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Nacional

17 de Agosto de 2018

Gabriel Boric incendia la pradera llamando a la izquierda a condenar a Cuba, Nicaragua y Venezuela

Boric reflexiona "¿Ser crítico del gobierno de Maduro significa necesariamente estar con el sector golpista de la oposición venezolana? ¿Condenar la violenta represión estatal en Nicaragua significa validar los asesinatos cometidos por bandas armadas contra militantes sandinistas? ¿Decir que el modelo de partido único de Cuba donde no hay libertad de expresión no debe ser nuestro modelo a seguir significa transformarse en un pseudo-agente de la CIA? ¿Dudar respecto a nuestras propias convicciones y tradiciones nos transforma en cobardes?

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En medio del debate por el Museo de la Memoria y el siempre presente tema de los Derechos Humanos, el diputado frenteamplista Gabriel Boric removió la política llamando a la izquierda a condenar las situaciones de Cuba, Venezuela y Nicaragua.

A través de un posteo en su blog, el parlamentario dice que en base al pensamiento del exministro Mauricio Rojas sobre el Museo de la memoria, que hay “una herida que sigue abierta en la sociedad chilena”. 

Más delante Boric señala que quiere “reflexionar sobre cómo desde la izquierda abordamos el problema de los derechos humanos más allá de nuestras fronteras. Evidentemente este no pretende ser un texto concluyente, sino un aporte a un debate que nos conflictúa, pero que es necesario abordar”.

El diputado sostiene que “La premisa básica para mí es la siguiente: Los derechos humanos deben ser respetados universalmente y su violación debe ser condenada sin matices, independiente de quienes sean las víctimas y los victimarios”.

Sumando a lo anterior el magallánico recuerda que “la derecha de manera permanente interpela a la izquierda por la violación de ddhh en Cuba o Venezuela mientras relativiza la violación de ddhh ocurrida en Chile durante la dictadura de la que fueron parte exigiendo ‘contexto’, y por su parte, un sector de la izquierda interpela permanentemente a la derecha por su complicidad con las dictaduras del cono sur latinoamericano de la segunda mitad del Siglo XX, pero no es capaz de reconocer la restricción de libertades o violaciones a los ddhh cuando estas son realizadas por gobiernos que considera afines”.

Boric añade en su manifiesto que “tal como condenamos la violación de los derechos humanos en Chile durante la dictadura (y también hoy día, por ejemplo con la criminalización del pueblo mapuche, o con el trato que el actual gobierno le está dando a parte de la población migrante), los golpes “blancos” en Brasil, Honduras y Paraguay, la ocupación israelí sobre Palestina, o el intervencionismo de Estados Unidos, debemos desde la izquierda con la misma fuerza condenar la permanente restricción de libertades en Cuba, la represión del gobierno de Ortega en Nicaragua, la dictadura en China y el debilitamiento de las condiciones básicas de la democracia en Venezuela”.

En este sentido Boric reflexiona “¿Ser crítico del gobierno de Maduro significa necesariamente estar con el sector golpista de la oposición venezolana? ¿Condenar la violenta represión estatal en Nicaragua significa validar los asesinatos cometidos por bandas armadas contra militantes sandinistas? ¿Decir que el modelo de partido único de Cuba donde no hay libertad de expresión no debe ser nuestro modelo a seguir significa transformarse en un pseudo-agente de la CIA? ¿Dudar respecto a nuestras propias convicciones y tradiciones nos transforma en cobardes?”.

La respuesta del parlamentario es “No. Categóricamente no. Desde la izquierda, el Frente Amplio, y en particular el Movimiento Autonomista, no podemos permitirnos continuar con el doble estándar en esta materia, ni escudarnos en el principio de autodeterminación de los pueblos para justificar violaciones a los derechos humanos contra esos mismo pueblos”.

Ya en la parte final del texto, el hombre del Movimiento Autonomista declara que “Hay algunos que a cualquiera que plantee estas reflexiones inmediatamente lo llenarán de epítetos y descalificativos. Yo no estoy dispuesto a seguir en esa lógica que obliga al silencio y acalla las dudas. Creo profundamente en una izquierda socialista democrática y libertaria, que se enfrente al neoliberalismo sin complejos y que sea capaz de proponer una alternativa al sistema que hoy condena a la mayoría del pueblo a vivir para trabajar en condiciones de incertidumbre permanente. Pero para eso tenemos que hacernos cargo de este mínimo, que los derechos humanos se deben respetar siempre, en cualquier contexto y sin ninguna excusa”.

Como frase final, Boric agrega que “Sino corremos el riesgo de ser un reflejo del espejo que toda nuestra vida hemos criticado”.

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