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Opinión

30 de Agosto de 2017

Columna de Víctor Hugo Robles: Paz Errázuriz (O el Premio Nacional de Arte a la señorita fotógrafa)

"El lúcido, valiente y generoso trabajo visual de Paz Errázuriz ha sido señero para el desarrollo político y social de nuestro movimiento de emancipación porque, a través de su ejemplar registro de “La Manzana de Adán”, se hizo posible visibilizar lo imposible en tiempos donde la diferencia sexual era castigada e invisible".

Victor Hugo Robles
Victor Hugo Robles
Por

Foto: Paz Errázuriz 2004

“Señorita fotógrafa”, le llamaba cariñosamente mi abuelita Luzmira Monsalvez Alarcón Paillalef a la flamante Premio Nacional de Arte 2017, Paz Errázuriz Körner. “Saludos a la señorita fotógrafa”, me decía mi bella abuela, enviándole cariños a Paz, expresando así afecto y tierna complicidad campesina hacia el trabajo amoroso y delicado de Paz Errázuriz que enfoca, encuadra e ilumina los márgenes e intersticios olvidados de nuestra sociedad.

Mi abuela era dulce pero a veces también malas pulgas, no le gustaban todos mis amigos y amigas, incluso una vez, expulsó con viento fresco a unas revoltosas amigas de la casa cuando nos descubrió fumando marihuana en el patio, allá en la población El Cortijo de Conchalí. Sin embargo, cuando Paz Errázuriz visitó nuestro hogar para concretar uno de sus proyectos fotográficos cautivó de inmediato a mi abuelita. Tal vez fue su voz, su mirada, seguramente ese encanto sereno que caracteriza a la apacible Paz lo que hizo que mi querida Luzmira olvidara su desconfianza y se entregara a la cámara fraterna de Paz Errázuriz, posando sonriente, feliz, tomando a mi San Sebastián homosexual en sus esforzados brazos, advirtiendo la escena memorable e inmortal que estábamos protagonizando. Hoy, cuando mi abuelita descansa en paz en su tierra natal de Puerto Domínguez, miro la bella fotografía de Paz ubicada cerca de mi cama, pensando en mi inolvidable abuelita y en la premiada “señorita fotógrafa”.

Recuerdo que siendo un joven activista del Movimiento de Liberación Homosexual Movilh Histórico me acerqué al trabajo documental de Paz Errázuriz y descubrí su firme compromiso con los derechos humanos de la diversidad sexual en períodos de aguda discriminación y estigma sexual, tiempos donde el matrimonio igualitario era una ilusión, jamás un proyecto de ley. En ese tiempo de apertura democrática, Paz Errázuriz era la fotógrafa amiga de Pedro Lemebel y poco a poquito se transformó en la compañera de todas las locas, registrando nuestras justas utopías de liberación sexual. Nunca olvido cuando Paz Errázuriz, junto a la periodista Claudia Donoso, participó en “Triángulo Abierto” de la feminista Radio Tierra, el primer programa radial de gays, lesbianas y trans en Chile, así como en diversas actividades político-culturales en el transcurso de la historia política y comunitaria del movimiento por la diversidad sexual en Chile. Ella siempre ha expresado una especial cercanía con nuestras causas sociales, políticas y culturales, rastreando nuestras biografías de vida e intensas batallas por el respeto a la diferencia.

El lúcido, valiente y generoso trabajo visual de Paz Errázuriz ha sido señero para el desarrollo político y social de nuestro movimiento de emancipación porque, a través de su ejemplar registro de “La Manzana de Adán”, se hizo posible visibilizar lo imposible en tiempos donde la diferencia sexual era castigada e invisible. Hace poco, entrecruzando épocas y fronteras, Paz Errázuriz, guiada por la activista trans Niki Raveu, fotografió a niñas y niños de Fundación Transitar, ensamblando las imágenes inmortales de las travestis de los prostíbulos populares de Talca de los años 80 con las niñeces trans que desde la más temprana infancia luchan por un espacio propio bajo el sol.

El Premio Nacional de Artes Plásticas 2017 otorgado a Paz Errázuriz es el justo reconocimiento público, no solo a su extensa trayectoria artística, sino a las implicancias políticas y culturales de la fotografía como un valioso e imprescindible documento social de Chile.

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