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Mundo

27 de Octubre de 2017

El desarme de Hamás, un obstáculo del camino hacia la reconciliación

Políticos palestinos aseguran que el destino de las Brigadas de Azedín al Qasam, brazo armado del movimiento islamista Hamás, está excluido de los actuales esfuerzos de reconciliación política, pero el presidente palestino, Mahmud Abás -al igual que Israel y EE.UU.- exigen el desarme. “Necesitamos tener una autoridad, una ley y un arma, así que no […]

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Políticos palestinos aseguran que el destino de las Brigadas de Azedín al Qasam, brazo armado del movimiento islamista Hamás, está excluido de los actuales esfuerzos de reconciliación política, pero el presidente palestino, Mahmud Abás -al igual que Israel y EE.UU.- exigen el desarme.

“Necesitamos tener una autoridad, una ley y un arma, así que no habrá ninguna milicia”, señaló Abás esta semana en declaraciones recogidas por el Jerusalem Post.

“Tenemos que ser como otros países en el mundo. No estamos interesados en las milicias porque no tienen éxito. Eso es lo que significa la reconciliación”, agregó.

El próximo 21 de noviembre las facciones palestinas se reunirán en El Cairo para avanzar el pacto de reconciliación firmado este mes con el fin de acabar con una década de división política que ha resultado en dos gobiernos paralelos: uno en Cisjordania (la Autoridad Nacional Palestina, ANP, controlada por Al Fatah, ambos presididos por Abás), y otro en Gaza, controlado por Hamás.

En la agenda de la reunión está la integración de Hamás y la Yihad Islámica en la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) -máximo representante del pueblo palestino, también presidida por Abás-, la convocatoria de elecciones generales, que no se celebran desde 2006, y la seguridad interna en Gaza.

Según los analistas, no está previsto de momento tratar sobre una de las cuestiones más polémicas y que más arroja dudas sobre la viabilidad del proceso de reconciliación: el futuro de las milicias, y en concreto de la de Hamás, que ha controlado la franja los últimos diez años.

“No creo que nadie haya pedido por ahora a Hamás que desmantele las Brigadas de Al Qasam. Representan la pura resistencia armada palestina contra la ocupación, así que mientras los territorios estén ocupados, las Brigadas y sus armas se quedarán, no desaparecerán”, zanja para Efe Taher al Nuno, un veterano líder de Hamás.

De hecho, quizás para dejar clara su intención de quedarse, la brigada islamista anunció hoy que ha desarrollado el alcance de sus cohetes hasta los 160 kilómetros, con motivo del 16 aniversario desde el primer lanzamiento de un cohete de fabricación casera contra Israel, el Qasam I, que tenía un alcance de solo tres kilómetros.

Al Nuno asegura que el grupo armado “respeta el acuerdo de reconciliación alcanzado con Al Fatah y respetará también las instrucciones del Gobierno palestino en tiempo de paz, pero en tiempos de guerra contra los palestinos, actuará de manera independiente y defenderá a nuestro pueblo y nuestra tierra”.

El secretario general del Consejo Revolucionario de Al Fatah, Majed Fetiani, coincide en que este debate se abrirá “más adelante, no en esta etapa” y considera que “el uso de las armas es una decisión nacional (…) En virtud del acuerdo debe haber una ley, un régimen y un arma”.

Israel y EE.UU. -que junto a la Unión Europea y otros países consideran a Hamás un grupo terrorista- se apresuraron a pedir el desarme del movimiento tras conocerse el anuncio de la reconciliación.

Jason Greenblatt, enviado especial para Oriente Medio del presidente estadounidense Donald Trump, dijo que un gobierno palestino “debe comprometerse de manera inequívoca con la no violencia, reconocer el Estado de Israel, aceptar los acuerdos previos y obligaciones entre las partes, incluido el desarme de terroristas y el compromiso con negociaciones pacíficas”.

Unas exigencias que Hamás calificó de “injerencia descarada”.

Israel también exige el desarme y condiciona a este (y a otras exigencias) el reinicio del diálogo de paz que Washington insiste en reanudar.

“Aún no se ha tomado ninguna decisión”, aventura el especialista en organizaciones islámicas y profesor de Ciencia Política en Gaza Adnan Abu Aamer.

Según él, hay varios escenarios posibles. Uno de ellos, que las brigadas se utilicen solo “para usar las armas contra Israel en caso de ataque a Gaza (…)”, y otra posibilidad es que “confluyan todas las facciones armadas, incluidas las de Hamás y otros grupos minoritarios, en un Ejército nacional”.

Una reforma de la OLP, añade, también podría dar lugar a que “se cree un Ejército bajo su mando”, algo que Israel nunca permitiría en un hipotético acuerdo de paz que diese a luz un estado palestino, ya que siempre a exigido que este esté desarmado.

Por el momento al margen de presiones externas y sin resolver la cuestión del desarme de las milicias, los palestinos se muestran comprometidos a seguir adelante con un proceso de unidad esencial para su futuro político y que ha levantado más expectativas entre la población que otros en la última década.

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