Segunda Epístola de Felipink a los evangélicos

*Foto por Alex Rebolledo y diseño de Dan Enrique.

Ex hermanos en la fe:

Cuando se me dio la oportunidad para dirigirme nuevamente a ustedes a través de The Clinic, a propósito del terremoto que vive la Iglesia Metodista Pentecostal de Chile, decidí conectarme a través de lo que más me une a ustedes y a mi pasado cristiano: La música.

Busqué en Youtube una de esas canciones que aprendí de joven, y al tomar la mandolina, me emocionó profundamente ver como recordaba un bello y complejo arreglo musical a la perfección. Veinte años después de haber dejado el Coro de Plantilla Oficial de la Catedral Evangélica, mis dedos recorrieron en forma automática el mástil del instrumento que toco desde niño. Lloré amargamente por un buen rato.

Recordé, mandolina en mano, el momento en que dejé la fe porque no calzaba con el modelo del buen cristiano: varonil, obediente, consagrado a Cristo y deseoso de encontrar amor romántico en una mujer, para formar así una familia.¡Nada que ver conmigo! Fue una pérdida de inocencia y un tremendo alcachofazo el dejar la fantasía de cielo e infierno. Hacerme cargo de las consecuencias de mis actos y aceptar que todo se acaba, al principio dolió. Sin embargo, ahora soy feliz lejos de la culpa y el temor a Dios. Gracias a mis amigos, he podido expandirme creativamente para lograr todos mis sueños

Hoy veo caer a un adversario ideológico. Eduardo Durán Castro ha rechazado enérgicamente todas las iniciativas que me sensibilizan: aborto libre, identidad de género y matrimonio igualitario. Pero lejos de alegrarme, empatizo con aquellos a los que este destape de olla ha traído dolor y vergüenza. Cayó la institución que sostenía sus creencias. Ese diezmo que con fe y sacrificio entregaron, se convirtió en autos de lujo, manutención de amantes y coimas políticas.

Aquél que tanto despotricaba contra los libertinajes de la vida moderna, hoy queda al descubierto frente a todo el país como adúltero y estafador. Lo realmente grave es que estos líderes, desde su afán por resguardar la moral y las buenas costumbres, siembran apasionados discursos de odio que a la larga, sustentan los crímenes homolesbotransfóbicos que hemos vivido no sólo este año, sino a lo largo de la historia, invisibilizados e impunes.

Si estás leyendo esto y eres demasiado cola para ser canuto, te invito a dejar la religión y sus manipulaciones, que sólo provocan baja autoestima y sumisión. Esta estructura de poder (igual que la católica), ha caído por algo. Si te sientes fabulosa por dentro y en la iglesia no te permiten brillar, diles chao, cuéntales a tus papás lo que te pasa y pide ayuda; ellos te aman incondicionalmente.

La espiritualidad no es exclusiva de ninguna religión.Sin duda, la luz está dentro de ti. Es tu responsabilidad cultivarla y honrar lo que realmente eres. ¡Ánimo!

Todo está lleno de amor,
Felipink