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14 de Noviembre de 2017

Escupos, golpes, patadas: La historia de la extenista maltratada por su padre

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La australiana de origen croata Jelena Dokic tiene hoy 34 años y alguna vez, a temprana edad, a los 15 específicamente, vislumbraba como una de las promesas del tenis femenino. En su palmarés hay 6 títulos de la WTA en individuales y cuatro en dobles. Pero el esfuerzo tuvo un costo horrendo. Un historia de maltrato de su padre desde el primer día. Cuando ya se encuentra alejada de la actividad desde hace cuatro años, decidió contar su drama.

“Mi padre me pegaba, escupía, tiraba de los pelos e insultaba desde niña. Me pegaba realmente con violencia”, cuenta al diario ‘Sunday Telegraph’, de Sydney, al anunciar la autobiografía en que relata los hechos.

“Básicamente, empezó el primer día que jugué a tenis. Desde entonces ya no paró, entrando en una espiral fuera de control”, dice la ex número cuatro del mundo.

Uno de los episodios más recordados de este espiral de violencia fue cuando, con sólo 17 años, pierde en semifinales de Wimbledon frente a la estadounidense  Lindsay Davenport. Entonces, su padre Damir Dokic decide prohibirle el regreso al hotel en donde se alojaba la familia.

Ese día fue tan dramático para Dokic que optó por quedarse a dormir en la sala de juagdoras del All England, donde se juega Wimbledon.

Damir Dokic no sólo ha agredido a su hija. Cuenta con un historial policial de arresto por amenazas y posesión ilegal de armas. Además, ha golpeado a periodistas, recuerdas un artículo de Mundo Deportivo.

“Hubo mucha gente en este tiempo preocupada por el bienestar de Jelena, muchos intentaron ayudarle, pero su situación familiar era complicada”, declara la federación de tenis de Australia.

“Hubo incluso quejas a la policía, pero sin la colaboración directa de los protagonistas era imposible lanzar una investigación completa”, dice además la entidad.

En palabras de la propia Jelena, “lo que más dolía era el maltrato emocional, más que el físico. Escuchar a los 11 ó 12 años lo que me decía, esas cosas tan sucias, era lo que más me costaba digerir”.

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