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Opinión

12 de Septiembre de 2018

Columna de Natalia Castillo: Pongámonos al día

Aunque los sectores más conservadores y del Senado impidieron que niños y niñas accedan a su pleno derecho a la identidad, cuestión que con mucho esfuerzo habíamos logrado en la discusión que tuvo lugar en la Comisión Mixta encargada de subsanar los desacuerdos surgidos entre ambas Cámaras, aún sentimos que tenemos la oportunidad de romper la inercia y defender, al menos desde los catorce años, a los adolescentes trans, uno de los grupos de personas más vulnerados en sus derechos en nuestro país. Las cifras nuevamente resultan inequívocas: el 55% de las personas trans intenta suicidarse al menos una vez en su vida, y de ellas, el 83 % lo hace entre los once y dieciocho años.

Natalia Castillo
Natalia Castillo
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Transcurridos más de cinco años de lucha por parte de diversas organizaciones sociales, la semana pasada se votó en el Senado el proyecto de ley que reconoce y protege el derecho a la Identidad de Género. En esa votación, se dejó fuera a los niños y niñas menores de catorce años, afectando su legítimo derecho a la identidad reconocido en diversos tratados internacionales, y pese a una realidad empírica que demuestra que cerca de un 80% de las personas trans se reconocen como tal antes de los once años. ¿Por qué esperar? Porque los sectores más conservadores del Congreso, influenciados por la opinión de la Iglesia, así lo quisieron.

Esta semana es el turno de la Cámara de Diputados. A las diputadas y diputados nos corresponde votar esta iniciativa legal que resguarda el legítimo derecho a la identidad de género de las personas y contempla procedimientos para la adecuación de datos registrales de las personas trans que así lo soliciten, a partir los catorce años de edad.

Aunque los sectores más conservadores del Senado impidieron que niños y niñas accedan a su pleno derecho a la identidad, cuestión que con mucho esfuerzo habíamos logrado en la discusión que tuvo lugar en la Comisión Mixta encargada de subsanar los desacuerdos surgidos entre ambas Cámaras, aún sentimos que tenemos la oportunidad de romper la inercia y defender, al menos desde los catorce años, a los adolescentes trans, uno de los grupos de personas más vulnerados en sus derechos en nuestro país. Las cifras nuevamente resultan inequívocas: el 55% de las personas trans intenta suicidarse al menos una vez en su vida, y de ellas, el 83 % lo hace entre los once y dieciocho años.

Aún podemos salvar muchas vidas. Esperamos que los diputados y diputadas de Chile Vamos se pongan al día con un Chile que está cambiando, que exige el reconocimiento y protección de los derechos y garantías de todas y todos, y que busca comenzar a enmendar la deuda que tenemos en materia de respeto y reconocimiento de los derechos de la diversidad sexual. Es este el momento en que el oficialismo debe demostrar que el eslogan que tanto ha pregonado el Gobierno, ese que busca poner a “los niños primero en la fila” no es una mera consigna vacía. Para ello, un primer, simple, e inequívoco paso, es apoyar este proyecto que no busca nada más que resguardar un derecho humano: el derecho a la identidad.

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