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Mundo

1 de Febrero de 2016

Desde Chile, el presidente de Turquía pide dinero por los refugiados sirios que alberga

Desde el inicio del conflicto sirio, en 2011, Turquía ha recibido más de dos millones de refugiados, de los cuales 260.000 se encuentran en campamentos, una situación que Erdogan calificó hoy de "insostenible".

Por

Turquía

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, pidió hoy en Santiago que la comunidad internacional apoye a su país con recursos materiales para hacer frente a la crisis de los refugiados y también el respaldo a la política antiterrorista del Gobierno de Ankara.

“¿Qué va a pasar con los dos millones y medio de refugiados que hay en nuestro país? Hasta ahora, nosotros nos hemos gastado cerca de 9.000 millones de dólares y apenas hemos recibido 420 millones” de ayuda de la comunidad internacional.

Durante una conferencia pronunciada hoy en la sede de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en el marco de la gira latinoamericana iniciada hoy en Chile, el mandatario turco enfatizó que, “a diferencia de los países europeos, Turquía no ha cerrado las puertas a nadie”.

Para hacer frente a la crisis ocasionada por la llegada masiva de personas que huyen de la guerra en Siria, Irak y Afganistán, los días 26 y 27 de mayo tendrá lugar en Estambul la Cumbre Mundial Humanitaria, convocada por Naciones Unidas.

Para Erdogan, el que se haya elegido la capital turca para abordar el problema es un reconocimiento a los esfuerzos que su país está haciendo para ayudar a los miles de refugiados que cada mes cruzan la frontera.

“Turquía está viviendo día a día esta tragedia. Es como si se nos hubiera caído encima el tejado de un edificio. A nosotros nos toca de lleno”, sostuvo el mandatario turco, quien se quejó de que los países europeos, que disfrutan de una situación económica mas boyante, “están cerrando las puertas a los refugiados”.

Erdogan insistió en que “la comunidad internacional debe encontrar una rápida solución a esta crisis humanitaria”.

Al respecto, se refirió a la salida que en el seno del G20 le planteó a los mandatarios de Estados Unidos, Barack Obama, y Rusia, Vladímir Putin, de crear una zona segura en el norte de Siria, libre de sobrevuelos y grupos terroristas, donde se construyan viviendas seguras para los refugiados con las aportaciones de un grupo de países donantes.

“Estoy esperando la respuesta a esta propuesta, pero la comunidad internacional quiere salvarse solo con medidas de emergencia, no con soluciones definitivas”, criticó Erdogan, quien se lamentó también de que el acuerdo marco firmado con la Unión Europea sobre la crisis de los refugiados todavía no se haya plasmado en acciones concretas.

El presidente de Turquía también expreso su preocupación por los brotes de racismo por motivos religiosos en contra de los refugiados y pidió una mayor sensibilidad.

“Relacionar terrorismo con religión, crear grupos marginales entre la gente que huye de la muerte sirve de caldo de cultivo para el terrorismo”, advirtió Erdogan, miembro del Partido de la Justicia y el Desarrollo, una formación islamista y conservadora.

En presencia del canciller chileno, Heraldo Muñoz; la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, y varios embajadores europeos, el mandatario turco arremetió contra el régimen sirio, al que acusó de “aplicar la violencia y el terrorismo contra su propio pueblo”.

Más de 400.000 personas han muerto desde el inicio de la guerra, 14.000 de ellas por la acción de las armas químicas, denunció Erdogan, quien afirmo que el régimen del presidente Bashar al-Asad, “que ahora tiene como aliados a Irán y Rusia, es autor de un crimen contra la humanidad”.

“Llamamos al Gobierno de Damasco a que escuche las reformas que reclama su propio pueblo”, enfatizó.

En su conferencia magistral, en la que Erdogan elogió el aumento del intercambio comercial entre su país y América Latina en los últimos años, mencionó el terrorismo de Daesh (nombre en árabe del autodenominado Estado Islámico), que opera en una parte del territorio de Siria e Irak.

“Daesh es terrorismo, es un enemigo profundo de la religión musulmana, y no tiene ninguna relación directa con el islam, una religión que es sinónimo de paz”, recalcó.

Tras lamentar que cuando se producen atentados en Turquía no haya una condena tan firme por parte de la comunidad internacional como cuando estos suceden en un país europeo, Erdogan enfatizó que “no hay que distinguir entre terroristas buenos y malos”.

Al respecto equiparó al Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), el grupo armado independentista que opera en el sudeste del país, con las Unidades de Protección Popular (YPG), una organización que Ankara considera terrorista pero con la que Washington colabora militarmente en la lucha contra los terroristas de Daesh.

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