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Mundo

16 de Marzo de 2017

Mujer y hombre usan el correo del otro: Brutal experimento social deja clarito el machismo heavy que existe en la pega

"El jefe no nos creyó cuando se lo contamos. Dijo que podía haber miles de razones por las que los clientes habían reaccionado de otra forma. Por primera vez en los dos años que pasé allí, casi pierdo los nervios. Siempre me pregunté qué ganaba mi jefe negando la existencia del machismo, incluso cuando me apoyaba un compañero. Nunca lo supe, pero dejé esa empresa”, aseguró Nicole Hallberg, la mujer protagonista de esta historia.

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Martin Schneider y Nicole Hallberg, compañeros en una compañía que hace de intermediaria entre cesantes y empresas en Gringolandia, decidieron someterse a un innovador experimento social que muestra el brutal machismo existente al interior del mundo laboral y la doble pega que debe enfrentar la mujer a diario.

Según consigna La Tercera, los protagonistas de esta historia usaron el correo del otro para ver cómo reaccionaban los receptores de los emails, tomando en cuenta la diferencia entre ser hombre y mujer.

Martin comprobó, por ejemplo, que tras hacerse pasar por Nicole “fue un infierno. Todas mis preguntas o sugerencias eran cuestionadas. Por ejemplo, los clientes que normalmente me resultaban sencillos eras condescendientes conmigo. Uno incluso me preguntó si estaba soltero”.

Por su lado, Hallberg tuvo una semana ultra productiva, siendo que en el pasado recibía reclamos de sus jefes por siempre tardar en cerrar acuerdos con los clientes. Fue así como, haciéndose pasar por hombre en los correos, incluso obtuvo felicitaciones por parte de sus receptores.

Martin admitió que “no era mejor en mi trabajo que ella. Simplemente, tenía esa ventaja invisible” de tener la confianza ganada de los clientes por el simple hecho de ser hombre.

Añadió que “lo que aprendí de este experimento es que hay muchos comportamientos sexistas que no son realmente intencionados. No lo hacemos de forma consciente ni pensando que las opiniones de las mujeres valen menos. Pero muchos hombres los cometemos igualmente”.

A renglón seguido, precisó que “debemos darnos cuenta ya (…) Eso comienza escuchando las experiencias personales de cada mujer, en vez de pedirles justificaciones”.

Nicole aseguró que “el jefe no nos creyó cuando se lo contamos. Dijo que podía haber miles de razones por las que los clientes habían reaccionado de otra forma. Por primera vez en los dos años que pasé allí, casi pierdo los nervios. Siempre me pregunté qué ganaba mi jefe negando la existencia del machismo, incluso cuando me apoyaba un compañero. Nunca lo supe, pero dejé esa empresa”.

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