Alguna experiencia personal con lo que llama “secretismo”?
Cuando estaba en el seminario ya se sabían de algunas extravagancias del padre Karadima. Fue 33 años atrás, yo era ingenuo, lleno de mística y me invitaba a su parroquia, a escuchar sus charlas y nunca ningún sacerdote se me acercó a decirme que no fuera porque ahí habían cosas extrañas. Para mí eso fue malo, porque uno con su ingenuidad podría haber sido parte de cualquier situación por haber creído que era un buen ejemplo, porque hablaba bien o daba buenos consejos. Hubo un cierto amparo con Karadima y lamentablemente con el cura Tato. La Iglesia debiese ser transparente, y por eso ahora está en crisis.

¿Qué opina que la pena de Karadima sea una “vida de oración”?
La oración es uno de los medios más privilegiados para arrepentirse. Ésta muestra el camino, por donde hay que enderezarse.

¿Pero eso no se contradice con lo que dice antes, de la ley pareja igual para todos?
Es que yo siempre he dicho que las personas mayores de 75 no debiesen ir a la cárcel, porque es destructora. Una persona de edad, con sus dolores y sus enfermedades, debiese tener una pena efectiva pero no tiene por qué ser en la cárcel.

En una entrevista en el diario La Tercera, el arzobispo Ezzatti habló de las “Líneas guías de cuidado y esperanza”, un documento para aumentar la confianza hacia la Iglesia. ¿Usted cree que un documento es efectivo para eso?
Los documentos son para conocer un lineamiento. Pero si ese lineamiento, por muy bien elaborado y profundo que sea, no lo aplico y no lo aterrizo, el documento queda como tal: bonito, pero no efectivo.

Ezzatti dijo textual: “la confianza se recupera cuando nosotros nos miramos con simpatía, con verdad, y con gran capacidad de valorar las capacidades y potencialidades”. ¿A qué se refiere realmente con esto?
Se refiere a aceptar cuando uno ha sido un desalmado. Cuando yo no acepto que he sido un abusador, un mentiroso o un ladrón, voy a seguir siendo todas esas cosas. Debo asumir que soy esas cosas para poder cambiar. Humildad es verdad, decía Teresa de Ávila. Reconocer y aceptar dolorosamente. La comunidad es muy valiosa en ese aspecto, es muy importante compartir la existencia con alguien que te diga que te equivocaste.

¿Por qué cree que Ezzatti lo dice de una manera tan general y ambigua?
Bueno porque a veces las entrevistas son breves, no dan para mucho más y el periodista está apurado. Lo entrevistan por teléfono no más. Entonces no tiene tiempo de expresarse porque las preguntas son muy rápidas.

¿Pero usted es partidario de reformar la Iglesia?
Soy partidario de que estas cosas, que no están de acuerdo con el Evangelio, se denuncien. Si eso implica reforma, que se reforme. El mundo evoluciona y uno debe adaptarse, pero sin traicionar los principios. Los principios son principios siempre, pero tengo que aprender a hacerlos convivir con las distintas situaciones.

Aceptar el matrimonio igualitario, ¿sería traicionar los principios?

Depende de cómo se entienda el matrimonio igualitario. Estoy de acuerdo mientras haya parejas que crean que puedan convivir sanamente y de manera intensa con amor, sean estas parejas homosexuales o heterosexuales.

¿Y con respecto al aborto?
No estoy de acuerdo en ninguno de sus aspectos. Yo soy un bruto. Creo que ahora hay ciencia suficiente para salvar ambas vidas. ¿Por qué una criatura se debiese ver privada de la vida, aún si hay violación por ejemplo? Aún así, esa vida puede ser llevada por otro lado y entregada a otra familia.

¿Qué opina de la legalización de la marihuana?
Antes estaba totalmente a favor, porque viví en Holanda cuando recién se legalizó. El consumo estaba bien delimitado y me pareció bien. Cambié de postura cuando vi que ese mismo país no sabe qué hacer con las enfermedades juveniles por el consumo excesivo. No legalizaría la droga así a tontas y a locas. La marihuana es una hierba natural igual que la menta, por ejemplo: si yo tomo menta en forma indiscriminada puedo tener problemas.

¿Ha probado la marihuana?

Sí. Pero ahora de viejo. Una vez fui a ver a un enfermo y me dijo que le habían dado un frasco con unas gotitas de marihuana y que le había hecho harto bien. Y como nunca la había probado, la probé. Me aseguró que me iba a sentir bastante distendido, pero empecé a sentir que la cabeza se me apretaba, y no me gustó. Después me dijeron que era porque no estaba acostumbrado, pero no volvería a hacerlo. No fui feliz.

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