Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Cultura

15 de Octubre de 2017

Luis Alarcón habla del regreso de Palomita Blanca a los cines locales

Raúl Ruiz ha vuelto a estar en boca de los cinéfilos. No sólo acaba de remasterizarse Palomita Blanca, una de las películas más icónicas del director a más de cuatro décadas de su filmación, sino que La Telenovela Errante, uno de sus filmes inéditos, se exhibirá en la inauguración de la competencia oficial en el FIC Valdivia. Luis Alarcón, uno de los actores predilectos de Ruiz, cuenta cómo era trabajar con el cineasta chileno más conocido en el mundo.

Por

María y Juan Carlos se encuentran en el Recital de Piedra Roja en Los Dominicos, luego de eso se van a la playa y se bañan desnudos en el mar. Esta simple escena le bastó a Raúl Ruiz para generar toda una leyenda tras Palomita Blanca, la adaptación cinematográfica de la novela de Enrique Lafourcade grabada en tan solo seis semanas por el director chileno, pero que no vio la luz hasta 19 años más tarde, después de haber sido censurada por representantes del régimen militar. La leyenda cuenta que a las mujeres de los generales del Ejército les pareció de contenido altamente inmoral.

“Es ingenuo creer que esta película era inmoral (Palomita Blanca). Había un productor que trabajaba en televisión, Hugo Ortega, que estaba muy interesado que hubiera piluchos para causar impacto, pero hoy en día se ven peores cosas en las teleseries de la tarde”, cuenta Luis Alarcón, actor en Palomita Blanca y constante colaborador de Raúl Ruiz en sus películas. “La escena del pilucho en la playa –agrega Alarcón- era un rumor que movió gente. Salía en todas partes, pero a la pareja pilucha no se les ve nada. Raúl jugaba mucho con eso”.

Sorprender al público y dejarlos pidiendo explicaciones era una estrategia del autor. Muchos críticos destacaban esa capacidad, pero había otros que no les gustaba reconocerse en aquellos retratos de época. Pero eso era precisamente lo que buscaba Ruiz: mostrar a la sociedad chilena sin tapujos, con un exceso envidiable de sinceridad.

A pesar de haber sido grabada hace casi medio siglo, Palomita Blanca retrata conflictos que siguen igual de vigentes hoy en día. María pertenece a una familia pobre que vive hacinada en un cité con su madre alcohólica, su abuela enferma y una decena de parientes, que entran y salen del hogar. Su padrastro, interpretado por Luis Alarcón, le corre mano mientras la reta por ser desordenada y sufre constantes maltratos por parte de su madre y abuelo. Juan Carlos es miembro de una familia acomodada, vive en una casa inmensa y tiene más personal de servicio que familiares. Ruiz no solo exhibe la influencia del hippismo en nuestra sociedad, sino también el consumo de drogas y el sexo entre los adolescentes. También la violencia, el abandono y los problemas que aquejaban a la juventud chilena.

Pero no sólo influencia en el cine tuvo Palomita Blanca. Los Jaivas musicalizaron la película y en el filme se alude al mítico festival de Piedra Roja, versión criolla del Woodstock norteamericano que se convirtió en uno de los hitos más importantes para la juventud de la época, transformando a los jóvenes en un grupo a considerar por los medios.

Las filmaciones de Raúl Ruiz mantienen una vigencia atemporal porque exploran la esencia de lo que es ser chileno. Cuando Palomita Blanca se estrenó en el Teatro Municipal de Viña del Mar en 1992, a 19 años de su creación, el público juvenil fue el que mejor recibió la película. Este 19 de octubre se podrá volver a observar el relato de Ruiz en la pantalla grande y en el reestreno de Palomita Blanca remasterizada y restaurada por la Cineteca Nacional de la mano de Silvio Caiozzi, cineasta que trabajó en la versión original de la película junto a Ruiz en el año 1973.

LA TELENOVELA ERRANTE

En el Festival Internacional de Cine de Valdivia, además, se presentará La Telenovela Errante de Raúl Ruiz, primera película grabada tras su vuelta a Chile y que estuvo perdida durante más de 25 años. El trabajo de recuperación y montaje estuvo a cargo de la viuda de Ruiz, Valeria Sarmiento, en conjunto con Chamila Rodríguez y Galut Alarcón, hijo de Luis Alarcón, quienes hace dos años emprendieron la titánica tarea de reconstruir el rompecabezas dejado por Raúl Ruiz entre los archivos de la Cineteca Nacional, los guiones en su departamento en París y una copia del trabajo que había dejado en la Universidad de Duke en Estados Unidos. “El trabajo de recuperación ha sido maravilloso por parte de la viuda de Ruiz y mi hijo, sin embargo, me da un poco de inseguridad a mi si es esta realmente la película que veía Raúl. Está la película por supuesto, pero la estructura está hecha por Valeria y por mi hijo, y ellos interpretan lo que ellos ven”, admite Luis Alarcón sobre el filme inédito.

Raúl volvió a Chile el 90 a grabar una serie británica sobre el Infierno de Dante, pero aprovechó el tiempo y los equipos que tenía para grabar todo el material que pudo. Fue así que en tan solo una semana grabó la Telenovela Errante, un proyecto que tenía todos los ingredientes de una película de Ruiz: una historia fraccionada sin argumento muy claro, diálogos descabellados y situaciones que mezclaban la realidad con el universo onírico.

La película contó con una participación intermitente de actores nacionales que llegaban atraídos por la posibilidad de trabajar con el destacado director nacional. Francisco Reyes, Mauricio Pesutic, Patricia Rivadeneira, Luis Alarcón y muchos más llegaron a trabajar en el filme. Hasta Galut Alarcón, el hijo de Luis que había acudido acompañando a su padre tuvo una participación en la película.

La principal idea que Ruiz quería plantear con esta película es que Chile se había convertido en una telenovela. Retrata el retorno de los exiliados, las concesiones de los políticos y hasta profetiza el boom de las teleseries turcas. “A mí me toca decir eso, me parece increíble. Me pregunto cómo lo veía. En ese tiempo nadie sabía de las teleseries turcas”, recuerda Luis Alarcón. “Raúl llegó a un país en el que acababa de terminar la dictadura y comenzaba la democracia. Él observa esto y se desilusiona bastante con lo que estaba pasando en el país y de los intereses de la gente en esta democracia renaciente. Y eso está, y es increíble las cosas que dice porque las dijo el 90 y están pasando ahora”, agrega.

La película fue presentada en el Festival Internacional de Cine de Locarno, en Suiza, y se llevó el premio a la crítica joven del certamen. Movilizó a cerca de cinco mil espectadores durante el estreno, luego de más de un cuarto de siglo extraviada, demostrando la vigencia póstuma que tiene en los espectadores la figura irreverente de Ruiz. La Telenovela Errante será exhibida en la noche inaugural de la competencia del Festival Independiente de Cine de Valdivia, en horario estelar y con varios actores del elenco.

TRABAJANDO CON RUIZ

Luis Alarcón es considerado como uno de los actores más prolíficos del país. El actor, originario de Puerto Natales, colaboró con Raúl Ruiz en ocho largometrajes finalizados y otros más sin terminar, comenzando a trabajar con él en el año 1967, actuando en el primer largometraje del director El Tango del Viudo. También acompañó a Ruiz en algunas de sus entregas más famosas y destacadas como Tres Tristes Tigres, Palomita Blanca y la recientemente estrenada La Telenovela Errante.

Lo que más destaca Alarcón del cineasta es su capacidad para tratar con las personas y lo gratificante que era trabajar con él. “Raúl es un tipo único, no solo como director de cine, sino como persona. Era para mi gusto un genio. Un tipo que sabía de todo y lo que no sabía lo inventaba, como buen hijo de chilote, pero lo inventaba muy bien. Él tenía un cerebro demasiado grande y sabía de todo”, explica.

Ruiz, asegura Alarcón, generaba un ambiente de trabajo muy grato y con un excelente ambiente creativo entre actores y camarógrafos. “Todas sus películas eran así, entre cómplices, y él elegía muy bien a sus cómplices… Todo lo hacíamos conversando. Así sacábamos los personajes, conversando con un vinito, dando la vuelta e inventando historias que de repente caían en la película”.

Alarcón recuerda como al autor le gustaba jugar con los demás. “Raúl siempre hacía planteamientos filosóficos o poéticos de cualquier cosa. Largos, tediosos, llenos de detalles específicos y de un profundo conocimiento de lo que estaba hablando y después de toda esta tremenda conferencia que había dado sobre algún tema, como el lenguaje chileno, la actitud nacional, el virtuosismo de Bach o cualquier otra cosa, terminaba diciendo ‘o tal vez no’, y dejaba a todos pagando”.

Alarcón recuerda, además, que para la filmación de una de las escenas más icónicas de Palomita Blanca, Ruiz le hizo una jugarreta a uno de los productores. “En la escena del motel, Ortega estaba frenético por verla y Raúl llegaba a filmar y decía que todavía no tenía resuelta la escena y Ortega lo único que quería era ver la escena de cama, para ver como lo hacían y Raúl se iba, le decía que volviera en un rato más, cuando solucionara la escena. Pasó dos veces así. Esperó hasta que el productor se fuera y ahí grabó la escena.”


El 19 de octubre se podrá ver Palomita Blanca, una de las películas clásica del cine chileno en su versión remasterizada.

Uno de los personajes de Palomita Blanca que más impacto causó en Alarcón, y que recuerda con más cariño, es el profesor de botánica interpretado por Rodrigo Maturana, una actuación delirante y completamente improvisada, que para el actor constituye una de las mejores escenas de la película. Hasta el mismo Raúl Ruiz destacaba y alucinaba con Maturana, “decía que Maturana no existía, que Maturana era un personaje inventado por él mismo y nunca editó nada de lo que dijo”, agrega Alarcón.

El actor dice que así era Ruiz, que si le gustaba una improvisación la añadía a la película, que tampoco le gustaba que la gente actuara, sino que se metiera en lo que estaba haciendo y rara vez hacía un corte mientras estaba filmando. “Era gratísimo trabajar con él, las indicaciones que daba eran muy precisas. Nunca gritaba, todo lo conversábamos. Nunca tuvo arranques de genio”, explica. “Algunos directores de repente se ponen gritones, cosa que yo no soporto, porque se puede entender perfectamente conversando, pero a gritos no. Al primer grito yo me doy media vuelta y me voy. Si es que no hago alguna otra cosa peor”, agrega.

La única crítica que Alarcón le hacía a Ruiz era sobre la duración de sus películas. Cuando terminó de ver por primera vez Palomita Blanca, Luis le comentó al director que la había encontrado un poco larga, “yo le haría unos cortecitos, había cosas que me aburrieron un poco”, le dijo. Y este le respondió: “¡No! Esta es la película que yo hice y fin”.

 

Notas relacionadas