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Cultura

24 de Marzo de 2017

Película chilena “La memoria de mi padre” lleva las emociones al Festival de Málaga

Dos protagonistas que tienen en común su torpeza emocional intentan reconciliarse en la película chilena "La memoria de mi padre", ópera prima de Rodrigo Bacigalupe, que se presentó hoy en la sección oficial del Festival de Cine en Español de Málaga (sur de España). Bacigalupe, que también escribió el guión, se inspiró en un hecho familiar, la muerte de su abuela, a partir de la cual su abuelo "cayó en un proceso mental muy parecido al del personaje", con pérdida de memoria y dificultad para asumir la pérdida.

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Dos protagonistas que tienen en común su torpeza emocional intentan reconciliarse en la película chilena “La memoria de mi padre”, ópera prima de Rodrigo Bacigalupe, que se presentó hoy en la sección oficial del Festival de Cine en Español de Málaga (sur de España).

Bacigalupe, que también escribió el guión, se inspiró en un hecho familiar, la muerte de su abuela, a partir de la cual su abuelo “cayó en un proceso mental muy parecido al del personaje”, con pérdida de memoria y dificultad para asumir la pérdida.

“Coincidió con el momento en el que estaba desarrollando mi primer largometraje: buscaba una idea y de donde más podía contar algo veraz era de algo que me hubiese pasado”, añadió el director y guionista.

Al igual que el protagonista, su abuelo no aceptó la muerte de su mujer y, “cuando su memoria entraba en conflicto con la realidad, se iba a estas ilusiones”.

Pero no es una película sobre la ancianidad ni la demencia senil, que es sólo “un telón de fondo”, sino que quiere mostrar “a dos personajes emocionalmente muy torpes, que se quieren y se adoran”.

“Igual que vamos a la universidad y al terminar nos entregan un cartón que dice que somos ingenieros u otra cosa, desde el punto de vista emocional estamos muy mal educados, especialmente los hombres”, explicó Bacigalupe.

Al morir su madre, Alfonso (Jaime McManus) se ve obligado a hacerse cargo de su padre (Tomás Vidiella), al que no soporta, y que además está perdiendo la memoria e insiste en que su mujer sigue viva.

La historia plasma “la posibilidad de que dos personas puedan acercarse e intentar reconciliarse en un universo donde finalmente todo lo ordena la figura materna”, según el director, que cree que los dos protagonistas “son dos personas que se quieren, pero no saben cómo decírselo”, y además el hijo “ha ido acumulando rencores” contra su padre.

“Nos vamos construyendo una personalidad y una forma de vivir relacionada con ciertos patrones que aprendemos desde la niñez”, apuntó Bacigalupe.

El hijo “es un hombre que se da cuenta de que hasta ese momento nunca ha estado muy bien plantado sobre la tierra, necesita definirse y decidir sobre una relación sentimental en la que no está cien por cien comprometido, pero todo su conflicto afectivo viene de su relación con su padre”.

Por su parte, Jaime McManus calificó a su personaje como “un hombre impulsivo, nublado, sin saber a dónde va, sin objetivos en la vida e inmaduro”, y consideró que, en su opinión, la película “parte de la oscuridad para llegar a la luz”.

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