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Nacional

4 de Febrero de 2019

Actriz de Perdona Nuestros Pecados: “Sí, soy una consumidora de marihuana y soy madre, y eso no me hace mala madre”

En una entrevista con la Revista Cáñamo, la actriz de teatro y de la teleserie Perdona Nuestros Pecados de Mega, Fernanda Ramírez, habló de la marginalidad, las redes sociales y de su relación con la marihuana. Sobre su éxito en Instagram comenta que “Al principio uno se sorprende y se pregunta qué significa esto. Sí, […]

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En una entrevista con la Revista Cáñamo, la actriz de teatro y de la teleserie Perdona Nuestros Pecados de Mega, Fernanda Ramírez, habló de la marginalidad, las redes sociales y de su relación con la marihuana.

Sobre su éxito en Instagram comenta que “Al principio uno se sorprende y se pregunta qué significa esto. Sí, tengo 500 mil seguidores, pero si mañana me hackean la cuenta esta hueá se se acabó”.

La actriz dice que “Finalmente eso son las redes sociales, parece que significan mucho pero en lo concreto de la vida no son nada. Hay que entender lo efímero que es el fenómeno y entender que tener miles de seguidores no te asegura nada”.

En la misma línea asegura que esto de las redes sociales “Es la hueá más capitalista que existe en este minuto. Por lo mismo, es una decisión política mantenerse o no al margen. Yo en la posición en la que estoy decidí aprovecharme de este minuto porque no es eterno. Dejo de salir en televisión y listo, se acabó. Instagram se ha convertido en la nueva palestra publicitaria de muchas cosas. Todo negocio hoy tiene Instagram. Si quieres ir a un café, te metes a IG para ver las fotos. Y en ese contexto, obvio que funciona como una herramienta para generar plata”.

Consultada por la marginalidad, y el personaje que construyó para una obra de teatro sobre Hanz Pozo, Ramírez responde que “Yo hoy en día quizás me reconozco como una burguesa. Por el estilo de vida que llevo y por las decisiones que he tomado. Pero sí, viví al margen por mucho rato y pude tener ese roce, observar y empaparme de ese mundo. Ese material biográfico está inserto en mi ADN”.

En este sentido explica que “Llegué a ella desde la ingenuidad y caí en un grupo de personas que vivían fuera del sistema, hablando de hueás delictuales. Tráfico. Marginados. Y caí por casualidad en este grupo de personas, que se volvieron en amigos del carrete y después eran mi círculo. Fue casualidad, yo no buscaba estar en el margen. Cuando vives en una comuna periférica es imposible no tener contacto con ese mundo”.

Respecto a su entrada a estudiar teatro sostiene que “Yo venía de este mundo marginal por así decirlo y venía con una bandera de lucha brígida. Me metí a estudiar teatro, que de por sí tiene una carga política, y yo estaba al choque, comprometida. Empecé a trabajar con compañías que tienen ese rol y con la idea de que nunca iba a trabajar en la televisión. Incluso me acuerdo que cuando chica siempre me dio mucha vergüenza ver a la gente actuar en la tele, me tapaba con las cortinas cuando en mi casa veían las teleseries”.

Pero todo cambiaría pronto. Fernanda explica en su entrevista con Cáñamo que “Nunca estuvo en mis planes estar en televisión. Ni siquiera era tema. Yo iba a muchos casting de cine y ahí conocí a la Moira Miller que estaba haciendo un taller para televisión. Fui tres días y me cargó, reafirmé esta hueá de que no quería estar en la tele. Me llamaron 3 meses después a una reunión y me ofrecieron un contrato. Tenía 22 años. Súper chica. Estaba a punto de egresar. No sabía qué hacer y hablé con mi mamá y me instó a tomar el contrato y lo hice sin pensarlo y son esas decisiones que después de 7 años las piensas y dices: que distinta hubiese sido mi vida si hubiese optado por otro camino, tal vez sería full actriz de teatro o estaría haciendo series. Pero tomé el camino de televisión y llevo 5 años haciendo teleseries después de haber renegado”.

Entrando de lleno a su experiencia con la marihuana, la actriz sostiene que “Yo creo que todos partimos consumiendo en la adolescencia. El problema es que todos llegamos desde la curiosidad y desde el tabú de la marihuana. Creo que si con mi mamá hubiésemos tenido una horizontalidad en nuestra relación y hubiese sido más honesta con respecto al consumo de marihuana y lo que provocaba, quizás yo no hubiese estado tan curiosa de probarla”.

En esta lógica, la artista explica que “Si mi mamá hubiese sido -ella nunca ha fumado- la primera persona con que me fumaba un caño, matai el tabú inmediatamente y puedes generar una conversación en torno al consumo responsable. Yo creo que por ahí pasa el problema. No hay una apertura al tema. Además hay un gran mito alrededor de quiénes son los que consumimos marihuana y cada vez se nota más que de las más diversas disciplinas y edades se consume marihuana. Es el tabú en torno a la marihuana lo que lleva a los adolescentes a experienciar la hueá empíricamente. Sería mucho mejor hacerlo en un entorno más seguro como tu casa y entender que no todos los tipos de marihuana te hacen bien. Entender cómo consumir”.

Respecto al cambio que ha tenido la marihuana en los últimos años, Ramírez señala que “probablemente ha sido mi generación la que ha experimentado ese cambio con más fuerza. Cuando chica existía el porro. Yo no vi un cogollo bacán hasta los 19 años, cuando entré al mundo universitario y creo que tiene que ver con el contexto. Ahora mucha gente está cultivando. También está cambiando cómo consumir, las extracciones, las comidas. En los últimos 10 años ha existido un cambio de paradigma muy grande. Pasar del prensado al cogollo y del cogollo al RSO”.

Profundizando en este tema, la actriz de Mega señala que “Cuando joven y sobre todo antes de ser mamá, el consumo era parte del panorama, del carrete. Ahora tengo más responsabilidades y vivo la vida de otra manera, quizás más lenta. Ahora la marihuana se convirtió en un aliada en mis momentos de soledad más que en los colectivos. Y es lindo eso. Saber que hay diferentes tipos de marihuana. Yo no carretearía con la misma hierba con la que voy a pintar un cuadro. Ahora mi rollo va por ahí encontrar el minuto para mí, haciendo mis cosas. Antes tal vez mi consumo era más compartido”.

Sobre el cuestionamiento social a ser mamá y consumir marihuana, Ramírez dice que “Preferí darle cara. Hay un juicio por ser madre y consumir, pero en la realidad lo que hay es un juicio por todo a la hora de ser madre. Hay un juicio en la ropa que le pones al cabro chico, si le diste teta o no, si lo castigai o no. Yo me fui un mes a Europa y mi hijo quedó con su padre y no te imaginai la cantidad de mensajes que recibí del tipo ‘eres una mala madre’. ‘Cómo dejai a tu hijo solo’ y mi hijo no estaba solo, estaba con su padre. Yo frente a esas hueás me rebelo en todas las aristas posibles y una de esas es decir sí, soy un consumidora de marihuana y soy madre. Y eso no me hace mala madre. Al contrario. Muchas veces me ha tocado tener las mejores tardes de juegos con mi hijo después de pegarme un piteada. Obvio que la gente lo juzga, pero prefiero decirlo”.

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