Opinión
16 de Octubre de 2016Diputado “Rojo” Edwards: “Hubo una época en que tuve el pelo largo y me decían el Rey León”
A su salida de RN, hace una semana se sumó su cambio de nombre. Es que José Manuel ya no quiere ser conocido como José Manuel. Ahora simplemente quiere que lo llamen Rojo, como le dicen desde que tiene uso de razón. Acá, cuenta que Alberto Espina fue uno de los artífices de su renuncia y analiza al partido que lo cobijó durante siete años: “RN se está desangrando, así como vamos no va a quedar nadie”, lanza.
Compartir
¿Cómo te digo ahora: José Manuel o Rojo Edwards?
-Como quieras. Pero siempre me han dicho Rojo.
Pero eres más colorín que rojo.
-Sí, eso sí. De hecho, cuando chico me decían cabeza de zanahoria, cara de frutilla, qué cosas no me dijeron. Pero siempre ha predominado el Rojo. En los actos, hay dirigentes que incluso me llaman “Don Rojo”. Pero, bueno, cuando uno es más chico, cualquier diferencia que uno tenga te la hacen notar y es usada para hacerte bromas.
¿Cuándo le agarraste cariño al sobrenombre?
-O sea, desde siempre. Por eso, quise cambiarme el nombre. Ahora solo formalicé una cosa que era informal.
Pero igual heavy cambiarse el nombre a uno tan etéreo como es Rojo.
-Tampoco es tanto. Yo me llamaba José Manuel Ismael. Y el Ismael nunca lo usé. No tenía ninguna carga emocional. Fue fácil cambiármelo. Igual lo hablé con mis papás. Ellos lo entendieron.
Tu intención más adelante es llamarte simplemente Rojo y olvidarte del José Manuel.
-Sí. Es muy probable que Rojo sea mi nombre utilizado, así como lo hace Lily Pérez o Pepe Auth, en todas las situaciones formales, incluyendo la papeleta si es que soy candidato.
¿Te han molestado por tu cambio de nombre?
-Uff, sí. Tuvimos un almuerzo con la bancada que se centró en todos los posibles cambios de nombres de todos los otros diputados. Muy divertido. Algunos me decían que si me hubiesen dicho guatón, ¿me habría cambiado el nombre por ese? Probablemente no, ja, ja, ja.
EL NUEVO EDWARDS
Este es como un renacer: Te cambiaste el nombre, te fuiste de RN, ¿falta algo más?
-Mi señora me dijo que mientras no me cambie de equipo estaba todo bien. Así que quedé contento. La vi satisfecha, ja, ja, ja. Pero los dos eventos no están relacionados. El cambio de nombre me llevó muchos meses. Y pasa que quiero hacer un cambio fuerte en la forma en que hago mi trabajo legislativo de fiscalización y representación regional. De ahí viene mi renuncia. Ser independiente me puede dar ciertas herramientas para una fiscalización más clara como opositor al gobierno. Pero, obviamente, que uno deja algo. Cuando tú haces un cambio, parte de ti muere. Incluso, con el tema del nombre. Aunque sea simbólico.
¿No te han ofrecido irte a Evópoli o Amplitud?
-No, pero estoy viviendo tranquilo mi independencia.
¿Es una renuncia con elástico?
-No es con elástico, es con pena.
Cuando renunció Gaspar Rivas de RN fue para irse a la centro izquierda. ¿Qué pretendes tú?
-Mi renuncia no es similar a la de Rivas. No me cambié de chaqueta. Mi definición política de oposición de centro derecha, no cambió.
Él fue díscolo antes que tú.
-No, Gaspar Rivas no tenía ninguna relación con la bancada. Él se salió de RN, del sector y cambió las banderas de lucha. Yo no estoy cambiando absolutamente nada. Soy exactamente el mismo. Obviamente, a mí me da una pena muy grande haberme ido de RN. Pero es lo que tenía que hacer. Simplemente quiero tener ciertas libertades que en RN no tenía. Te voy a dar un ejemplo. Cuando conocimos de la escandalosa pensión de gendarmería de Miriam Olate, Chile Vamos se demoró tres días en reaccionar. Y por qué. Porque los partidos, no sé si por miedo a quedar mal o que se enoje Osvaldo Andrade, no hicieron nada. Y yo tampoco podía hacer nada, porque Chile Vamos estaba paralizado. Y, como independiente, perfectamente puedo decir lo que pienso sin pasar por el cedazo de la bancada. Yo creo que a mis compañeros les faltaba mojarse el potito para defender sus ideas. Hay un inmovilismo en RN. Nadie se atreve a decir nada. Por eso muchas veces la UDI lo termina haciendo por nosotros.
¿RN te tenía con bozal?
-Sí. Uno de los problemas grandes que había en la bancada, era cuando yo trataba de dar mi opinión. Ellos no querían que la diera. Te voy a dar otro ejemplo. Las primeras declaraciones de la bancada de diputados RN fue en contra de la reforma tributaria. Siempre estuve en contra y lo dije desde el primer minuto. Y la bancada quiso ponerme un bozal para que no diera mi opinión al respecto. Cuento corto: después hubo un acuerdo en RN para apoyar la reforma tributaria. No entiendo cómo esta elite llega a un acuerdo en circunstancias de que todos estábamos en contra. Mira, los mismos que dominaban el partido a fines de los ochenta, hoy lo siguen dominando. Y las decisiones se toman muchas veces a la pinta de ellos.
Tú lanzaste tus dardos hacia Alberto Espina. No lo pasas.
-Sí. Espina es uno de los que permanentemente está tomando decisiones desde la informalidad. El ejemplo más claro es la interpelación a Peñailillo cuando traté de defender mi región con todas mis fuerzas. Fue brutal. El partido me pidió a mí que interpelara al ministro Peñailillo, y resulta que lo hago. Pero esa misma mañana aparece Espina ensalzando en Cooperativa la labor de Huenchumilla. Y el partido qué hace: lo premia. Y la propuesta de Espina pasa a ser la del partido. Y eso fue así, porque el partido no se atreve a ir en contra de las vacas sagradas.
¿Qué pasó contigo esa vez?
-El partido dijo dos cosas: le agradecemos al diputado Edwards por haber hecho una excelente interpelación y qué buena onda. Me pegaron en la espalda y dijeron “se veía más colorín que nunca defendiendo la Araucanía”.
¿Alegaste?
-No solamente alegué, mostré todas y cada una de las declaraciones de Alberto Espina, de cómo afectaban el interés de Chile, del partido, el mérito y el trabajo. Pero el partido, independiente de eso, lo premió. Desde ahí, empieza a tomar fondo y forma mi renuncia. Ahí demostraron que al final da lo mismo que te la juegues por tu región, que defiendas los principios del partido, porque si viene un socio controlador, como es Alberto Espina, diciendo lo contrario, van y lo apoyan.
¿Espina debería irse de RN?
-No necesariamente. Espina debería dejar de meterse en todas y cada una de las decisiones del partido. Porque en cada cosa que le afecta a él, se mete. Si el quiere ser presidente y salir en tal tema, está dispuesto a matarte, independiente de tus méritos.
Espina quiere ser presidente de Chile
-No tiene ninguna posibilidad. Yo hice una encuesta en mi región a 813 personas, y él sacó siete votos, ¡7 de 813! O sea…En RN tiene que haber renovación. Por ejemplo, RN en la provincia de Cautín tiene tres diputados. Si sumas los años de Congreso de esos diputados y senadores sumas 94 años de Congreso. ¿Tú crees que una persona joven, como yo, puede realmente desarrollarse en esos espacios que están completamente tomados? No se puede, nomás.
No le compras nada a Espina.
-No le compro nada, pero no solamente yo. ¿Por qué crees que el presidente Piñera no lo puso nunca de ministro? Porque no le compraba y eso que se andaba candidateando.
¿Con Carlos Larraín era distinto el partido?
-Yo soy muy cercano a Carlos Larraín. Con todas las críticas que se le hacían, era una persona con visión y liderazgo. Era un personaje que marcaba posiciones en todos los temas. Y eso a crédito de él. Obviamente, tiene sus falencias al igual que todos nosotros. Pero tengo un cariño muy especial por él. Fue la persona que me abrió las puertas en un inicio. Y creo que ha sido un aporte para el partido. Hoy perdimos ese liderazgo. RN no existe.
Cuando estaba Carlos Larraín en la presidencia de RN, también se hablaba de una especie de feudo y que tomaba las decisiones de forma arbitraria.
-Bueno, porque RN en general ha funcionado así. Y cuando ese feudo empieza a fallar en contra de lo que piensas y en contra de ti, se hace imposible, invivible. Y por eso es que RN se está desangrando. De los veinte diputados, que partieron el 2014 con este gobierno, siete ya no están: seis de ellos por renuncia, más el caso de Rosauro Martínez. Es obvio que en RN pasa algo. Y eso es lo que hay que cambiar. Porque así como vamos en RN no va a quedar nadie…No tomamos ningún protagonismo. Con Carlos Larraín estábamos más presentes. RN, por la forma de tomar decisiones, no permite que el partido vaya hacia un lugar y las decisiones se tomen con todos a bordo. Y también creo que el sector se ha equivocado. Mira, el evento final por el que tomé la decisión de renunciar, y que me corroboró todo lo que estaba pasando, fue cuando uno de esta elite, un diputado que toma decisiones desde la informalidad, fue el día lunes pasado a la reunión de mesa y dice que Edwards no puede ser uno de los cinco representantes de RN en Chile Vamos. Le preguntaron por qué. Y él respondió “porque me puede ganar las elecciones”.
¿Ese diputado fue Germán Becker?
-¿Cómo supiste?, ja, ja, ja. La cosa es que yo fui igual a la reunión de Chile Vamos. Y, fíjate, lo que resolvió Chile Vamos: que para las primarias habrá un reglamento que aceptará independientes, sí o solo sí, tres de los cuatro presidentes de partidos, en decisión arbitraria e injustificada, lo aceptan en la primaria. Por qué tiene que pasar por un cedazo arbitrario. Y ese es solo un ejemplo. Esto pasa en todas las decisiones. Y todas las renuncias que han habido en RN, prácticamente todas, tienen un patrón y es que no confían en las decisiones que pueda tomar el partido.
No confían en la mesa directiva.
-Es que no se trata de la mesa directiva.
¿Por qué no?
-A la mesa directiva le hago la crítica de ser suficientemente débil para no generar reglas claras y por ser permanentemente permeable a intereses de esta elite controladora, de la cual es parte el señor Espina. La crítica no es a Cristián Monckeberg, porque él quiere que las cosas sean objetivas y transparentes. El problema es que no tiene la suficiente fuerza para contrarrestar esto.
LA PERSONA
Algunas personas creen que tienes más alma UDI que RN.
-Respecto a la defensa de la libertad y al principio de subsidariedad, sí. En eso estoy a la derecha de RN.
¿Qué piensas del aborto, por ejemplo?
-Tienen un triste registro quienes violan masivamente los derechos humanos, justificándolo en que la persona a la cual se le están violando los derechos humanos, no es persona. Por ejemplo, el tribunal nazi en 1936 declaró que los judíos no eran personas propiamente tales. Y con eso el sistema legal aprovechó para violar los derechos humanos de los judíos. En 1909, cuando se discutía el voto de la mujer, el argumento de los que estaban en contra era que las mujeres no eran personas propiamente tales. Y con eso justificaban que no votaran. La esclavitud en Estados Unidos se justificó, entre otras cosas, en un dictamen de la corte suprema de Virginia que decía que los negros no eran personas y, por lo tanto, no tenían derechos a ser libres ni perseguir su felicidad. Pasa lo mismo con el aborto.
Pero no es lo mismo.
-Es lo mismo. El problema es que tú declaras que un grupo de personas no es persona. Y como no es persona, tu la puedes matar. Si tú crees que el que está por nacer es persona, no lo matas. Porque estarías asesinando a una persona. Entonces, tú para estar a favor del aborto necesariamente tienes que degradar su condición de persona al que está por nacer. Lo mismo que hicieron quienes justificaban la esclavitud. Los mismos que dicen que apoyan el aborto en caso de violación: ¿el niño qué vida tendría con un padre violador? Oye, si no es problema tuyo eso. Eso lo verá el niño y veremos cómo le hacemos la vida más fácil como Estado. Pero por qué el blanco supremacista tiene que determinar si la vida del negro vale la pena vivirla.
La mujer no tiene derechos, entonces….
-Pero por qué tiene que pagar las consecuencias un tercero que es persona.
¿Y la mujer no es persona?
-Lo es. Pero por qué tiene que hacerle pagar las consecuencias a la persona que está por nacer.
¿Pero por qué hacer pasar por otra tortura a una mujer que ha sido violada?
-Estoy de acuerdo, por eso hay que perseguir al tipo que la violó. Hay que ayudar a la mujer.
¿Y si ella no quiere tener a ese hijo que le recuerda a su violador?
-Entonces, que lo entregue después de dar a luz.
Eso es tener demasiada frialdad.
-No pues. La pregunta es la siguiente: Si el niño es persona, si el que está por nacer es persona, por qué matar a esa persona.
Pero la mujer sabrá qué es mejor. Ella tiene que decidir. Habrán algunas que creerán que es persona, otras no.
-No corresponde matar a una persona. Pero no importa. El tema es que este argumento que te doy no es necesariamente desde la religiosidad o el mundo conservador. Es un argumento desde la óptica liberal. Liberal de considerar que hay una persona que tiene como primer derecho vivir. Y los mismos derechos que tiene una persona negra, una mujer, un blanco, un latino, un no sé qué, los tiene el que está por nacer por el hecho de ser persona.
¿Pero qué pasaría si tuvieras una hija que queda embarazada de su violador?
-Primero, perseguiría al violador. Segundo, apoyaría a mi hija. Después reclamaría la ayuda de Estado. Y después le preguntaría a mi hija si quiere tenerlo o darlo en adopción.
¿Si no quisiera tenerlo?
-No tiene mi apoyo. Y tengo una niña. Tenemos que apoyarla para que no ocurra el aborto.
¿Esa misma libertad, que defiendes de la persona, la extiendes a los gays?
-Sí, por supuesto. Tienen los mismos derechos. Por eso mismo tenemos que tratar de hacerle la vida más fácil a quienes tienen que vivir con prejuicios. Lo mismo con los indígenas. La encuesta Casen demuestra que gran parte de las personas indígenas está en condición de pobreza. No solo eso. Son discriminaciones que hay que pararlas.
Pero te estás yendo para otro lado…
-No, no. Son definiciones. Tú no puedes hacerle la vida imposible a una persona. Y, en este caso, estás mostrando un ejemplo: la persona que es gay. Yo estoy dando el mismo ejemplo para la persona que es indígena. Entonces, nadie tiene derecho a discriminar a los indígenas, nadie tiene el derecho de destruir la vida del que está por nacer, nadie tiene el derecho a discriminar a los gays. Tiene que haber un cambio en la sociedad. Yo te digo: cómo es posible que la izquierda diga que le importan los más vulnerables cuando la presidenta Bachelet solo ha visitado una vez la región de la Araucanía. A la misma fecha, el presidente Piñera la había visitado 14 veces. Y cuando lo hizo ella, fue encubierta, como si fuera a contrabando, y después viene a decirnos que en la región estaba todo bien. Y venía con un aparato de seguridad militar, como si fuera a la Franja de Gaza: “aquí no hay terrorismo”, dijo. Chile fue veedor del acuerdo de la paz de la Farc. Nosotros, como oposición, le pedimos al ministerio de relaciones internacionales que le exija a las FARC, como parte de la verdad, que entregue sus conexiones con gente en Chile. Y no lo hicieron.
Tú tuiteaste sobre el acuerdo de paz en Colombia, pero te arrepentiste y lo borraste cuando te empezaron a molestar.
-No me arrepentí. Puse colombianos sin eme. O sea, colobianos. Y como era de noche y tenía un error de ortografia, lo saqué. Pero no me arrepentí.
Y te arrepentiste cuando escribiste que Jovino Novoa era el primer preso político de Bachelet…
Me equivoqué con ese comentario, pero algo de eso es verdad. No hay nadie de la izquierda formalizado.
¿Leíste el manual de sexo para adolescentes que sacó la muni de Santiago?
-No. Pero quería leerlo porque parece que tiene muy buenas ideas, ja, ja, ja.
Ossandón dijo que el sexo anal no era sexo.
-No, yo creo que es un error.
¿El sexo anal?
-No. Yo creo que fue un error que él planteara la discusión así. El sexo anal, el sexo oral y el sexo normal son sexo. Y hubo un presidente de Estados Unidos que casi cae por mentir, diciendo que no había tenido sexo oral, cuando si lo había tenido. Es obvio que es un error. Y no solo aquí, sino que en cualquier parte del mundo, si no pregúntale a Bill Clinton.
¿Has fumado marihuana?
-Sí, cuando chico, para probar. Hubo una época en que tuve el pelo largo, era chascón y me decían el rey León. Estuve así como ocho años, hasta que se me empezó a caer el pelo.