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Opinión

12 de Abril de 2019

Puklin, autor y fundador de “The comic fome”: ‘‘El amor romántico me parece enfermizo’’

Videojuegos, los cómics gore de Jhonen Vásquez (creador de Invasor Zim) y las películas de Paul Thomas Anderson. Esas son las influencias de Puklin, dibujante de cómics que, en su tercer libro, ‘‘Ex’’, deja el absurdo de lado para analizar las relaciones de pareja. ‘‘Se me fue a la mierda la idea del amor romántico’’ asegura.

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La gente siempre me cuenta su vida, sus historias, sus problemas, y de ahí saco cómics. Creo que por eso la mayoría de ellos se trata de relaciones y pololeos, porque las mismas personas me hablan harto de eso. Simplemente observo y me doy cuenta de lo ridículos que somos como personas ante tales situaciones. Lo tomo, lo exagero, y hago un chiste.

Mi nombre es Mauricio Gallego, pero mi Nick artístico es Puklin y soy dibujante de cómics. De profesión soy diseñador gráfico, pero no me dedico para nada a ello. Trato de ganarme la vida haciendo dibujo de distintas maneras, ya sea cómics para empresas, para personas, haciendo talleres de dibujo en colegios.

También tengo dos libros, ‘‘The Libro Fome’’ y ‘‘Odio Todo’’, y estoy trabajando en un tercero: ‘‘Ex’’, un libro distinto a todo lo que he hecho antes.

Todos te hablan de amor

El génesis ocurrió durante la adolescencia, una época donde me sentía ajeno a la gente de mi edad y que, según yo, hablaba puras hueás. Todo el mundo hablaba pura mierda, le gustaba pura mierda, y hablaban de carretear y tomaban. Todo era estúpido, así pal pico. No es que yo fuera inteligente, pero me daba cuenta de que todo de lo que hablábamos era imbécil.

Entonces comencé a expresarme tirando mucha caca en dibujos, lo que me llevó en 2009 (donde ya firmaba como Puklin) a crear a Ojenok. Ese personaje nacido de mi ira adolescente llegó a contar 8 mil fans en Facebook, y tenía un humor más infantil y más estúpido del que hago ahora.

Pero en 2011, y tras 200 tiras, quise hacer un cambio: maté al mono y me metí de lleno a The Comic Fome, agrupación que reúne a autores chilenos y sus cómics atípicos. Publicamos ‘‘The Libro Fome’’ una compilación de todos quienes eran parte del colectivo, como Butzbo, amigo desde que íbamos en el colegio, y Bicolor, mi polola de ese entonces.
Fue después de ‘‘Odio todo’’, hace tres años, que comencé a pensar en mi tercera entrega. Esta vez quería algo diferente a las tiras cómicas. Pensé en una novela gráfica, y que fuera accesible a la gente. Un libro con personajes, con historias, y que te llame la atención si lo ves mientras caminas por la calle.

Fue justo por aquellos días que mi relación con Denisse, alias Bicolor, se acabó. De estar feliz y satisfecho con mis libros y mi relación, pasé a estar triste, enojado, confundido. Era finales de 2015, y de la nada me habían pateado.

No entendía nada, así que hablé con mucha gente para encontrar respuestas y todos te hablan de amor, de por qué sufrimos. Escuché hartas experiencias de término, pensaba en la mía, caótica, y ahí fue cuando dije ¡wow! Este es un tema.

Pero eso no fue todo. No pasaron muchos meses, yo estaba en mi luto y mis abuelos murieron. Fue duro, porque a pesar de lo sorpresivo, sabes que estas cosas van a pasar en algún momento y van a cambiar mucho a tus padres. Aun con todo eso, Y aunque estuve super triste, siento que sufrí más cuando me patearon. Por lejos.

Eso me hizo mucho ruido y lo único que pensaba era ¿por qué le damos tanta importancia a las relaciones? ¿Por qué estoy llorando más por una persona que ni siquiera murió, simplemente terminamos, que por algo mucho más grave y familiar? Esa idea me hizo cuestionar mucho las relaciones. ‘‘Podría hacer un libro sobre esto’’ pensé.

Estar solo

Le hablé sobre esta idea a un amigo, y me dijo que el libro debía ser diferente de cualquier historia que se tratara de exes y relaciones. Y le encontré razón. Comencé estructurando los hechos de acuerdo con lo que yo viví, y cuando el guion estuvo más armado, empecé a crear situaciones, como una relación libre basada en una amiga, o un chico que no perdona a su polola por años. De esta manera entendí, por ejemplo, que el protagonista debía estar solo.

Gran parte de mi pasando por el momento de ‘‘superación’’ de mi ex lo pasé solo. Por eso incorporé monólogos, que en realidad son conversaciones de los personajes con sus sentimientos. Como en ‘‘Intensamente’’. Son monitos que pueden hablar y tienen personalidad: Razonamiento, el Amor Propio, Calentura, etc. El libro empezó a transformarse en un estudio psicológico de lo que pasa en una relación, y me gustó.

Del amor romántico al amor libre

Después de tres años y 300 páginas de ‘‘Ex’’, se me fue a la mierda la idea del amor romántico. Lo pienso y me parece enfermizo. Con Denisse la relación fue con ese corte de amor romántico y terminé sufriendo mucho, pero no por culpa de ella. En realidad, la culpa no la tuvo nadie.

Pienso que parchamos nuestros propios problemas a través de una pareja que nos hace sentir bien, y después nos da miedo alejarnos de eso. Es como una droga. Pero ¿y si estuvieras feliz todo el tiempo? No debería doler que nos quiten esa droga.

Y el corazón del libro va por esa línea. Ves al personaje sufrir y te da pena, pero quiero que te preguntes ‘‘¿por qué sufre tanto?’’. En vez de apuntar y decir ‘‘¡ella le rompió el corazón!’’, quiero que la gente se dé cuenta que hay mucha culpa personal en sufrir tras una ruptura.

Ahora vivo una relación libre en donde no se trata solamente de hacer lo que uno quiera, sino que conversarlo todo y tener plena confianza. Tal vez tiene que ver con la madurez, pero me ha hecho bien practicar la full honestidad a los 27 años. Me hizo olvidar esas mentiras blancas que ocultamos para no hacer daño a la otra persona.  
Y a diferencia de otras relaciones, esta se siente como lo es la vida: bonita, honesta, sin maquillaje. Y eso hace los que momentos juntos…no sé, se sientan un poco más reales.

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