Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Opinión

6 de Mayo de 2016

Claudia Torrijos: “Los salmones muertos lanzados al mar son como una cucharada de caca en un lago”

"Hay una confusión enorme, una región llena de biólogos marinos y no hemos sido capaces de dar respuestas claras a la gente. Piensan que la marea roja es porque se vertieron salmones podridos en el mar, culpan a los antibióticos que usan los salmoneros, como que quieren culpar a alguien, pero en esta situación, las causas son tanto ambientales como antrópicas, y todo suma. He escuchado que hay gente que dice haber visto los barcos botando los pescados podridos cerca de la costa, pero no hay denuncias formales, al menos no las conozco, pero considera que los celulares tienen GPS, puedes sacar una foto desde la costa, identificando la matrícula de la embarcación, etc. Hasta ahora no hay nada de eso", explica la bióloga marina en entrevista con The Clinic, en donde aborda la crisis de Chiloé por la marea roja.

Erwin Acevedo Ibáñez
Erwin Acevedo Ibáñez
Por

Chiloé

Torrijos es biólogo marino de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, especialista en gestión territorial para asentamientos de pescadores artesanales. La profesional lleva más de una década vinculada a la pesquería artesanal de la zona y a sus habitantes.

Su destinación a Cochamó como parte del equipo de profesionales del Servicio País para impulsar procesos de transformación socioproductiva en las aisladas comunas del Estuario de Reloncaví, fue su primer acercamiento a la pesquería artesanal de la zona, el que se profundizó luego con su participación en proyectos de investigación en la Universidad Austral de Chile y en la sede Puerto Montt de la Universidad Arturo Prat, y su vinculación por más de seis años con la Fundación Chinquihue y con Sercotec.

Torrijos, quien hasta marzo fue la coordinadora del Fondo de Fomento para la Pesca Artesanal (FFPA) de la Región de Los Lagos, atribuye a un cóctel de factores medioambientales, y no a los salmones podridos vertidos al mar, el fenómeno que tiene sumido al sur chilote en una crisis que recuerda las revueltas lideradas por el ahora diputado Iván Fuentes en Aysén en los tiempos de Piñera.

– ¿Qué está pasando con la marea roja? Honestamente, con tu experiencia, ¿te parece creíble esa versión de que es la marea roja lo que está causando las muertes tan masivas?
Los salmones muertos podridos que tiraron mar afuera son como una cucharada de caca en un lago, no tiene nada que ver.

– ¿Quieres decir que ese asunto es irrelevante en términos ambientales o ecosistémicos?
Claro, pero en las condiciones en que según las autoridades se hizo el vertimiento, es decir, en condiciones de control y con apego a ciertos protocolos. Ahora, también hay denuncias de que se hizo cerca de la costa, eso es muy distinto.

– Ok, pero ¿hay otros factores? O bien, ¿qué hizo aumentar la presencia de la microalga a tal punto que esté matando esa cantidad de animales?
La causa de la muerte de los salmones es una microalga que se llama Chatonella. Hubo una floración de Chatonella y esta alga hace que disminuya el oxígeno en el agua y como los salmones están en jaulas, cagaron.

– ¿Y los moluscos?
Tuvimos un verano largo, caluroso, con poco viento, súmale aguas estratificadas y calentamiento global, de hecho aún hace calor. Ahora, el concepto de marea roja induce a confusión, yo prefiero llamarlas Floraciones Algales Nocivas (FAN). Hay microalgas que contienen toxinas: diarreica, paralizante y amnésica; Dinophysis, Alexandrium y Pseudonitchia…

-¿Pero eso explica tan altos niveles de mortandad? ¿No hay otro factor, o es suma de factores?
Está todo conectado. Los salmones murieron por una FAN no tóxica (asfixiados), causada por las condiciones oceanográficas excepcionales de este año. Además hay marea roja porque los moluscos se están alimentando de microalgas tóxicas que están ahí porque las condiciones de este año son óptimas para ellas. Mueren las anchovetas y las sardinas, porque quedan atrapadas en aguas calientes con mucho nutrientes y poco oxígeno.

– Siguiendo en esa línea de los factores concatenados, ¿qué otros fenómenos se desencadenan o qué ocurre para llegar a miles de machas y otros recursos (peces) mueran?
Lo de las machas de Cucao es bastante confuso, si no se hacen los monitoreos para tener información de calidad en el momento en que sucede el fenómeno, es difícil dar una respuesta. Pero las condiciones de este verano son especialmente óptimas para que sucedan este tipo de fenómenos: un verano largo, especialmente caluroso, donde las temperaturas del mar se mantienen por largos períodos especialmente altas, sobre los 20°C, cuando lo habitual es que sea de 14°C la mayor parte del año.

– El cambio climático otra vez.
Hay que ser realistas, el cambio climático está ocurriendo, las temperaturas del océano han estado subiendo sostenidamente, las especies que habitan el mar se tendrán que adaptar, migrar a lugares donde encuentren las condiciones que necesitan y otras desaparecerán. Las FAN son una expresión más de este desbarajuste, son micro algas capaces de reproducirse en forma explosiva en poco tiempo llegando a concentraciones de millones de células por litro, si estas microalgas contienen toxinas, los moluscos filtradores que se alimentan de ellas acumularán estas toxinas (paralizante, diarreica, amnésica). Si las microalgas que florecen en forma explosiva consumen el oxígeno del agua, los peces como los salmones, que están enjaulados no pueden escapar, lo mismo si el alga de la FAN tiene espículas muy largas, que al llegar a las branquias causan daño mecánico en éstas (sería como respirar vidrio molido).

– ¿Por cuánto tiempo puede prolongarse esta situación bioclimática?
Estas condiciones se dan todos los años, en la temporada primavera verano…. hasta otoño, como ahora, a eso hay que sumarle que los mariscos que tienen toxinas acumuladas en su carne tardan también un tiempo (hasta varios meses) en librarse de ellas, por lo que es posible que las microalgas ya no estén en el agua, pero los mariscos sigan teniendo toxinas, y por lo tanto no se puedan consumir. Yo creo que hay que aprender a vivir con este fenómeno, los quistes de las microalgas se van a quedar en el fondo del mar esperando que lleguen nuevamente las condiciones para florecer, y debido a que la corriente de Humboldt cerca de la costa corre de sur a norte, estos quistes (que son como las semillas de las microalgas) seguirán también avanzando hacia el norte. Llegó para quedarse.

El monitoreo de las FAN

En diciembre 2006, cuando Torrijos trabajaba en la reactivación del comité de vigilancia para este tipo de eventos en la localidad de Melinka, en el marco de un proyecto de investigación de la Universidad Austral, se produjo una FAN por presencia de Alexandrium catenella que fue anunciada a la comunidad quince días antes de que se evidenciara la presencia de la toxina en los mariscos, lo cual facilitó las acciones preventivas en la localidad, evitando intoxicaciones mortales. ¿Qué paso esta vez?

“Hay un punto interesante aquí. El monitoreo de las FAN se puede hacer por dos vías, una es en la carne de los mariscos contaminados, donde se puede determinar el tipo y concentración de toxinas en el molusco. La otra es mediante el análisis de muestras de agua, en las que se pueden identificar las microalgas tóxicas, este muestreo permite anticiparse, porque primero aparecen algunas microalgas, luego estas se convierten en FAN y entre 5 y 10 días después se evidencia la acumulación de toxinas en los mariscos”, explica.
“En Melinka, por ejemplo, nosotros detectamos Alexandrium catenella, que es la causante del veneno paralizante, en el mes de diciembre, 15 días antes de que obtuviéramos mariscos envenenados en los muestreos de carne, y el nivel máximo, incluso con un muerto, ocurrió en febrero. La ventaja es que este proyecto llevaba un monitoreo local, revisábamos las muestras de agua y cuando había floración, le avisábamos a los melinkanos por la radio, la gente podía ir a mirar las muestras en el microscopio, conversábamos en la calle…. antes de eso, mucha gente en Melinka creía que la marea roja era “un asunto político”. Gracias a ese proyecto pudimos acercar este fenómeno tan complejo a la gente, y con esto evitar que corran riesgos a la salud, y también que entiendan que hay que programarse, ya que la marea roja será parte de la vida de los habitantes del bordemar”.

– ¿Qué hacer las comunidades ahora, cuál es la tarea de las autoridades sectoriales?
Lo que te comenté antes fue una situación excepcional que ocurrió en el marco de un proyecto de investigación, donde el monitoreo era local y había un comité local de marea roja que articulaba la situación durante la emergencia. Estaba el municipio, la posta, los carabineros, los marinos, la escuela, los dirigentes de los pescadores. Lo que ocurre a nivel nacional, es que el monitoreo se lleva por medio de un programa que está a cargo de Sernapesca, que se llama Programa Sanitario de Moluscos Bivalvos (PSMB), y su objetivo es resguardar la inocuidad de los moluscos que se comercializan, pero sobre todo aquellos que van a la exportación, entonces la información de estos monitoreos, es privada, es de la empresa que produce o extrae moluscos, los habitantes del territorio no tienen acceso a esos datos.

– ¿Qué piensas de lo que está ocurriendo con esta crisis?
¡Imagínate! Hay una confusión enorme, una región llena de biólogos marinos y no hemos sido capaces de dar respuestas claras a la gente. Piensan que la marea roja es porque se vertieron salmones podridos en el mar, culpan a los antibióticos que usan los salmoneros, como que quieren culpar a alguien, pero en esta situación, las causas son tanto ambientales como antrópicas, y todo suma. He escuchado que hay gente que dice haber visto los barcos botando los pescados podridos cerca de la costa, pero no hay denuncias formales, al menos no las conozco, pero considera que los celulares tienen GPS, puedes sacar una foto desde la costa, identificando la matrícula de la embarcación, etc. Hasta ahora no hay nada de eso.

– ¿Quiénes son los más afectados?
Esta crisis afecta sobre todo a los buzos mariscadores, los recolectores de orilla y los mitilicultores, es decir, una amplia gama de tipos de actividades económicas. Tienes desde gente que sale en las mareas bajas a recoger lo que pille en la zona intermareal y lo venden en la calle en Puerto Montt o en mercados locales, o lo usa para autoconsumo. Está la actividad bucera, que involucra mayor inversión, una embarcación con su tripulación, que extrae moluscos y los vende para la exportación. Y están los mitilicultores, que son productores de chorito, que pueden ser desde micro empresas familiares o de organizaciones de pescadores artesanales, hasta grandes empresas exportadoras, incluso con capitales extranjeros.

– ¿Crees que el bono anunciado por el gobierno apunta en la dirección correcta?
Yo creo que todos necesitan apoyo, pero no me parece que el bono sea el centro del asunto, es más bien una medida populista. En la pesca artesanal existe un asistencialismo muy arraigado, que le quita fuerza a las demandas de fondo: se consigue el bono y se suaviza la tensión. Es una negociación entre las autoridades y los dirigentes…. y así estamos, sin grandes avances, manteniendo la miseria de algunos sectores de la pesca artesanal (otros como que se hacen los pobrecitos para no perderse de los beneficios), con unos dirigentes que negocian con las autoridades con las mismas artes que tienen la imagen de los políticos por el suelo en este momento.

“Creo que este es un fenómeno global, el planeta se está calentando y hay que aceptarlo, nuestra región tiene que asumir esta situación y ser mucho más exigentes con las empresas en términos de su manejo sanitario y los pescadores tienen que anticiparse porque el verano es una época de riesgo”, es su última reflexión.

Notas relacionadas