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Opinión

15 de Octubre de 2017

Cristián Warnken: “Piñera sería muy malo para el país, un retroceso”

El profesor de literatura y poeta, Cristián Warnken (1961), el hombre de La Belleza de Pensar y también columnista de El Mercurio, sucumbió finalmente al uso de un smartphone. Durante años se negó la posibilidad de ingresar al mundo de las redes sociales. Pero hace casi un mes, cambió su viejo celular por uno moderno que le permitiera mandar mensajes por Whatsapp. Hoy, está en un estado de perplejidad, sin saber si terminará siendo adicto o huyendo de una pesadilla. Este año Warnken se ha dedicado a debatir ideas sobre el tema y la irrupción de la tecnología en nuestras vidas en sus clásicas charlas del Ciclo Pensamiento Propio. Acá, Warnken habla de todo eso, pero también del desorden anímico de los chilenos, de la crisis ética que vaticinó hace unos años y de la debacle social que vino tras la salida de Bielsa, de quien se siente huérfano.

Macarena Gallo
Macarena Gallo
Por

Hablemos del tema de la última charla del Ciclo Pensamiento Propio, donde conversarás con Fernando Flores.
-Todos los años se hace un ciclo que recorre ciudades de Chile. Es una suerte de lo que fue el programa una Belleza de Pensar, pero en vivo y con público, y siempre bajo un tema. El año pasado fue Vivir en tiempos de crisis y este Lo humano en la era digital, que surgió de una conversación con el psicoanalista italiano Luigi Zoja, que escribió La muerte del prójimo, donde decía que si el siglo XIX fue el siglo de la muerte de Dios, el siglo XXI será la del prójimo. Si hoy estamos hipercomunicados a través de las redes sociales con aquel que está lejano, ignoramos al que está al lado nuestro, no conocemos el nombre del vecino, conversamos menos con el que va en el metro. Él ve que el gran peligro es la desaparición del prójimo.

¿También crees que desaparecerá el prójimo?
-Al principio, partí con una postura muy crítica a la irrupción intempestiva e invasiva de lo digital en la vida cotidiana, más que en lo digital en sí, porque sería un absurdo rebelarse contra eso, sería como rebelarse contra la imprenta. Ahora, he transitado a una sensación de perplejidad. Todavía no sabemos muy bien cómo será el mundo que viene con lo digital. Y como todos los cambios, pueden traer elementos tremendamente positivos, así como tremendamente negativos.

¿Qué rescatas del mundo virtual?
-Poder conocer a un poeta desconocido en algún lugar del planeta y formar una comunidad inmensa. Pero, al mismo tiempo, la amplificación de la estupidez, la tontería, la banalización del mal, es inmensa. Umberto Eco dice en su último libro de ensayos, en el que se centra en gran parte en la irrupción de lo digital, que antes el idiota del pueblo decía una opinión en un café y quedaba ahí, pero hoy el boludo habla y tiene una repercusión inmensa sin fronteras. Hay que dedicarle pensamiento a este cambio. No tengo una visión completa, pero sí que hay que estar alerta en la comunicación interpersonal. Acabo de llegar de Vancouver, una ciudad fantástica, pero en los buses ves a una cantidad de jóvenes metidos en sus aparatos. Y se generaba un silencio casi terrorífico donde no había una risa. Echaba de menos la vitalidad del mundo latino, el amigo que conversa contigo, pero todo eso hay que pensarlo, porque a lo mejor las comunidades hoy son virtuales. Pero también creo que empieza a haber una necesidad y nostalgia de una comunicación cara a cara que no la suplanta ninguna comunicación virtual. Pero todo hay que ponerlo con punto de interrogación, porque te vuelvo a decir, estoy en estado de perplejidad, leyendo cosas, observándome a mí mismo. Yo mismo he ido cambiando mis propios aparatos.

Ahora andas con un celular moderno.
-Sí. Antes tenía un aparato muy primitivo que me servía solo para mandar mensajes de texto. Pero ahora tengo Whatsapp hace dos o tres semanas. Creo que el uso de tecnología cada vez más sofisticada, requiere un sujeto más consciente y alerta, que no deje que todo su accionar diario quede sumido en una reacción pulsional de un mensaje que te llegó. Entonces, tengo susto.

¿Y cómo lo has llevado?
-Hasta el momento tengo el whatsapp dominado en la justa medida. Pero, probablemente, se pueda convertir en una pesadilla. Va a llegar un momento en que habrá una saturación. De hecho, empieza a producirse un rechazo. Mucha gente te empieza a decir: estoy agobiado, el Whatsapp me interrumpe todo, mi vida íntima. Conozco gente que se está saliendo de los whatsapp. Entonces, uno debe tener una actitud de desasimiento con la tecnología.

Parece que el aparato ya nos tiene dominados.
-Es trágico, pero nos puede pasar llegar a esta película del tipo que se enamora de su sistema operativo que tiene voz femenina y que le arregla todo.

Ojalá no te pase eso.
-Es de esperar que no, porque en la relación con un aparato así hay poco eros, en realidad son poco eróticos los aparatos, ja, ja, ja. Lo que te quiero decir es que el desarrollo tecnológico tiene que ir acompañado de un desarrollo de conciencia. La tecnología nos pilló en Chile con un mundo interior pobre. No tenemos vida contemplativa, no sabemos aprovechar el silencio. Creemos que la felicidad pasa por este aparato y no debiera ser así.

¿Y con tus hijos cómo lo haces?
-Soy un típico papá en crisis. Los papás de hoy nos encontramos con que esto nos excedió y no supimos colocar límites.

Perdiste esa guerra…
-No la he perdido. Hemos ido postergando lo más posible la entrada, porque esto al principio te chupa y monopoliza. Esa es la verdad. El tema con los niños me parece preocupante. Amanda Céspedes en la primera de las conversaciones del ciclo, decía que hasta los seis años, los niños no deberían entrar en lo digital. En ese período se generan elementos muy importantes, como las neuronas espejos, la empatía, el mirarte cara a cara, que es una conquista del desarrollo evolutivo del ser humano, pero hoy nos encontramos con muchos niños que no miran de frente, que se están ensimismando.

BIELSISTA LENINISTA

Como columnista de El Mercurio, te has transformado en líder de opinión en redes sociales.
-Ocurrió y no me di cuenta. Como no estaba en las redes sociales, de repente empecé a sentir que mucha gente me decía “oye, lo vi, lo bajé, lo subí en el muro”. Yo decía qué es esto. Al comienzo, de verdad, era un analfabeto. Escribía mi columna, casi con toda inocencia, para ser leída en el papel o Emol. Y empecé a darme cuenta que hubo un antes y después. La columna empezó a tomar una vida propia que sobrepasa el medio donde fue publicada. Es curioso. El medio publica una columna, pero esta después se puede viralizar, y finalmente aparecer en otro medio virtual, y la gente ya no recuerda haberla leído en el medio original. Ahora, lo que no leo de ninguna manera son los blogs.

¿Por qué?
-Los blog, en los medios virtuales, son alcantarillas y tomadas por personajes que quieren constituirse a sí mismos en referencia. Hay gente que no lee el texto y opina igual. Antes leía los blogs en Emol cuando eran un aporte, pero ahora, en general, solo usan el texto que uno escribe para hacer aparecer ciertos sujetos anónimos, como uno que usa una foto de Portales, que me ataca desde un punto de vista ultra conservador. Si el blog fuera un diálogo de opiniones e ideas, sería fantástico. Pero no hay argumentos, son estados de ánimo. Porque aquí en este país, tenemos la simpleza y flojera mental de meter a la gente en casilleros: eres rojo, comunista, fascista o lo que sea. No soportan cuando uno se escabulle en los intersticios y abre un punto de vista en otro lado.

Una hija de Piñera salió a responder una columna en la que criticabas a su padre.
-No solamente ella, me respondió la hermana también. Me pareció insólito que el candidato Piñera en vez de responder él, mandara a la hermana y la hija a contestarme. Fue, decir lo menos, divertido. Y esa opinión que emití tuvo hartas consecuencias.

¿Cómo qué?
-Como que me bajaran algunas charlas. Me habían invitado con mucha euforia -porque me insistieron bastante- a un gran congreso en el sur, donde yo dictaría la ponencia inaugural, pero saqué esa columna y me mandaron una carta diciéndome que lamentaban informarme que yo no podría abrir el coloquio porque había dado una opinión sobre política. Algo que en cualquier lugar del mundo sería un absurdo. Me pasaron cosas que revelaron que hay una intolerancia larvaria en el país. Es peligroso cuando el poder político y económico se concentra comunicacionalmente en una persona. Y que un candidato, como Piñera, tenga ese poder en los medios de comunicación, como se sabe que tiene, poder económico al nivel que tiene, y luego poder político. Es asfixiante en un país tan chico.

Pese a todo lo que se le ha ido descubriendo, o que tenga una ética cuestionable, es probable que lo veamos nuevamente en La Moneda.
-Como lo dije en una columna, su regreso podría llevar al país a una crisis política e institucional sin precedentes. Sería un retroceso. Aquí la gente se queja y pela a los políticos todo el día. Pero resulta que esa misma gente es la que no va a votar o lo hace por muchos candidatos cuya hoja de ruta, por lo menos, es ambigua en el tema ético. Quizás esa sea la esquizofrenia del chileno: critica el modelo, pero en el fondo lo aprueba. Es el más consumista de todo, sin embargo critica el sistema. Esto puede parecer muy autorreferencial, pero antes y durante el movimiento estudiantil, escribí varias columnas donde hablaba de una crisis ética en Chile. Durante dos años, me trataron de apocalíptico. Y de pronto todo se desencadena y viene este derrumbe que comienza con la salida de Bielsa, que es el punto de inflexión.

¿Por qué con Bielsa?
-Algo pasó. Se va Bielsa y aparece Piñera como antagonista. O sea, entre paréntesis, si Bielsa fuera candidato yo estaría votando por él.

Eres bielsista leninista…
-Soy bielsista leninista. Lo reconozco, soy un viudo de Bielsa. Lo que quiero decir es que hay dos tipos de autismo, el de Bielsa y de Piñera. Pero son dos autistas distintos.

¿Cómo así?
-En ellos, se enfrentan dos arquetipos de personas. Bielsa, por un lado, representa lo mejor de la clase media sudamericana, austera, sencilla, con valores éticos, claridad, orden, exigencia y rigor de hacer bien las cosas, y al mismo tiempo con humanidad. Piñera, en cambio, representa lo contrario.

La imagen que uno tiene de Bielsa es cuando no le da mano a Piñera.
-Ahí se enfrentaron estos dos arquetipos que vienen siendo el alma de Chile. Cada uno de nosotros está dividido entre un Bielsa y un Piñera que llevamos dentro. O sea, cada chileno lleva un Piñera y un Bielsa dentro suyo.

¿Cómo es el Piñera que llevas dentro?
-El Piñera que llevo se manifiesta en mi desmesura, en mi sobre exposición, o cuando no empatizo o no escucho al otro. Afortunadamente, mi mujer me hace ver eso y he mejorado. Todos tenemos esa cosa de querer ganar, que está bien, pero es muy pobre. Es reducirlo todo a una variable económica y no espiritual. Te voy a contar que tuve una conversación con Bielsa.

Algo leí por ahí…
-Un día me llama por teléfono un señor argentino y me dice: ¿Estará el profesor Warnken? “Sí, soy yo”. “El profesor Bielsa quiere hablar con usted”. Pensé que era una broma de un amigo y lo mandé a la mugre, ja, ja, ja. Y me dijo “no, el profesor Bielsa quiere hablar con usted”. No podía creerlo. Yo había escrito una columna en Emol que se llamaba Bielsa y Mallarmé, en que comparaba a Bielsa con el poeta francés del siglo XXI, que es el poeta obsesivo, preocupado de hacer el poema y no dar entrevistas en los medios ni de meterse en farándula. Como cuando criticaban a Bielsa en un principio. Entonces, me pasa la llamada de Bielsa y lo que más me impresionó fue lo articulado que era, como esa gente que habla redactado, ¡cómo armaba las oraciones!, el orden mental que tenía. O sea, ¡cómo me analizó la columna! Incluso, me la criticó.

¿Cuánto rato hablaron?
-Una media hora. Qué pena no haberla grabado, habría sido una de mis mejores entrevistas. Quedé con la impresión de haber estado con Borges, con alguien de esa envergadura. Realmente, en Chile, tuvimos a alguien de otro tamaño interior, de otro tonelaje, de otro coraje. Y cuando empieza esta crisis ética, Bielsa tuvo el instinto, se dio cuenta de la podredumbre del fútbol chileno, y renuncia. Fue el primero en olerlo. Y mira lo que pasó después en el fútbol y en la política. Lo de Bielsa es una pérdida dramática. Nos falta encontrar un Bielsa en la política. No existe una figura que reúna probidad pero también visión. Bielsa tenía un pensamiento sobre el fútbol. Sabía lo que iba a hacer. Hoy nadie piensa. Ves los programas culturales de los candidatos y son un copy paste de dos o tres cosas, incluso por las diferencias de letras uno ve que las han sacado de otro lado, no hay reflexión, ninguno se sentó a pensar. Ese cóctel de carencia de probidad y pensamiento es letal. Tal vez, yo haría una excepción.

¿Con quién?
-Con Carolina Goic, de quien tengo la mejor impresión. Me gusta su historia, que venga de Magallanes, que haya vencido el cáncer. Su gesto de renunciar en el consejo de la DC es de los gestos políticos más valientes que he visto en este tiempo. Se enfrentó ahí, verdaderamente, a la mafia siciliana, o sea a la dimocratzia cristiana. Ella no se ha lucido mucho. Yo creo que le falta rodearse de gente pensante. Pero me da una fiabilidad, la veo consistente.

¿Piensas votar por ella?
-En este momento, estoy náufrago completamente del punto de vista político. Creo que Piñera sería muy malo para el país. Hoy en Chile hay un desorden anímico. Estamos metidos en peleas, enredos y rabias no resueltas. El ambiente interno se descompuso muy fuertemente. Y se necesita un presidente que conduzca el país con un temple interior, que sea prudente, porque es tal el desorden en el mundo… Se están cayendo las instituciones, las certezas, y necesitas gente con temple. Un Trump es lo contrario a eso. Es un adolescente destemplado. Un tipo que puede pescar la bomba atómica y tirarla así como así. Esas personalidades hiperkinéticas, sobregiradas, como la de Piñera, no me parecen las más adecuadas para tomar el control de este barco sin hacer un viraje brusco e irresponsable. Esa figura me cuesta encontrarla. Una personalidad que lograra equilibrar la sensibilidad un poco de izquierda, pero al mismo tiempo no anulara todo lo que se hizo desde triunfo del NO en adelante.

Hay una generación que no quiere reconocerles nada a los actores de la Transición, como a Lagos, por ejemplo.
-Te digo la verdad, mi candidato era Lagos. Con todos sus defectos, habría sido mucho mejor en esta pasada.

¿Por qué?
-Es un tipo con coraje, capaz de enfrentarse a Bush en el tema de la invasión a Irak, y eso puso al país en otro estatus, no como un país arrodillado frente a Estados Unidos. Me parece un error que Lagos se haya bajado. El golpe que le dieron sus propios partidarios fue terrible. Lamentablemente, no surgió otro líder mejor. Pero no es culpa de Lagos. Y en qué quedó convertido el PS. En un partido manejado por unos operadores mediocres que lograron hacerle la cama a Lagos. No vamos a comparar a Elizalde con Lagos, por favor. Yo encuentro que la izquierda cometió un suicidio político al bajar a Lagos. Un sui-ci-dio.

EL FRENTE AMPLIO

Pese a no tener candidato, has dado tu apoyo a gente del Frente Amplio, como a Jorge Sharp.
-Sí. Pero voy a decir lo positivo y negativo del FA. Lo positivo es que se abra la ventana y aparezcan personas jóvenes. Distintas a las maquinarias políticas instaladas que producen lo que está pasando en San Ramón. Un operador eficiente que termina en manos del narcotráfico. La imagen hacia dónde vamos. Hoy la corrupción solo se ha hablado a nivel parlamentario, pero no hemos entrado en las alcantarillas de las municipalidades. Ahí puede estar la cloaca más grande. A lo mejor es bueno que no se haya abierto entera, porque el país habría entrado en una debacle. Bueno, en ese sentido, el FA ha traído aire fresco. Fui muy partidario de Jorge Sharp, el tipo sabía de los problemas en Valparaíso, había estudiado al respecto. Me parece muy bueno que los del FA partan administrando municipalidades.

¿Antes de lanzarse a las presidenciales?
-Tienen que partir humildemente a nivel local, porque todavía es un movimiento que le falta reflexión intelectual. Se están alimentando de fuentes trasnochadas. La izquierda latinoamericana está en crisis como nunca y no puede seguir siendo referente. Es cosa de ver a Lula en Brasil, a Cristina Kirchner en Argentina, o lo de Cuba o Venezuela. O sea, la izquierda latinoamericana perdió su capital moral. Y cuando pasa eso, viene la orfandad completa. Entonces, no puedes estar apoyando a ese loco de Corea del Norte ni a Maduro, que es otro tipo de demente. Uno empieza a escuchar las mismas consignas, una cierta nostalgia, de la que también participé. Fui militante de izquierda, una parte importante de mi alma sigue siendo de izquierda, pero hoy no sé lo que es ser de izquierda. Se requiere algo que huela a nuevo.

El movimiento estudiantil olía a nuevo.
-Sí. Pero el riesgo, como lo señaló Octavio Paz, es que la mayoría de las revoluciones comienzan de una élite que parte representando un anhelo del pueblo, pero que termina apoderándose de eso e, incluso, tomando decisiones autoritarias frente al mismo pueblo que dice representar. El caso de Maduro es emblemático. Le da lo mismo tener al 80% del pueblo en contra, él representa al pueblo. O sea, un delirio mesiánico.

¿Qué futuro le ves al FA?
-Que estos rostros nuevos amplíen sus fronteras, que no caigan en los mismos errores de los otros políticos. Y veo pobreza intelectual. Beatriz Sánchez, a quien le tengo la mayor estima, me cae muy bien, si es por eso votaría por ella, pero le falta lo otro que tiene Bielsa: pensamiento. Beatriz Sánchez es como una Bielsa con probidad pero sin el rigor de Bielsa. No sé por qué apostaron por esa candidatura más light. La vi en un debate en Tolerancia Cero y era de una debilidad tremenda. Me parece que los políticos debieran revisar los videos de los debates que están teniendo, mirarse a sí mismos y colocarse en el lugar del ciudadano común, que espera que un político los represente bien.

Han sido pobres los debates.
-Digámoslo con todas sus letras: patéticos. Yo los mandaría a una terapia para verse el rostro feo que están proyectando, porque no solamente son antiéticos, son antiestéticos. Después de mirar estos debates a quién le va a dar ganas de votar por unos personajes que parecen de opereta.

¿Ves un futuro negro?
-No podría decir que el país se está cayendo a pedazos. Sería una exageración. Pero que este ha sido un gobierno mediocre, sí lo es. Voté por Bachelet por el tema de la educación. Siempre he sido un férreo defensor, a lo mejor nostálgico y equivocado, de que en Chile la educación pública universitaria cumplió una función vertebradora en la historia de Chile. Y eso parte con Andrés Bello que, para mí, es el otro padre de la patria después de Bielsa. Pero se cometió un error, por un mesianismo que produce el efecto contrario al final, porque cuando estiras mucho el elástico en un sistema democrático, y te vas a la punta, terminas produciendo el efecto adverso. Como lo que pasó en Estados Unidos, que de Obama terminamos en Trump.

Es una regresión.
-Que es lo que nos va a pasar ahora. Vamos a terminar en Piñera. En el gobierno de Bachelet faltó gente que pensara. Uno tiene la sensación de que hubo improvisación, que todo fue caótico. Se perdió una oportunidad extraordinaria en que tenías al país entero apoyando un cambio en educación y se transformó en un tema de lucas. Y se perdió la oportunidad de conversar acerca de qué queremos educar y hacer una reforma pedagógica con contenido, como la que se hizo en México, cuando Gabriela Mistral fue llevada por el ministro Vasconcellos. Bachelet se rodeó de gente incompetente, desordenada, desprolija. Entonces, termina pasando esto…Por eso te digo, al final, nos falta un Bielsa en todo, en educación, en economía, en salud. No basta la visión social del cambio. Se necesita un líder, como Bielsa, que sea capaz de movilizar la mística.

LA TONTERA

Así como presagiaste el futuro, ¿ves alguna solución para la crisis ética?
-Hay que dejar de pensar que metiendo cursos de ética en las mallas curriculares se va a solucionar el problema de la ética. Es un absurdo. Es como querer combatir el uso de la marihuana haciendo charlas del OS- 7. Esas son mentalidades viejas. Uno mismo corre el riesgo de quedar entrampado en esa mentalidad vieja para un mundo nuevo. A ver, la ética en Occidente fue pensada primero. Hubo un filósofo que la pensó. Volvemos atrás, nadie puede evitarnos el pensar. Por eso es tan dramático cuando se reducen las horas de filosofía. Primero, hay que ponerse a pensar qué significa la ética hoy. Con todo lo que está pasando, no es tan fácil sostener a la vieja ética, a Nicómaco, a Aristóteles. O sea, guau. ¿Esa ética nos sirve o no, la ética de Kant nos sirve, cuál ética nos sirve? Obviamente, esto no se resuelve teóricamente. Pero hay una etapa teórica, que es la primera, y alguien tiene que pensarla.

Hace un tiempo ha ido tomando más peso un discurso del buenismo. Todos tenemos que ser animalistas, feministas, mapuchistas…
-Aquí hay un abuso de lo políticamente correcto, que recoge causas que, por supuesto, son necesarias, como el feminismo, pero cuando se llega al extremo y empiezan a aparecer grupos u ONG, y todo empieza a contaminarse de este discurso políticamente correcto, se produce un agobio y la gente se siente molesta. Por ejemplo, la estupidez que en un discurso de una autoridad pública en Chile parta diciendo todas, todos y todes…

El gobierno estaba organizando una Escuela de Lideresas.
-Eso es ridículo y caemos en un tontismo. Una vez unas mujeres me hicieron una encerrona cuando presenté el libro llamado El hombre que planta árboles. ¡Me alegaron porque había hablado de un hombre y no de una mujer! Y conversando de esto con un amigo español, un filósofo que vive en Valdivia, me dijo “pero, Cristián, esto es el nuevo fascismo, el de minorías, escapé de España por eso. Es insoportable”. Ojo, con convertir esto en fascismo de minoría. Eso le hace daño a la misma causa. Esta cosa de debilitar tanto a la figura masculina la veo peligrosa.

¿Se ha debilitado la figura masculina?
-Se ha debilitado al piso. Yo creo que sí, que el macho está debilitado.

¿Te sientes debilitado en tu condición?
-No. Afortunadamente, tengo una mujer feminista inteligente. El problema es que hay feministas tontas también. Aquí, el gran problema es la beatería. Esa gente sin sentido del humor que se toma tan en serio su causa que ya no acepta ni siquiera una broma. Antes esa beatería era católica, ahora es una beatería de causas minoritarias. No me puedo imaginar lo horroroso que puede ser una dictadura feminista, así como una dictadura machista, o sea totalitaria. Me parece terrible. Como cuando las universidades comienzan a ser tomadas por estos discursos. O sea, ya no puedes estudiar literatura en el mundo si no haces estudio de género o etnia… Eso promueve la mediocridad, porque es gente que a lo mejor no tiene gran capacidad para estudiar humanidades, pero con un discurso así, puede hacerlo. La otra vez leí un estudio sobre Violeta Parra que se llamaba algo así como El sujeto femenino en cuanto articulador de la subjetividad en la obra de Violeta Parra. ¡Violeta Parra habría salido volando de eso! Esas son élites intelectuales beatas, iluminadas, moralistas. El tontogravismo me parece peligroso.

LO HUMANO EN LA ERA DIGITAL
CICLO PENSAMIENTO PROPIO
Warnken conversará con el ingeniero y político Fernando Flores. Lunes 16 de octubre, 19:30 horas, en aula magna Monseñor Juan Francisco Fresno (Centro de Extensión de la PUC, Alameda 390, Stgo). Gratis.

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