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Mundo

14 de Agosto de 2017

Muere la última esclava sexual china que denunció al ejército japonés

La ciudadana china Huang Youliang, última superviviente del grupo de mujeres que denunció al ejército japonés por usarlas como esclavas sexuales durante la invasión de China (1937-45) durante la Segunda Guerra Mundial, falleció el fin de semana a los 90 años, informaron hoy los medios oficiales chinos. Huang murió en su hogar de la localidad […]

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La ciudadana china Huang Youliang, última superviviente del grupo de mujeres que denunció al ejército japonés por usarlas como esclavas sexuales durante la invasión de China (1937-45) durante la Segunda Guerra Mundial, falleció el fin de semana a los 90 años, informaron hoy los medios oficiales chinos.

Huang murió en su hogar de la localidad de Yidui en la isla meridional china de Hainan, lo que “deja a China sin testigos para hablar de esa parte de la Historia”, destacó Mei Li, portavoz de la organización Hong Kong History Watch, dedicada al recuerdo de ese oscuro episodio de la ocupación japonesa.

La anciana formaba parte de un grupo de 24 ciudadanas chinas que presentaron una denuncia contra el Gobierno japonés por los daños físicos o psicológicos que sufrieron cuando fueron forzadas a ejercer la prostitución con soldados del ejército japonés, como miles de mujeres de los países de Asia Oriental invadidos por Japón.

La querella, en la que solicitaban una compensación de 215.000 dólares, fue presentada en julio de 2001 ante un juzgado de Tokio por siete mujeres del grupo que viajaron a la capital japonesa, entre ellas Huang.

Los tribunales japoneses reconocieron el daño sufrido por las mujeres pero alegaron que su derecho a solicitar una compensación había expirado y que no era admisible la presentación de una denuncia individual contra todo un Estado.

Huang fue violada a los 15 años, en octubre de 1941, cuando las tropas japonesas entraron en su pueblo, y obligada a pasar dos años en un burdel, convertida en lo que los soldados nipones denominaban con el eufemismo de “mujeres de consuelo”.

Con su muerte, se calcula que hay poco más de una docena de esclavas sexuales de aquella época aún viviendo en China, aunque no forman parte del grupo que junto a Huang presentó la denuncia ante Japón, ya que algunas de ellas se niegan a hablar en público de los traumas sufridos durante la guerra.

China y Corea del Sur estiman que al menos unas 200.000 mujeres de cada uno de estos países fueron forzadas a ejercer la prostitución durante la ocupación japonesa.

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