Nano Stern se lanza con todo a conquistar el público español

Es su segunda visita a España y el cantautor Nano Stern ha optado por un formato íntimo, él solo sobre el escenario tocando guitarra, flautas o piano y repasando toda su discográfica, buscando lo que le haga vibrar para así contagiar al público, siempre “desde la honestidad”.

A sus 32 años no tiene reparos en reconocer que busca “ser moderno”, pero matiza, “sin moda”, porque su música bebe del folclor y se inscribe en la nueva canción chilena, más que la de otros músicos de su generación, señala en una entrevista con Efe.

“La música de tradición se nutre del folclore y está pasando por un gran momento. Los músicos jóvenes recibimos esa música con estéticas muy distintas, con un sentido muy individual pero con ese sentido de pertenencia a la tradición”, explica.

En su caso, frente al acercamiento al pop de la mayoría de sus contemporáneos, opta por un sonido más acústico y una gran presencia de instrumentos de madera o del violín, que empezó a tocar a los tres años.

Hace la música que le gusta y con la que vibra, desde lo simple, y espera contagiar a los espectadores con la precariedad de recursos autoimpuesta en esta pequeña gira española, que le ha llevado ya por Sevilla, Cádiz y Xátiva y que tras Madrid cerrará en Barcelona.

Le ha emocionado especialmente su primer contacto con el público andaluz por su energía y la palpable afinidad de Andalucía y Latinoamérica.

“Es evidente que de ahí salieran la mayoría de los españoles que partieron a Latinoamérica”, asegura Stern, para quien “estar en Cádiz era como estar en Bogotá”.

Una relación natural que ha visto reflejada en el público que ha acudido a sus conciertos, en los que ha repasado los temas más conocidos de sus discos -desde el primero “Nano Stern” (2006) al último, “Mil 500 vueltas” (2015)- y ha homenajeado a Violeta Parra en el año que se celebra el centenario de su nacimiento.

Violeta Parra y Víctor Jara son los dos grandes nombres cuya tradición sigue la música de Stern, sobre todo cuando está sobre un escenario solo con sus instrumentos, como es el caso de sus actuaciones en España.

Un formato que le da una “libertad absoluta” que le permite modificar el concierto sobre la marcha y adaptarse así a la energía de cada público.

Pero también actúa con una banda de ocho músicos en grandes espacios. “He tocado en estadios para 80.000 personas o barcitos con 20”, recuerda.

En ese contexto más limitado se inscribe su actuación mañana en el madrileño Café Berlín, donde pretende demostrar que su objetivo en la música es “seguir haciendo muchas cosas diferentes”.